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El sendero de la casa de Arthur estaba perfectamente cortado, el hermoso paisaje era totalmente identico a la descripción que el mayor de los shebys solía escribir en sus cartas, una hogareña estancia con un campo extenso y humo saliendo de la chimenea de piedra holandesa, Elena chiflo para llamar la atención de Arthur quien estaba entre las gallinas recolectado huevos con su bebé en brazos, este alzo su vista rápidamente buscando a la persona de ese chiflido tan particular, el rostro del mayor de los shelbys se ilumino al verla. No tardó en correr hacia ella con el bebé en brazos, la rodeó con su brazo libre y la pego a él mientras aspiraba el perfume que tanto había extrañado, el corazón de Elena latio con fuerza cuando la risa del bebé los separo.

— Arthur cuidado — solto sonriendo al verlo dejar caer unos huevos al suelo

— Mira bebé, ella es tu tía Elena  — le hablo al bebé que solto una risa al verla — Lo se es más hermosa en persona

— Arthur, harás que me sonroje — dijo riendo Elena — Te sienta bien tu nuevo cabello 

— Te ves...

— Estoy recuperándome de apoco — asintio ante lo que iba a decir y susurro como un secreto entre ellos tres — He estado recuperando el peso que perdí

— Me alegra escuchar eso porque estaba planeando un gran almuerzo — sonrío el mayor haciéndola reír

A lo lejos Elena percibió a Linda verlos desde la ventana, ambas no eran las mejores amigas pero si se trataban con respeto y la mujer de cabellera rubia había quedado totalmente agradecida de que Elena la haya defendido de esos policías, además de que por orden suya Erik se encargo de Esme y ella durante la estadía de los shelbys en la cárcel dándoles un lugar donde quedarse, permitiéndoles instalarse en la casa de Madame Rose mientras el movía influencias de Elena y él en el juzgado.

— ¿Como esta todo? — preguntó Arthur cauteloso

— Todo esta como un hilo a punto de romperse — respondió triste — El enojo es más fuerte que el amor algo que de cierta forma tendría que ser al revés

— Lo entiendo, es mi hermano y lo amo pero ha dejado una marca muy difícil de cicatrizar — asintio con los ojos brillosos — Se que tu también te echas la culpa de lo que sucedió y no debería de ser así Elena

— Mi enojo conmigo misma es aun más grande que el que tengo por él – hizo una mueca aclarando su garganta — Sigo pensando que debí hacer mucho más por ustedes, por mi familia

Arthur la abrazó y beso su frente con tanto amor, aquel que tanto necesitaba porque últimamente se sentía como un objeto vacío, el bebé tomó uno de los risos de Elena riendo porque le hacían cosquillas.

— Lamento tu perdida — susurro Arthur

El cuerpo de la cantante se tenso automáticamente

— Quien te lo dijo?

— Polly..

Elena no lo miro a los ojos porque sabría que rompería en llanto, gracias a el cielo la charla se vio interrumpida por la llegada de otro coche y no fue difícil decifrar de quien se trataba, el griterío no tardó en llegar a sus oídos

— ¡TIA ELENA! — Gritaron los niños corriendo hacia ella

— Oh no! Los demonios llegaron — susurro Arthur

Nisiquiera supo en que momento terminó en el cesped con los niños abrazándola haciéndola reír por la gran euforia que se cargaban

— OIGAN COMPORTENSEN! , DEJENLA RESPIRAR — Exclamo John bajándose del coche — Si siguen así no habrá tia Elena para fin de año

-¡Papá no digas eso! — se quejaron con el ceño fruncido

Solto una carcajada acercandose a ella para ayudarla a pararse cuando los niños salieron corriendo dejándola ahí, su cabello se habia llenado de pasto pero nisiquiera pudo terminar de sacarselo porque John la alzó abrazandola.

— También te extraño John — sonrío

— Gracias — le susurro en el oído

Ella fruncio el ceño por no entenderlo

— ¿Por que?

— Por cuidar de Esme y los niños aún cuando estabas en la cárcel, ya le agradeci a Erik me faltabas tú

John beso su mejilla abrazandola una vez más diciendo cosas graciosas para hacerla reír, pronto la casa de Arthur se lleno de ruidos como sillas arrastradas, cubiertos chocando y risas. Elena miró a su lado con una sonrisa pero aquel lugar estaba vacío ante la ausencia de Thomas, suspiro ruidosamente para luego tomar una copa de vino que Arthur le ofrecía, la tarde paso tan rápido para ellos como para Elena. Los niños la llenaron de dibujos y hablaron de los regalos que le pidieron a Santa además de preguntarle cuando podían ir a su casa, ella hizo una mueca por esa última pregunta ya que Esme no le gusto para nada eso, entonces la evito diciendo que ella iría a verlos con muchos regalos.

— ¿Como esta él? — preguntó John viendo como Esme y Linda iban al patio

— Sigue siendo el mismo Tommy, no hablamos mucho pero aunque no lo diga puede notarse que los extraña — suspiro

— Y tu, como estas? — re pregunto ignorando la parte de que los extrañaba

— Estoy sobreviviendo creo.. — dijo no tan convencida — Las pesadillas son muy molestas

— Una jodida porquería

— Totalmente John, totalmente...

Este asintio entendiendo a lo que se refería ya que él también solía tenerlas algunas noches, luego de aquella reunión Elena decidió tomar sus cosas y volver antes de que sea más tarde, se despidio de los chicos quienes no la querían dejar ir al igual que John y Arthur.
El camino directo fue tan rápido al estar tan distraída en sus propios pensamientos, al llegar la mansión tenía sus luces prendidas hasta el techo cuando entró nadie se haya ahí, dejo su abrigo en uno de los sofás para escuchar la melodía de su piano en las habitaciones de arriba, camino con cautela hasta allí donde la puerta estaba abierta dejando ver a Tommy sentado con sus manos en las teclas y un vaso de Whisky sobre el piano, ella se apoyo en el marco de la puerta observándolo

— ¿Como están? — preguntó mirandola por fin

— Están bien, los niños hicieron dibujos para los dos — susurro con sus ojos puestos en el techo — Ellos preguntaron por ti

— Enserio?

Tommy alzo sus cejas sorprendido y ella solo bufo ante su asombro

— Son tus hermanos, obvio que preguntarian por ti — dijo alzado sus hombros — No te vuelves un desconocido de la noche a la mañana

— Yo..

— Están enojados, claro que sí — afirmó — Pero siguen siendo familia y apesar de que a ti no te importó como se sintieron ante tu entrega a ellos si les importa como sigue el idiota de su hermano

— Elena

— Hoy no — negó alzando su mano cortandole el discurso

Se giro de allí en camino a la cocina donde el cóctel de pastillas recetadas por un médico la esperaban dejando a Thomas meditar sus palabras

Million Dollar Man - Tommy shelby Donde viven las historias. Descúbrelo ahora