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 Akiko sintió un escalofrío por la espalda, seguido de una fuerte sensación de decisión

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Akiko sintió un escalofrío por la espalda, seguido de una fuerte sensación de decisión. Ella ya estaba aquí.

Levantó la mano para decir que se encontraba mal, y así su padre pasara a recogerla del instituto.

Aunque primero, vamos a presentar a la protagonista de este capítulo:

Sato Akiko, 13 años. Su madre no la quiso al nacer, así que le cedió la custodia total a su padre, sin volver a verla, por la que ni siquiera la recuerda. Hace cuatro años, su padre entabló una relación con otra mujer, al año de novios se casaron, y actualmente estaban esperando a su futura hermana, la cual había sido bastante difícil de concebir, así que todos estaban emocionados. O puede que su actual hermana, pues su instinto le decía que debía ir al hospital a toda costa. No le habían dicho el sexo, pero estaba convencida de que iba a ser una niña. No estaba convencida, lo sabía desde el momento en el que le dijeron que Aya estaba embarazada.

– Lo siento, Sato. Tu padre está en el hospital con tu madre. Al parecer tu hermano está naciendo — le informó el conserje. Dio un salto energética, empezando a celebrar. El hombre comprendió su alegría, así que le dejó expresar su emoción con una sonrisa divertida en el rostro.

La última sirena sonó, y la fémina salió corriendo tan rápido que ni al profesor le dio tiempo a detenerla. Seguro que si su profesor de educación física la evaluara en ese momento, le daría matrícula de honor.

Llegó al hospital y voló a la habitación, casi derribando la puerta de la forma más silenciosa posible. No le importó que en aquel momento solamente pudiese estar dos personas en el cuarto junto con los padres, y se acercó rápidamente a la cuna, encontrándola vacía. Levantó la mirada asustada, ¿dónde estaba su hermanita? Su padre al verla con esos ojos desesperados rió suavemente, y le señaló con la cabeza a la hermana de su madrastra, quien sostenía a un bebe que parecía a punto de llorar en cualquier momento.

– No parece que quiera estar conmigo — dijo, cuando finalmente la niña se echó a llorar con fuerza.

– ¿Puedo cogerla yo? — preguntó la adolescente, recibiendo una mirada confusa de todos.

– Déjame que la tranquilice y la coges un ratito — Aya extendió los brazos para coger a su hija, frunciendo un poco el ceño, como si en las pocas horas de vida de su hija ya se hubiese hartado de su llanto.

Esperó impaciente quince minutos, hasta que le cedieron a la menor. Al principio se quedó muy quita, mirándola con algo de miedo. ¿Sería una buena hermana? ¿Podría ayudarla cuando creciera? Miles de preguntas distintas empezaron a abarcar su cabeza, hasta que escuchó un pequeño ruido por parte de la criatura. Pensó que iba a echarse a llorar de nuevo, pero en su lugar, pareció sonreír al abrir sus ojitos, y con sus pequeñas manos intentó tomar sus gafas, aunque cuando Akiko le acercó su dedo para que le sirviera de distracción, lo agarró, y volvió a cerrar los ojos aun con sus labios curvados, como si intentara sonreír, durmiéndose en sus brazos.

𝓛𝓲𝓽𝓽𝓵𝓮 𝓢𝓮𝓬𝓻𝓮𝓽 | Gojo Satoru |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora