Capítulo 8 Riko Haruno parte 1

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     -Cuando mis padres llegaron a Konoha les hicieron creer a todos que ella era una aldeana –dijo Riko-. Taro Haruno nunca estuvo de acuerdo con el matrimonio que realizo su hermano pequeño. Despreciaba a mi madre por no ser una Kunoichi y por su carácter sumiso, aunque se cuidaba de no hacerlo delante de mi padre. El abuelo Dai me dijo que había heredado el carácter explosivo de mi madre.

     -Yo puedo dar fe de eso.- dijo Tsetsuo-. Hanako pocas veces lo llego a exteriorizarlo debido a la educación que recibió pero cuando lo hacía te dejaba temblando aunque no fueras el objeto de su ira y agradeciendo que no lo dirigiera hacia ti; decían que ese carácter le venía por el Makami, que era el mismo que soltaba al castigar a los malvados. Y ese terrible carácter lo heredaron todas sus descendientes.

   -En serio Tsetsuo ¿has dicho terrible?-. Pregunto Riko.

     -Sí. Pero como agradecí y llegue amar ese carácter tuyo.

     -¿Por qué dice eso padre? –pregunto Saya.

     -Te lo diré cuando Riko llegue a esa parte de la historia. –dijo con una enigmática sonrisa.

     -Un día mi madre perdió la paciencia y ese "terrible" carácter salió a relucir. -dijo Riko-. Taro estaba hablando con mi padre y con Renzo el más pequeño de los hermanos acerca de los hijos que mi madre estaba esperando, decía que nada bueno saldría de esa unión. Papa decía que mamá había puesto en su lugar a su hermano que se comportó más como un niño asustado que como el jonin que era, el tío Renzo dijo que poco le falto para que se hiciera en los pantalones. Después de eso nunca más se volvió a meter con mi madre. El tío Renzo era un hombre muy observador, nunca conoció la verdadera identidad de mi madre pero intuyo que no era la aldeana que mi padre dijo que era. Verán cuando ella llego a la aldea tenía mucha curiosidad por todo y rápidamente se acostumbró a su nueva vida; a la libertad y oportunidades que esta le dio. No digo que olvidara las enseñanzas samuráis pero supo combinar las cosas buenas de ambas vidas. Así que le pidió a mi padre que le enseñara hacer jutsus.

    -¿Y él lo hizo? –pregunto Shizune que estaba sentada en medio de Tsunade y Shikamaru.

    -Sí, le enseño todo lo que él sabía. Tal vez no lo sepan pero los guerreros samurái canalizan el chakra por medio de las katanas. Así que no le fue difícil aprender incluso llego a fusionar varios jutsus en uno. Técnicas que mi madre nos enseñó a mi hermano mellizo Botan y a mí. -dijo Riko-. Si el tío Renzo sospecho algo nunca dijo nada a nadie ni siquiera a Taro cuando descubrió que este estaba celoso de que sus sobrinos fueran mejores que sus hijos, pues todo el mundo creyó que esos jutsus los habíamos creado nosotros.

    -Lo recuerdo bien, se habló mucho de eso.-dijo Tsunade-. Pero tú eras mejor que Botan, él solo llego a ser un jonin y tú te convertiste en Anbu. ¿Por qué fue así, acaso él no quiso ser Anbu?

     -No. No fue eso, se debió a que él no recibió el aliento de Makami y yo sí. –Dijo Riko-. Botan nació primero y después yo; cuando estábamos naciendo se escuchó el aullido de un lobo.

    -¿Un lobo? –Pregunto Hinata que estaba sentada entre Shino y Kiba-. No hay lobos en Konoha ni a sus alrededores.

    -Mi madre me dijo que era Makami que nos estaba dando la bienvenida. –Dijo Riko-. Y que después de nuestro nacimiento en la primera luna llena se volvieron a oír aullidos y hubo una misteriosa niebla. Mi padre junto a los demás shinobis fue convocado a investigar, ya que como Hinata lo ha dicho no hay lobos en el país del fuego. Nadie se dio cuenta que salió de la aldea con nosotros en brazos para reunirse con Makami, nos puso en el piso delante de él y este nos acarició con el hocico y como hizo con mi madre cuando ella también era un bebe me dio su aliento.

