- No, me gustaría que fueses tú. Creo que nadie me va a poder entender mejor que una bombera.- Aseguró Maya.- Y sí, podemos empezar ahora, creo que me ha sentado muy bien decir todo esto.
- Muy bien, pues primero me gustaría que me contases todo lo referente a tu padre. Has dicho que él tenía la culpa de como afrontas las cosas en la actualidad, quizás eso pueda ayudarme a entender todo.
- Él nunca fue una persona amable, nunca tuvo buen carácter pero yo supe esquivar sus furias haciendo todo lo que me pedía y siguiendo la línea que él me marcaba.- Contestó Maya que no pudo evitar una lágrima que escapó de sus ojos.
- ¿Hubo maltrato físico?- Preguntó ella temiendo la respuesta.
- No, golpeaba la pared, tiraba cosas al suelo pero nunca nos golpeó a nosotras.- Dijo ella.- Pero creo que fue más duro afrontar el maltrato psicológico, nunca tuve amigos porque tenía miedo de invitarlos a mi casa, nunca tuve pareja porque me convenció de que eran un lastre para mi carrera como atleta. Jamás salí de fiesta cuando estaba en el instituto, no hice nada de lo que haría un adolescente. Me pasé toda mi juventud entrenando sola, me hacía correr bajo la lluvia como castigo por no cumplir los tiempos que me marcaba...- La voz se entrecortó cuando decía esas últimas palabras.
- ¿Mantienes algún tipo de relación con él ahora?.- Preguntó al darse cuenta que Maya no iba a continuar.
- Durante unos años sí, pero al nombrarme capitana se presentó en la estación y montó un espectáculo provocando que fuese consciente de todo lo que me había hecho.- Comento la rubia, viendo como la psicóloga asentía. Estaba segura de que conocía esa historia, pues había corrido como la pólvora por todas las estaciones.
- ¿Y con tu madre?.- Preguntó pues de ella no había hablado nada.
- Ella vive a su sombra, muchas veces le pedí que lo dejara y que hiciera su vida pero no lo ha hecho. No la veo desde hace tiempo, realmente no puedo hacerlo sin verlo a él.
- ¿La culpas por ello?.- Preguntó la psicóloga mirando como Maya se quedaba pensando, quizás nunca se lo había planteado.
Maya pasó un par de minutos solo pensando en esa pregunta, realmente no sabía que contestar. Por una parte, sentía lástima por la situación tan deplorable en la que vivía su madre, por otra la culpaba por no defenderla de su padre. Tenían una gran cantidad de sentimientos al respecto y todos eran bastante contradictorios.
- No lo sé, creo que al principio sí.- Empezó a explicarle.- Creo que la culpé por no defenderme y ayudarme con él....- Se perdió en sus pensamientos.
- ¿Y ahora?.- Preguntó pues notaba que Maya no volvía de allí.
- Ahora no, ahora me gustaría poder ayudarla. Conseguir sacarla de esa casa que es su cárcel.- Contestó soltando un suspiro de resignación.- Ya lo intenté hace unos años pero fue inútil, ella no duró mucho lejos de él.- Añadió pues estaba casi segura que esa sería la siguiente pregunta.
- Maya, tienes que aceptar que no puedes salvar a todo el mundo.- Dijo la psicóloga, sabía muy bien que ese era un mal que perseguía a muchos bomberos normalmente.
- Es difícil dedicándonos a esto...- Murmuró mirando ahora la pantalla de su ordenador que se había iluminado tras recibir un correo electrónico.
- Lo es, pero eso no puede alejarnos de la realidad. No podemos salvar a todo el mundo, ni en nuestro trabajo ni en nuestra vida personal.- Aseguró ella.
- Sé que tienes razón...
- Pero no es fácil, sé que no lo es.- Continuó la frase de Maya pues sabía muy bien lo que la otra mujer estaba sintiendo en ese momento.
- No lo es, y como ya te he dicho creo que tengo miedo que la sombra de mi padre sea tan alargada que consiga pillarme debajo.- Reflexionó.- Temo haber adquirido su carácter, su forma de ser, de tratar a las personas. No quiero eso para mí, no lo quiero para Carina.- Añadió después.
- Maya, ese sentimiento puede ser muy dañino y perjudicial pues te vas a infravalorar y con ello vas a provocar que tus relaciones no sean sanas.- Explicó la mujer.
- Lo sé, soy consciente de ello.- Comentó la rubia pasándose las manos por la cara de manera nerviosa.
- Pues entonces tenemos que trabajar ese aspecto para conseguir que toda la inseguridad desaparezca, y que en caso de que vuelva a apoderarse de ti tengas las herramientas para gestionarla y para hacerle frente.- Aseguró la mujer sonriéndole levemente.- Pero no será hoy, creo que has dado un buen paso y que esto te va a permitir estar mejor. Creo que deberíamos volver a vernos la semana que viene, pero esta vez en mi consulta, así te saco un poco de tu zona de confort.
- Está bien, aún tengo que organizar los turnos de la semana próxima por lo que te llamo para concretar una cita cuando ambas estemos libres.- Dijo levantándose para acompañar a la psicóloga a la puerta.
- Está bien, aquí te dejo todos los informes de alta de tu equipo.- Señaló un montón de papeles encima de la mesa.- El tuyo también está.- Añadió al ver que Maya iba a preguntar.- Creo que eres una buena profesional, y que hayas decidido seguir con las sesiones no te impide ocuparte de tu trabajo, al menos no hay nada que lo indique.
- Gracias.
Las dos se despidieron y Maya comenzó a revisar por encima todos los documentos para después firmarlos y llevárselo a su jefe que se encargaría de firmar la vuelta de toda la unidad al trabajo.
M&C
Todos estaban reunidos en el bar esperando que Maya llegase, ella los había citado allí pues la charla que quería tener con ellos no era oficial. Tardó algo más de lo que esperaba en llegar pues su jefe estuvo leyendo uno por uno todos los documentos a pesar de que Maya le había asegurado que no había nada que les impidiese volver a la normalidad.
Su móvil sonaba en el bolsillo mientras intentaba aparcar el coche cerca del lugar sin demasiado éxito, en su reloj pudo ver que en esta ocasión era Andy quién llamaba. Tras volver a colgarle para evitar distraerse consiguió encontrar donde aparcar el coche.
Pocos minutos después estaba entrando en el local ante la atenta mirada de todos sus compañeros que se encontraban en sus mesas habituales.
- Ya hemos pedido por ti.- Soltó Gibson alzando una cerveza para que la viese.
- Gracias.- Contestó sentándose en el hueco que había libre.
- No te hagas de rogar... habla.- Espetó Travis que era el que menos paciencia tenía.
- Todos volvéis al trabajo el lunes pero yo no os he dicho nada, el jefe os reunirá y os lo comunicará. - Aseguró la rubia mirándolos. - Todos tendremos que volver al entrenamiento y al que haya perdido un mínimo de forma física estas semanas lo tendré limpiando mangueras hasta que me acuerde. - Espetó provocando que todos sonriese.
- Y si es la capitana quién ha perdido la forma física.- Bromeó Gibson con ese doble sentido que lo caracterizaba.
- Créeme cuando te digo que eso es más que imposible.- Soltó haciendo que todos los allí reunidos soltasen una carcajada.- He tenido un entrenamiento muy exhaustivo.- Añadió siguiendo el juego a Gibson.
- Supongo que cierta preciosa italiana ha tenido algo que ver...- Dijo Travis mirándola fijamente.
- Yo no he dicho nada...- Iba a continuar cuando Carina apareció por la puerta, Maya que estaba de frente la vio entrar mirando a todos lados. La había avisado de donde estaba antes de salir de la estación.
Maya se levantó y fue hacía ella, Carina sonrió y tras dejar un suave beso en sus labios la cogió de la mano para ir a pedir algo de tomar y luego volver con todos los demás. La morena no había tenido mucho tiempo para relacionarse con los compañeros y amigos de su novia, pero sí que le había caído especialmente bien Travis y Victoria, además de Andy con quién había tenido más relación.
ESTÁS LEYENDO
Sobreviviendo.
FanfictionMaya Bishop se encuentra en uno de los mejores momentos a nivel profesional pero a nivel personal su vida es un desastre, es cuando conoce a Carina deLuca que todo cambia. Por su parte Carina se encuentra dolida tras una dura ruptura.