Million Dollar Man - Tommy shelby

51

De pequeña Elena era una chica que poco le importaba el que dirán, siempre estaba haciendo cosas que no eran según su madre "dignas de una dama", le gustaba correr por el campo con sus botas altas llenas de lodo y sus pantalones de hombre. Siempre desalineada ayudando a su padre con los cubos de paja y alimentando a los caballos, no estaba consiente de que haya algo erróneo en ella, para Elena todo estaba bien hasta que comenzó a salir con Joe. De pronto cambió sus botas altas y pantalones por vestidos, preocupándose de sí olía bien o no, fue en ese momento donde Joe le señaló sus primeras inseguridades, su cuerpo fue observado con lupa encontrando millones de errores que no la hacían sentir lo suficientemente bella.

Y ahora cada palabra de Joe rondaba por su mente, era real lo que veía en el espejo, podía observar con tanto detalle sus imperfecciones, suspiro al encontrarse con el rostro de su esposo atravez del espejo, se acercó hacían ella y la abrazó por detrás. Había salido del hospital después de unos días era la primera vez que se veía a el espejo con tanto detalle, los dedos de Tommy trazaron la línea de esa horrible cicatriz en su estómago

— Creo que estas cicatrices jamas van a irse — susurro mirándose a si misma — Me veo horrible

Los brazos de Tommy se posaron en sus hombros haciéndola girar quedando cara a cara, los ojos azules de su amado se posaron sobre los suyos como si estuviera leyendo su mente, no pudo soportar su mirada asi que desvio su cara a otra parte interesantes de la habitación evitando que ahora mismo Tommy estuviera viendo por primera vez desde que se conocieron su problema consigo misma.
El hombre alejo sus manos de los hombros de su amada para acaricias sus brazos y arrodillarse ante ella..

— ¿Tommy que haces? — preguntó mirandolo

Tommy quedó a la altura de esas cicatrices que tanto estaban perturbando su mente, el beso cada una de ellas con delicadeza haciéndola sentir escalofríos, subio poco a poco y beso cicatriz de su clavícula.

— Eres la mujer más hermosa para mi — confeso acariciando su mejilla

— Incluso con estas cicatrices — susurro embelesada

— Incluso con cada una de ellas — asintio — Besaré todas tus cicatrices hasta que te des cuenta que no cambian nada el tenerlas, sigues siendo la misma mujer de la que me enamoré.

Una sonrisa se formó en su rostro por la declaración de su esposo, Tommy la invito dándole una sonrisa que la dejo sin aliento.

— Lo amo señor Shelby — dijo besando su mejilla

— Y yo a usted señorita Shelby — hablo apretandola contra su cuerpo

Aspiro su perfume dejándose embriagar por el sentimiento de estar con su amado de nuevo, ahora mismo sabia que si los malditos italianos se metían con él estaría lista.
Tommy subió el cierre de su vestido y la puerta de la habitación fue tocada, Charles apareció allí ya sin la bata de hospital que solía usar, tenía un traje a su medida.

— ¿Y bien que tal me veo? — dijo alzando sus cejas y abriendo su saco para mostrarlo mejor

Erik lo había llevado de compras, se encargo de que tuviera todo un guardarropa completo y un corte de pelo nuevo

— Ahora si te ves como un niño — declaro Tommy

Elena le dio un manotazo en el hombro por eso

— Acaso eso que escucho es envidia — burlo con una ceja alzada

— Unos días con Erik y ya actuas como él

El niño rodo sus ojos y se acercó a Elena abrazadola cuidadosamente

— Te ves muy bien Charles — alago con dulzura — Aunque te falta algo

Detrás suyo saco una boina idéntica a la de Tommy y la posó sobre su cabeza, los tres se dieron vuelta mirando al espejo. Charles en el medio de ellos dos, el niño sonrio ante la imagen

— Es lo que siempre soñé — confeso Charles mirándolos

— ¿Que una boina? — preguntó Tommy

— Una familia — respondió

Elena sintio sus ojos ponerse brillosos porque entendía el sentimiento que Charles estaba experimentando ahora, lo miro a Tommy

— Ahora la tienes, no quiero presumir pero no pudo tocarte una mejor — bromeo un poco

Los tres se rieron y ambos adultos fueron abrazados por el niño que antes de ponerse a llorar se excuso con que los hijos de John lo estaban esperando, tanto Tommy y Elena salieron de allí rumbo a encontrarse con Arthur. Al llegar la cantante noto a las caras desconocidas que allí se encontraban y algunas conocidas como Charlie y C..

— ELENA! — Exclamo Curly a verla

Aquello llamo la atención de los desconocidos cuando el hombre se acercó a la mujer y la rodeó con sus brazos

— Hola Curly, yo también te he extrañado — sonrío soltando una queja baja por el apreton

— Cuidado Curly, ella aun se esta recuperando — hablo Tommy

Cuando la solto esté dio un sin fin de disculpas, Arthur se acercó rodeandola con su brazo.

— Arthur, quienes son ellos? — preguntó viendo al hombre de sombrero

Estaba parado allí con un chico a su lado mirando todo a su alrededor aunque lo atrapó dándole una segunda mirada a Polly que también se encontraba allí, cuando se vio atrapado no aparto la mirada de Elena. Tanto Tommy como ella se acercaron

— Elena, te presento a Aberama Gold — dijo una vez que estuvieron cara a cara — Él va a ayudarnos con los italianos

— Un placer, señor Gold — dijo no muy convencida

Su esposo fue llamado por Polly quedando sola con Arthur y el hombre

— Señorita Shelby no? — hablo apuntando su anillo

— Si, casada con Thomas — asintio firme

— Increíble, quien lo diría — comento en un tono que a Elena no le gusto

— ¿Disculpe?

— Oh no es nada señorita Shelby solo que me sorprende ver tanta belleza aquí

Ella le dio una sonrisa falsa y se giro caminando hacia otro lado con Arthur

— Tu te diste cuenta de lo que paso allí no— le dijo a Arthur

— ¿Quieres que lo golpe?

— No! No te metas en problemas tonto — bufo sosteniéndolo para que se quede a su lado

Arthur río por la reacción de Elena, lo hubiera echo ella misma pero no quería joder nada. Abrazo a Arthur por la cintura y ambos fueron a ver los caballos que tanto Curly quería mostrarle, los chistes malos de el mayor de los shelbys la hacían soltar carcajadas de lo realmente malos que eran.

— Arthur, eso no tiene sentido — dijo dándole de comer a uno de los caballos

— Se oía divertido en mi mente — admitio alzado sus hombros

Elena rio aun más fuerte ignorando la mirada de Arthur en ella, estaba feliz de tenerla de nuevo, no podía haberse imaginado un mundo sin su mejor amiga al lado.