    -Recuerdo esa noche, nunca encontramos nada y jamás volvió a repetirse nada como eso -dijo Tsunade para terminar quedamente-. Hasta el día que murió Hanako.

    -Sí, los aullidos comenzaron poco antes de que mi madre muriera, dijo que su madre la llamaba a reunirse con ella.

     -No entiendo que tenía que ver eso de la bendición con sus habilidades –dijo Lee que estaba sentado entre Kiba y Tente.

     -Como dije mi madre nos enseñó todos los jutsus que mejoro o creo.-dijo Riko-. Pero los míos eran más duraderos, rápidos, más fuertes; algunos dirían que mejores que los de Botan pero era porque yo podía acceder al aliento de Makami y al viento, y él no. La combinación de ambos es lo que los mejora. No podría explicar cómo es eso posible pero así es. Como yo contaba con el aliento madre me dijo cuando yo era una niña que cuando estuviera lista me encontraría con Makami y que nos volveríamos uno. Y que cuando eso sucediera compartiríamos las mismas habilidades y empezaría a entrenarme en serio.

    -¿Por qué su hermano no recibió el aliento? –pregunto Sai

    -No lo sé, -dijo Riko-. Siempre creí que era una cuestión de género, que solo las mujeres lo recibiríamos pero no ha sido así. Hubo una excepción pero me estoy adelantando. Nuestra vida transcurrió como la de cualquier familia Shinobi; mis padres estuvieron con nosotros conforme crecíamos, el encuentro que me dijo que tendría con Makami aún no se daba así que lo olvide. Botan se casó y pronto nos dio la noticia de que Kyomi estaba embarazada éramos muy felices pero nada dura para siempre. Kyomi murió al dar a luz a Kizashi.

     -¿A él también lo presento al Makami?- pregunto Naruto.

     -Si, a la primera luna llena después de su nacimiento. Después de que murió Kyomi, Botan se fue de misión por lo que mis padres y yo le ayudamos a criarlo y así lo hicimos hasta que mi padre y Botan fueron designados a una misión de la que nunca regresaron. Mamá supo de sus muertes en el mismo momento que estas ocurrieron.

    -¿Cómo lo supo? –Pregunto Choji-. Digo como pudo saberlo con exactitud.

    -Lo mismo le pregunte y me dijo que lo sabría a su tiempo. Mamá no volvió a hacer la misma después de sus muertes, si aguanto tanto fue por Kazashi, él tenía tres años, me preocupaba la salud de mamá así que decidí dejar a las fuerzas especiales Anbu después de mi última misión, cuando me despedí de ella me dijo que escuchara y estaría bien. Me reuní con mi equipo y empezamos a rastrear a un ninja que sospechábamos trabajaba con información robada de las aldeas en las que se infiltraba. Lo habíamos localizado y antes de poder actuar escuche una voz que dijo "No avances más es una trampa" me detuve y conmigo mi grupo cuando me preguntaron qué sucedía, les pregunte "porque dicen que es una trampa" todos me miraron como si me estuviera volviendo loca; Mieko me dijo "de que hablas nadie ha dicho nada" en eso recordé lo que me dijo mi madre antes de dejarla. Cuando oí que dijeron "cuidado atrás de ti" no lo dude y me volví para ver como Akiro estaba haciendo sellos, apenas pude sacar la katana y crear una barrera que solo me alcanzo a cubrir a mí y un poco a Mieko que la dejo gravemente herida; pero Isao lo recibió de lleno y murió al instante. Empezamos a pelear y logre herirlo seriamente pero no logre acabar con él ya que cuando vio que lo vencería lanzo un ataque contra Mieko, me movía para protegerla y él aprovecho ese momento para escapar. Mi deber era seguirlo y acabarlo pero si lo hacia Mieko moriría, así que hice un clon de sombras que cargo a Isao y yo la cargue a ella volvimos a la aldea lo más rápido que pude.

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Una disculpa por no hacer la actualizacion el lunes pasado pero para compensarlo subire dos capitulos.


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