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¿Estaba enamorada de Thomas shelby o solo era atracción? La pregunta rondó por su cabeza y no estaba del todo segura en encontrar una respuesta fiable pero últimamente no podía dejar de verlo, ni de pensar en él y se odio un poco por eso porque había estado la mayoría del tiempo escribiendo canciones que lo describían a Tommy con mucho detalle, cada vez que pensaba en sus ojos una nueva frase aparecía en su cabeza, escenarios ficticios que hacían latir con fuerza su corazón y se preguntó si todas las mujeres que conocían a Tommy compartían esa atracción por él o si realmente habia perdido toda cordura, no podía separarse de él queria una escusa para volver a abrazarlo y embriagarse de su perfume, quería que la tomara con sus manos apretandola a su cuerpo como en aquella ocasion.

No solo Elena estaba teniendo estos sentimientos sino que Tommy también, necesitaba escuchar cantar a Elena y perderse en la forma en que sus labios se movían ante cada palabra, necesitaba escuchar su risa y que iluminara su día con esa hermosa sonrisa que le daba. Aquella sonrisa que lo hacía sentir digno totalmente digno de ella..

Luego de el día de la subasta la tuacantante volvió a Londres donde un chismoso Erik la esperaba para que le contara como le había ido, suspiro al recordar la charla con su mejor amigo ya que ambos se encontraba bebiendo en la sala de estar, Elena estaba suspirando tratando de ponerle orden a sus sentimientos

— Estas en serios problemas mi querida amiga — solto el rubio mirando a Elena — No hay retorno

— Lo sé — bufo cayendo en el sillón al lado de su amigo — Estoy hundida

Elena le había confesado a Erik el dilema que estaba teniendo con sus sentimientos y su amigo no lució para nada sorprendido ante la confección, se podía ver a kilómetros aquella tensión entre el ganster y la cantante.

— No te agobies Elena, estás confundida y es normal — menciono Erik mirándola con una mueca — Arriesgate

— ¿De que hablas?

— Que te le lances encima Elena — la golpeo en la cabeza con el periódico — No pienses y da el primer paso. Si te rechaza solo lloraras unas horas para luego seguir con tu vida

— Eres diabólico — hablo mirándolo con sorpresa — Como si fuera tan fácil

— Lo sé querida, por eso me iré al infierno — dijo con aires de superioridad para luego retomar la charla — ¿De que estas hablando? MIRATE, ERES UNA DIOSA.

— Lo dices porque eres mi amigo — rodo los ojos — Ademas no podría hacerlo

— Callate, lo digo de verdad — chillo indignado — Si no fuera gay saldría contigo, eres una mujer hermosa y él noto eso Elena

— ¿Que?

— Lo vi en su mirada, estaba embelesado por ti — la apunto mientras se servía otro trago — Lo tienes locamente embobado

Luego de esa charla Elena se mantuvo enfocada en el trabajo hasta el fin de semana, había confeccionado un nuevo vestido para su actuación de aquella noche con ayuda de Rose, varias veces Madame Rose se veía reflejada en Elena, ella tampoco había tenido una vida fácil y al ver a la chica totalmente destrozada llorando en la vereda de su tienda se vio a si misma, desde ese día Elena fue más que solo una empleada.
La apreciaba y veía potencial en ella, Elena jamás olvidó el día que Madame Rose le dio un techo donde dormir, fue más que eso le entrego el sentimiento de apertenecer, los llantos que había soltado mientras la abrazaba cuando la mujer dijo que viviera con ella.

— Me gustaría ir a verte Elena pero no me gusta mucho el club — comento la mujer mientras ajustaba un vestido — Éxitos mi niña

— Esta bien Rose, en otra ocacion será —dijo la chica besando la mejilla de la mujer

Million Dollar Man - Tommy shelby Donde viven las historias. Descúbrelo ahora