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 Las enormes pantallas que se situaban en los edificios de Shibuya pasaban distintos anuncios con una alta variedad de comerciales, bastante interesantes a decir verdad

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Las enormes pantallas que se situaban en los edificios de Shibuya pasaban distintos anuncios con una alta variedad de comerciales, bastante interesantes a decir verdad.

Miyuki los miraba atentamente, buscando distraerse con algo mientras esperaba a Satoru, que, para variar, llegaba tarde.

– Es increíble que siempre se las apañe para tardar siete minutos de más –-- murmuró para sí la castaña, mirando su reloj —. ¿Será qué lo hace apropósito?

Volvió a levantar la vista para mirar los luminosos anuncios, buscando distraerse de la gente que pasaba a su alrededor. No le gustaba ese ambiente tan bullicioso, sentía que podría pasar cualquier cosa y todo el mundo entraría en pánico como pollos sin cabeza, entonces sería cuando de verdad se agobiaría.

No pienses en eso ahora, no pienses en eso ahora — se repetía mentalmente, prestando una atención aterradora a un anuncio de refresco —.

Su mirada se volvió a desviar al divisar una cabellera blanca por encima de las personas. Una cosa buena de ese hombre es que lo encontrabas rápido entre la multitud.

Miyuki suspiró, y se quedó observándole hasta que finalmente consiguió colocarse al lado de ella, con una sonrisa.

– Llegas tarde — dijo nada más se apoyó a su lado en la pared, con expresión molesta —.

– Son solo unos minutos — se defendió el mayor, mirando la hora en su móvil —.

– Odio la impuntualidad, y tu siempre te las apañas para recordármelo — volvió a desviar su vista hacia las pantallas, observando un nuevo anuncio que no había visto —.

– ¿Anuncian algo bueno? — preguntó infantil el varón, fijando también su mirada en el anuncio —

– Este anuncio en el rato que llevo esperando no lo he visto, así que me genera curiosidad. Pero dudo mucho que puedas verlo con las gafas de sol puestas — su voz tomó un tono ligeramente sarcástico en sus últimas palabras, como si quisiera burlarse un poco del contrario —.

Estuvieron aproximadamente dos minutos mirando la publicidad de una nueva película romántica, donde, como no, la protagonista tenía que escoger entre dos chicos, y se veían las típicas conversaciones que tenía con su amiga de "¿Y cual te gusta más?" "¿Qué es lo que sientes por cada uno?". La fémina no le veía demasiado futuro a esa película.

Ambos empezaron a caminar por la calle, entrando a una librería en cuanto la localizaron por petición de la menor, pues quería hacer unas compras.

Satoru pensaba que iban a estar un muy buen rato ahí, pero para su agrado, Miyuki parecía haber pensado ya con antelación lo que iba a comprar, así que solo le tomó unos minutos encontrar los libros que buscaba e ir a buscar la caja.

Solo tuvo una distracción, y es cuando se paró para ver el cartel de una serie famosa, donde el más alto pudo apreciar que se fijaba en un personaje en específico.

𝓛𝓲𝓽𝓽𝓵𝓮 𝓢𝓮𝓬𝓻𝓮𝓽 | Gojo Satoru |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora