Capítulo 42

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Maya salió de la casa sin decir nada, tenía demasiados pensamientos en su cabeza y necesitaba organizarlos antes de volver y poder continuar con la cena.

Realmente no le dolía que Carina hubiese tenido otras relaciones, pues era lo más normal que tuviese una vida antes de ella pero sí que se encontraba perturbada por no saber algo tan importante como eso. Sabía que su relación había ido muy rápido pero pensaba que conocía mejor a la morena y descubrir que había estado a punto de casarse la había perturbado enormemente.

Además no dejaba de darle vueltas a la cabeza a que Carina había dicho que no creía en el matrimonio. Si bien era cierto que ella no se lo había planteado nunca sí que tenía en mente la idea de casarse en algún momento y de formar una familia. El hecho de que Carina directamente denegase la opción de casarse también había provocado un remolino de emociones en su interior, intensificadas por la noticia anterior.

No se había dado cuenta de que con todos esos pensamientos en su cabeza había comenzado a andar por la orilla de la playa alejándose bastante de la casa por lo que giró sobre sí misma para empezar a regresar, si bien no estaba segura de estar preparada para enfrentarse a Carina sí que era consciente de que no podía alejarse demasiado pues temía perderse por la zona pues debido a lo alterada que había salido había dejado su móvil en la casa por lo que no tenía forma de comunicarse con nadie.

Después de un rato caminando volvió a ver las luces de la casa, como todavía no se sentía preparada para entrar decidió quedarse sentada en la arena mirando hacía el horizonte donde caían los últimos rayos del sol, era una visión preciosa y que junto el sonido de las olas hacía que su cuerpo se relajase y se calmase.

No se dio cuenta del tiempo que había pasado, pues cuando los últimos rayos del sol desparecieron se tumbo sobre la arena colocando ambos brazos tras su cabeza. Fue cuando una brisa fresca recorrió su cuerpo que se dio cuenta que se había quedado ensimismada y era muy tarde.

Lentamente se levantó y tras sacudirse la ropa volvió a la casa, las luces exteriores estaban apagadas, a excepción de una pequeña que le permitía ver por donde iba. Se dio cuenta de que las llaves de la casa estaban puestas por lo que simplemente las giró y entro para ver que todos parecían estar durmiendo. No sabía muy bien que iba a hacer en ese momento, no sabía si subir a la habitación con Carina o si quedarse en el sillón.

La cabeza de Maya no dejaba de dar vueltas, no estaba enfadada, estaba dolida lo cual parecía ser un sentimiento mucho más doloroso y destructivo en ese momento. Decidió pasar por la cocina para tomar algo de comer pues al final no había cenado.

Al entrar en la cocina se encontró un plato tapado con una servilleta y delante una nota escrita con una perfecta caligrafía.

Siento haber provocado problema con mi nieta, ella te quiere, puedo verlo en su mirada. Ojala podáis solucionarlo.

Pd. Aquí te dejo algo para que cenes, debes de tener hambre.

Maya no pudo evitar sonreír, las palabras escritas en una perfecta caligrafía la habían calmado un poco. Carina estaba muy preocupada por como se tomaría su relación su abuela y al final ella había respondido mejor de lo que cualquiera hubiese podido imaginar.

Tras calentarse y comerse el delicioso plato que le había dejado Isabella, Maya se levantó y caminó hacía el dormitorio que compartía con Carina pero su sorpresa fue mayúscula cuando no la encontró allí. Se acercó al baño que se encontraba justo al lado de la habitación y tampoco la vio, la cama estaba hecha y sobre ella estaba la ropa que Carina se había puesto para la cena lo que provoco que Maya dudase sobre donde estaría la morena.

A pesar de querer saber donde se encontraba, como no conocía la zona decidió darse una ducha para quitarse la arena que llevaba por haber estado tumbada sobre la tierra y se acostó en la cama. Por el cansancio del vuelo y todas las emociones se quedó dormida en poco rato.

Carina por su parte se encontraba en la parte trasera de la casa que se encontraba perfectamente decorada y donde había una preciosa piscina donde se metió para intentar calmar toda la tensión que tenía en su cuerpo en esos momentos. La piscina estaba equipada con unos chorros de hidromasaje que ella decidió activar antes de meterse para intentar relajarse aun más.

La cena había sido bastante incómoda, Leonardo se había dado cuenta rápidamente que su presencia no había sido bien recibida por parte de la morena por lo que decidió no alargarla demasiado, y tras comer invitó a Andrea a salir a tomar algo fuera y tras ayudar a quitar la mesa ambos se marcharon dejando solas a Carina e Isabella quienes charlaron tranquilamente hasta que la mujer más mayor se marcho a acostarse.

Carina disfrutaba del sonido de las olas de fondo y de la cantidad de estrellas que había en el cielo esa noche. Había salido a buscar a Maya pero al no verla prefirió darle espacio, estaba preocupada y temía que su relación acabase por esto pero no podía obligarla a nada y no podía forzarla a volver para hablar por eso decidió bajar a la piscina a relajarse.

M&C

Maya escuchó a Carina llegar a la habitación, y se levantó para mirarla fijamente. La mujer llegó alborotada y algo nerviosa lo que provocó que la rubia se altérese y encendiese la luz para poder verla fijamente. Al hacerlo pudo notar los celos recorrer sus venas y su autocontrol desapareció.

- ¿De donde vienes?.- Le preguntó alzando la voz.

- Eso no es problema tuyo, no después de desaparecer durante horas.- Contestó Carina gritando y manoteando.- Eres una inmadura que no sabe afrontar las cosas hablando sino que tiene que huir de todo.

- ¿Yo soy la inmadura?.- Espetó Maya que ahora también había alzado la voz y se encontraba sumamente alterada.- No soy yo quién ha ocultado que estuvo a punto de casarse.- Grito levantándose de la cama para mirarla.

- ¡No iba a sacarme!.- Dijo.- Me lo propuso y dije que no. No creo que tenga que contarte con todas las personas que me he acostado en mi vida...

- Claro que no, no me interesa saberlo. Pero igual sí me interesa saber con las que estuviste a punto de comprometerte.- Gritó Maya muy alterada en ese momento.

- Te haré una lista completa, y si quieres te las ordeno de mejor a peor en la cama.- Espetó Carina cogiendo la ropa que había en el suelo.- Creo que esto ha sido un error, creo que nunca debimos de venir aquí juntas.

- Yo también lo creo, y no te preocupes. Cogeré el primer vuelo de vuelta a Estados Unidos, además buscaré algún hotel donde alojarme.- Dijo Maya cogiendo su maleta que estaba sin deshacer aún.

- Pensé que lo nuestro sería diferente...- Dijo ahora Carina mostrando lo dolida que se encontraba en ese momento.

- Yo pensé que no había secretos entre nosotras.- Espetó Maya.- Ahora veo que me has visto la cara de imbécil todo este tiempo...

- ¡Te odio!.- Gritó Carina sin poder dejar caer sus lágrimas por las mejilla ante la atenta mirada de Maya que no hizo nada sino girarse para marcharse del dormitorio.

¿Os ha gustado? Como siempre gracias por la espera. 

Sobreviviendo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora