Capítulo 17

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Maya no dejó que Carina arrancase el coche, cogió su cara con una de las manos y la miró intensamente a los ojos. Tras morderse el labio, la rubia redujo la distancia que había entre las dos y unió sus labios con los de Carina que aceptó ese beso encantada. Es más enlazó su mano en el pelo de la rubia para seguir con el beso, fue el dolor de Maya al intentar acercarse aún más a la morena lo que provocó que se tuviese que separar.

- Se te van a saltar los puntos...- Murmuró Carina rozando los labios de Maya mientras hablaba.

- Lo sé, pero es que no me puedo resistir. No sé resistirme a ti.- Aseguró la bombero sin poder evitar expresar todo lo que pasaba por su cabeza en ese momento.

- Yo estoy igual, pero vayamos despacio.- Dijo Carina dejando un beso suave en sus labios para luego alejarse un poco y dejarle espacio a Maya.

- Está bien. ¿Me puedes llevar a mi casa?- Preguntó la rubia que se había dado cuenta de que no tenía ropa ni nada que para cambiarse y la camiseta estaba manchada de sangre.

- Sí, claro. Yo te llevo.- Dijo Carina que ya había arrancado el coche para marcharse.

Maya le dio las indicaciones para llegar hasta su casa, durante todo el camino fueron hablando de todo lo que hicieron durante el rescate. Carina estaba fascinada al saber todo lo que hacía Maya en su trabajo, le parecía además de peligroso de tener una gran valentía y fortaleza.

- Ya llegamos.- Dijo Carina aparcado en un lado.

- Puedes subir...- Aseguró Maya que no deseaba separarse de ella.- Puedo preparar yo algo de comer y así compensarte por todo lo que has hecho por mi...- Se intentó justificar cuando se dio cuenta de que casi había suplicado que se quedase.

- ¿Estas segura?-Preguntó Carina que seguía sorprendida por el impulso de Maya.

- Claro, entra por la puerta del garaje. Así puedes dejar el coche.

Una vez que había aparcado ambas se subieron al ascensor y Maya marcó el número de su casa. Se hizo un silencio incómodo que ninguna de las dos parecía poder romper en ese momento. No sabían que hacer o decir, la realidad era que el comienzo de esa relación estaba siendo de lo más extraña.

- Adelante, estas en tu casa.- Aseguró Maya abriéndole la puerta.- Dame unos minutos para ducharme y ponerme algo limpio.

- Está bien. ¿Quieres que empiece a preparar algo de comer?- Preguntó Carina.

- Sí, claro pero no tengo muy claro si habrá algo en los armarios como para poder preparar algo...- Contestó Maya recordando que ella no solía hacer de comer en su casa por lo que no creía que hubiese demasiado donde elegir.

- No te preocupes, yo me encargo.- Aseguró Carina sonriéndole.

Maya entró en su dormitorio y se cambio de ropa, dejando la que Carina le había prestado en la cesta del baño para lavarla y poder devolvérsela. Una vez que se había quitado las manchas de sangre de las manos y estaba lista volvió a salir, pensar que la morena estaba en la cocina sólo provoco que sus nervios aumentase.

- ¿Cómo vas?- Preguntó Maya entrando en la cocina.

- No hay mucho donde elegir... - Contestó Carina sin poder evitar sonreír.

- Realmente creo que podría pedir algo, sería mejor que acabar con una indigestión.- Aseguró la rubia que se había acercado al frigorífico para sacar una jarra de agua y servirse un vaso.- ¿Realmente tienes mucha hambre?- Preguntó con un tono mucho más sensual del que había deseado.

Sobreviviendo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora