El hombre se despertó por culpa de la alarma de su móvil. Soltó un gruñido, y palpando el suelo, por fin pudo dar con el dispositivo y arrastrar el dedo sobre la pantalla para detener el estridente sonido. Tras un minuto más donde estuvo a punto de quedarse dormido de nuevo, se levantó de su futón bostezando.
Rápidamente, se cambió el pijama por un chándal ya algo viejo. Debería cambiarlo por algo más nuevo, pero tenía una filosofía muy firme sobre no tirar las cosas que aun servían que una vieja amiga suya le inculcó en sus años adolescentes.
En menos de quince minutos, ya estaba corriendo por las vacías calles de su barrio. Aun hacía bastante frío y era muy temprano, así que incluso después de notar como su cuerpo empezaba a tomar temperatura por el ejercicio, no le hizo falta quitarse la sudadera.
A la hora ya estaba de vuelta en su piso, duchándose mientras dejaba que la arrocera cociera algo de arroz, en una olla se calentara la sopa de miso, y en el horno se cocinara una pieza de salmón, algo bastante imprudente por su parte, pero de nuevo, parte de su filosofía era aprovechar el tiempo al máximo, aunque eso no se lo había inculcado esa amiga, de hecho, ella en su tiempo era bastante procastinadora.
Desayunó la comida cuando estaba recién salida del horno, es decir, echando humo, a la vez que revisaba unos cuantos correos electrónicos. Por fin era viernes, así que tendría el fin de semana de descanso por delante.
Para las siete y media, ya estaba saliendo de su casa con una ropa deportiva más nueva, dirigiéndose a una escuela secundaria cercana donde trabajaba. Al entrar en la sala de profesores saludó a todos los allí presentes y se sentó en su respectivo escritorio.
Solo tuvo que esperar unos minutos para notar como una bolita de papel golpeaba su cabello rojo escarlata y caía en su escritorio. La apartó y volvió a centrarse en su trabajo, pero a los pocos segundos volvieron a tirarle otra bolita de papel. Levantó sus ojos, del mismo color que su cabello, mosqueado, observando la mirada divertida de su compañero de trabajo.— Vamos, grandullón, no me mires así — dijo el otro hombre, sonriente. Su pelo magenta, algo largo, estaba peinado de tal forma que no le tapara su visión, que tenía que ser ayudada por unas gafas rectangulares —. Esta noche vamos a quedar, ¿vienes?
— Si sabéis que voy a decir que sí, ¿por qué tienes que tirarme papelitos siempre?
— Porque eres al único que puedo molestar aquí — comentó, volviendo a su sitio. Parecía que quería decir algo más, pero su compañero se levantó y se fue del lugar.
·····
— ¡Profesor Yamamoto! — llamó uno de los alumnos.
El hombre se dio la vuelta, bajando la vista por culpa de su gran altura para observar a los adolescentes que se acercaban.
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𝓛𝓲𝓽𝓽𝓵𝓮 𝓢𝓮𝓬𝓻𝓮𝓽 | Gojo Satoru |
Fanfiction- "Este ha sido el secreto que me has ocultado hasta a mi. Bien, lo comprendo, pero eso no quiere decir que me deje de doler" ☆ Jujutsu Kaisen no es de mi propiedad, le pertenece a Gege Akutami. ☆ La portada no es mía, créditos a su creador. ☆ Gojo...