Million Dollar Man - Tommy shelby

37

Era posible enloquecer con tanta facilidad? Tal vez Elena ya estaba loca y al estar allí se termino por reflejar su verdadera demencia interna, la mujer había perdido la cuenta de cuantos días o meses llevaba dentro de ese dos x dos que era su celda, los primeros días en la cárcel tuvo una hemorragia ya sabia el por que pero aún así llamaron a un médico que la visito y hizo una revisión general, Elena estaba embarazada antes de entrar ahí según el profesional médico ella llevaba dos meses de embarazo cuando todo el estrés terminó por arruinarlo y hacer que lo perdiera, meses o semanas pasaron pero Elena estaba ahí llorando por un feto que nisiquiera sabia que tenía pero que hubiera sido una mini copia de su esposo o una de ella.

-Una pequeña rosa..-susurro para si misma viendo la pared

La correccional se había comunicado con Tommy para decirle aquello, saber que su esposa minutos antes de que lo arruinará todo llevaba un futuro retoño suyo y que lo haya perdido lo destrozo por completo, busco la forma de que lo dejaran ir a verla pero ella se negaba a salir de su celda, el único lugar que podía ver su sufrimiento ese que la estaba quemando viva.
Se estremecio al escuchar abrirse la puerta de su celda, la tomaron del brazo con fuerza sacándola de su cama, Elena supo que había llegado el bendito día y a su lado Polly venia también, trago saliva cuando vio la horca pensando en que Arthur y John también estarían en la misma situación.

Todos los fantasmas de su pasado volvieron cuando colocaron la soga alrededor de su cuello, los susurros de Polly que rezaba por las dos llegaban a sus oídos pero Elena ya estaba negada a siquiera pensar en si iría al reino de los cielos, respiró profundo al ver a su verdugo poner la mano sobre la palanca que daría por terminada su vida.

Dicen que pasa toda tu vida al estar por morir y no solía creer aquello pero este día en particular podía escuchar a voz de su padre cantándola una canción mexicana con su mal español, luego se veía a sí misma riendo a carcajadas con Erik en su cumpleaños y los momentos más hermosos de su amistad, Milo quejándose de que lo hiciera probarse un corset luego esperandola cada noche y acompañándola en los dias de tormenta, los shelbys haciendo chistes cada domingo de almuerzo en la casa de Pol para luego tener una dosis de diversion al estar jugando con sus sobrinos, la primera vez que vio a Tommy en el altar esperando a por ella, la primera vez que se conocieron y por último las noches de café con Madame Rose.

-Polly, fue un placer.-se despidio mirandola para luego volver su vista al frente

Cerró sus ojos dejándose llevar por esas tan gloriosas imágenes que le recordaban que había tenido lo que tanto soñó tener en su vida, compañerismo, amor y familia, seguramente tanto su padre como Madame Rose la estén esperando en donde sea que van las almas, abrio los ojos cuando en el momento justo que entró un policía con un sobre entre sus manos.

-DETENGA LA EJECUCION!.-exclamo corriendo hacia los presentes allí

Una fuerza abrumadora golpeó su cuerpo cuando le sacaron la soga que estaba apunto de ahogarla, su presión arterial bajo tanto que se desmayo bueno eso  también era la falta de comida y medicamentos que hicieron bajar de peso haciéndola tener el aspecto de dos tallas menos, en cuanto se recupero tanto a Polly como ella las enviaron a buscar aquellas cosas que les habían sacado la vez que entraron por primera vez.

El aspecto de Elena al verse en el espejo la asusto, su cabello estaba opaco y las ojeras eran demasiado, ya no tenía ese tono de piel saludable sino que estaba palida seguramente se parecía a gasparin en ese momento.

Al poner un pie fuera de la carcel se mantuvo aturdida por tanta claridad, su vestido le quedaba muy suelto que hasta la incomodaba, Elena alzo su vista encontrándose con los ojos de su esposo aquellos a los que había mirado por última vez ese fatalico día, Tommy la observó pero ella solo desvío su mirada abrazándose a sí misma.

-Elena..-la llamo caminando hacia ella

-Thomas.-dijo desconfiada.-¿Eres real?

No podía asegurarse de sí seguía alucinando y su esposo era una proyección de su cabeza o si enserió él estaba allí

-Soy yo.-le aseguro viendo su desconcierto.-Soy real Elena..

Las disculpas no tardaron en llegar pero Elena ya no tenía paciencia para escucharlas, se dio media vuelta con la intención de irse con Michael pero este ya se había retirado de allí con Polly, su corazón latio con fuerza al ver a Erik de lejos corriendo hacia ella, Elena tiro la bolsa con sus demás pertenencias y zapatos corrió descalza por la cera hasta su amigo.

El llanto desgarrador que solto cuando Erik la rodeó con sus brazos hizo una perforación profunda en el corazón de Tommy, permaneció allí adentrándose en las profundidades de sí misma en cuanto más su esposo le hablaba ella se alejaba, no fue hasta que el rubio le hablo con toda la paciencia y la hizo entender que debían ir a la mansión.

-Solo es la entrada.-dijo Erik al sentir el apreton en su mano que Elena le dio

-Van a venir por mi de nuevo..-susurro viendo la entrada de la mansión con miedo.-Van a venir por mi y mi bebé..

-Elena, escuchame, nadie va a venir por ti.-la tranquilizo Erik acariciando sus delgados brazos

Su mejor amigo tuvo que irse pero prometía volver a estar mañana por la mañana allí, la mansión era fantasmal como si hubiera estado cerrada hasta su regreso, llevo una mano a su abdomen vacío bajo la atenta mirada de Tommy sobre ella

-John y Arthur, ellos también salieron?.-pregunto mirandolo mientras se sentaba en el escalón del inicio de las escaleras

-Si, ellos también salieron y presiento que no quieren verme.-respondio

-No es algo a lo que puedas ponerle una curita y ya Thomas, pasara un tiempo.-susurro abrazando sus piernas

-Lo he jodido todo verdad

-Lo jodimos todo.-corrigio Elena.-Una parte fue tu culpa pero otra fue mía también

Las lágrimas caían tratando de liberar esa tensión acumulada en su cuerpo

-Estaba embarazada.-susurro sintiendo a Tommy sentarse a su lado

Con temor de hacer un mal movimiento Thomas la abrazó, ella no se movió para devolverle el abrazó sin embargo la calidez parecía volver a envolverla, una presión en su pecho comenzó a surgir y de pronto se sintió prisionera, escapo de los brazos de su esposo para correr escaleras arriba con los latidos de su corazón zumbando en sus oídos. Thomas se quedó allí destrozado por haberle sacado aquel brillo característico que su esposa solía tener, ahora ya no había sonrisas ni risas