Million Dollar Man - Tommy shelby

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Thomas Shelby se sentía en un limbo sin fin alguno como un trompo girando y girando sin parar, sabia que sus decisiones lo habían llevado a revivir una y otra vez la imagen de su familia siendo llevada junto a su esposa, la mirada de traicion en sus hermanos y la rabia en los ojos de su amada. La soledad de la enorme mansión que para ese entonces fue testigo de constantes noches en las que la enorme mesa del comedor se llenaba con su familia y sobrinos jugando con Elena, mientras los demás bebía y reían de los malos chistes de John, las reprendidas de Polly a Arthur y las anécdotas que terminaban desviandose del tema para hablar de otro.

Su corazón aquel que pensó que no tenía le dolía por ver a Elena tan alejada de sus brazos, quería tenerla de nuevo y volver al tiempo atrás para cambiarlo todo si de ser así volvía a tenerla a ella, pero ya era tarde para arrepentimientos porque sin quererlo las rosas que plantaron juntos murieron de sed, quien diría que estaría triste por unas rosas que no solo eran eso sino que era la representación del amor de su esposa, si las rosas murieron tal vez su amor también fue lo primero que pensó Tommy. Durante semanas lo único que ellos tenían era unas conversaciones vagas, desayunos en silencio y después cada uno hacía lo suyo, ella tomando el poder de la tienda de ropa de Madame Rose volviéndola algo más grande y él con sus negocios como siempre. Lizzie Stark permanecía a toda hora dándole noticias de cómo iban las cosas de su esposa

— Elena ha firmado los papeles de la nueva sucursal en Londres — le informó Lizzie — Ella esta muy emocionada, el dinero ganado por la tienda irá directamente al hogar

Ahora ambos se encontraban allí en ese comedor tan grande donde la madera brillaba y las demás sillas que siempre eran ocupadas ahora permanecían vacías, en la cabeza de la mesa Tommy fingia leer el periódico, en realidad estaba mirando a su esposa escribir en su libreta mientras revolvía con delicadeza su taza de café, la noche anterior Erik había estado en la mansión mientras Elena habla con Richard en la otra habitacion este interrumpio en su oficina y sentó en frente de su escritorio.

— Bien, ya estoy harto — solto cruzandose de brazos mirando al ganster servirse whisky

Los ojos de Thomas se cruzaron con Erik que se desplomo en el sofa, luciendo totalmente desalinado y como si no hubiera dormido en días, este suspiro ruidosamente al ver que ni le presto atención paso las manos por su cabellera rubia con aires de nerviosismo o complemente estresado.

— Algo que compartir con la clase Erik — dijo burlón Tommy — ¿Cual es tu problema?

— Ustedes son mi problema — dijo bufando haciendo referencia a Tommy y Elena — Hable con las mucamas y opinan lo mismo que yo

— No estoy entendiendo, de que hablaste con mis mucamas? Se supone que están en horario laboral

El rubio bufo de nuevo y coloco sus piernas sobre la mesa pero Tommy se las empujó ya que arruinaría la madera.

— Vaya que eres lento, hablamos de Elena y tú — rodo los ojos — Ya pueden dejar de ser tan orgullosos, se nota a kilómetros que ambos quieren quitarse la ropa en todo momento

La tensión que había entre esos dos era insoportable, entendía lo que decía Erik pero no sabía que hasta las mucamas lo notaban.

— Me dan jaqueca — declaro poniendo una mano en su frente exagerando

— Y por que no le dices todo esto a Elena también, ella es tu mejor amiga no yo..

Erik llevo una mano a su corazón poniendo una mueca de dolor

— Y yo pensando que ya eramos los mejores amigos, me dueles Thomas Michael — dijo falsamente sollozando

— Que dramático eres

— Es de familia — alzo sus hombros desinteresado — En fin, volviendo al tema. Le dije lo mismo a Elena

Tommy encendió un cigarrillo tratando de calmar las voces en su cabeza y tomo su vaso con whisky

— Ya follen de una vez y dejen de andar con tantas tensiones — exclamo quitandole el trago — No ven que soy empatico, ustedes me están enfermando van a cavar mi propia tumba

— Elena..

— Ya vi las dos caras de la moneda — le corto masajeando su cien — Mira, ve al grano y habla con ella si sabes que por más que este enojada te escuchará

Miro al rubio algo indeciso meditandolo por unos minutos

— Bien, ayúdame entonces

— Y yo en que momento dije que iba a ayudarte? — solto abriendo los brazos protestando — Que ganó con todo esto

— No más jaquecas — dijo simple

— Ja que chistosito

Luego de una extensa charla con Erik donde le dio miles de concejos y también alguna que otra reprendida, se hizo de valor para preguntar lo que tanto estaba rondando por su mente, sus ojos no se apartaron de Elena y ella lo noto porque lo despertó de su ensueño con simples palabras

— Si me sigues mirando vas a ojearme Thomas — dijo sin despegar su mirada de la libreta — ¿Que está pasando por tu magnífica mente?

— No, nada — negó doblando el periódico

Se había acobardado pero en su mente la voz de Erik lo insultaba y golpeaba con un periódico, este hizo una mueca por ello

— Habla ahora Thomas Shelby o calla para siempre — formulo aún escribiendo

— ¿Aun me amas? — preguntó temiendo la respuesta

Ella dejo de escribir de repente agitando sus pestañas sorprendida de esa repentina pregunta, la vio dejar su pluma al lado con sumo cuidado, relamio sus labios y lo miro a los ojos no supo decifrar aquella fogoza mirada. La vio suspirar como si ella también se estuviera haciendo la misma pregunta en su mente

— Te amo — contesto sincera — Aún te amo con cada parte de mi pobre alma..

Volvió a respirar sintió salir de la superficie en donde se había hundido, tal vez quedaba un pimpollo entre aquellas rosas secas, ella estiro su mano hasta la de él y sin dudarlo Tommy la atrapó acariciando la suavidad de su piel.

— Elena, te necesito más de lo que puedas imaginarte — admitio dejando al lado su fachada — Vuelve a mi..

— Estoy aquí Tommy, no me he ido — suspiro

— No, no de esa forma — negó mirandola

— De que hablas entonces?

Elena se quedó sentada allí viendo a Tommy levantarse, este se posiciono a su lado tomando su rostro y la beso, el sabor a café fue saboreado por él pudiendo decifrar el toque de esencia de vainilla que su esposa le agregaba al café, la mano de Elena se aferró a su brazo mientras sus labios seguían el compás dictado por los de Tommy.
Había extrañado besarla y escuchar los gemidos que soltaba al él morder su labio, no supo en que momento fue que la tuvo entre sus brazos aferrandose a su cintura mientras la besaba, maldijo a la falta de aire por obligarlos a separarse. No la solto y ella tampoco hizo el amague de irse, apoyo su frente contra la de ella para luego esconder su cabeza entre el cuello de su amada apretandola más contra su cuerpo

— Podemos arreglarlo — hablo inseguro

— No lo se, pero que perdemos en intentar — respondió ella acariciando su espalda

Fue una tregua y el inicio de una prueba que debía pasar, debia cuidar ese pimpollo con cuidado para que florezca, debia tomar unos guantes y sacar las malas hierbas, cortar la maleza que crecía alrededor. Acarició el cabello de Elena con adoración, su corazón latio con fuerza por reconocer tales emociones que ella le hacía sentir, tal vez si podía arreglar lo ocurrido con su esposa también podría con sus hermanos antes de que sea demasiado tarde.