Maya se levantó temprano, no pudo evitar girarse en la cama buscando el cuerpo cálido de Carina, pero se dio cuenta de donde estaba y que la mujer no estaba a su lado. En ese preciso instante sintió un gran vacío en su cuerpo por lo que no pudo dejar de pensar en cuanto echaba de menos a la morena cuando no estaba a su lado.
Perezosamente abandonó la cama para poder ducharse e irse a la estación. Aunque sus compañeros no volvían hasta unos días después ella debía de ir a ver las evaluaciones psicológicas además de a charlar un rato con la psicóloga del cuerpo para así evitar problemas con los jefes.
Al llegar a la estación no pudo evitar que su corazón se apretase un poco pues todos los pensamientos se fueron a ese fatídico día donde perdió a un compañero en el incendio. Sabía que sería difícil volver a la normalidad, pero tenía que hacerlo por el equipo, el 19 era la mejor unidad de bomberos de toda la ciudad y nada podría hacer que eso cambiase, al menos no sin que ella hiciese todo lo posible para evitarlo.
Antes de comenzar a preparar todo el papeleo y hablar con la psicóloga que se encargaba de la unidad miró su reloj y comprobó que Carina ya se habría levantado para irse al hospital por lo que le mando un mensaje.
- Buenos días, espero que tengas un buen día. Te quiero.- Maya no esperaba respuesta, simplemente quería que Carina supiese que pensaba en ella en todo momento, después de esas semanas donde casi no se habían separado verse durmiendo sola le resulto sumamente extraño.
- Buenos días, bambina. Te he extrañado mucho esta noche, espero que tu día también sea fantástico. Hablamos esta noche, te quiero.- La rubia cogió el móvil que descansaba sobre su mesa y sonrió, estaba profundamente enamorada de esa mujer y ahora era más consciente que nunca.
Iba a responder al mensaje cuando la puerta de su despacho sonó, y dio paso a quién fuese que tocase. Al abrir se dio cuenta de que se trataba de la psicóloga que habían asignado para seguir al equipo, al parecer se había adelantado.
- Buenos días, capitana Bishop.- Saludó la mujer mirándola fijamente con esa sonrisa cálida que siempre tenía.
- Doctora Lewis, un placer volverla a verla aunque haya tenido que ser en estas circunstancias.- Contestó Maya ofreciéndole la silla que estaba enfrente de su escritorio.
- Lo sé, siento mucho la muerte de Sullivan.- Dijo ella dejando su maletín en el suelo y sentándose en frente de la rubia.
- Gracias. ¿Cómo ha visto al equipo?- Preguntó pues sabía que ese era un tema relevante aunque ya tenía sobre su mesa los documentos oficiales que ella había escrito para poder volver a trabajo.
- En general hay un gran sentimiento de pérdida, pero creo que todos están preparados para volver al trabajo. Hemos estado trabajando estos días y poco a poco hemos ido mejorando.- Aseguró la psicóloga.
- Lo entiendo, a todos nos ha afectado.- Dijo Maya que se frotaba las manos algo nerviosa.
- Pero ahora no venga a hablar de tu equipo, sino que vengo a evaluarte a ti.- Dijo ella calmadamente, entendía que la rubia cargase con un peso mayor.
- Lo sé, y lo entiendo. Creo que la culpa es algo que voy a tener que reducir con el paso del tiempo, es cierto que ahora tengo en mente todo lo que podía haber hecho para evitar que esto sucediera.- Dijo Maya acomodándose en su silla y reclinándose hacía atrás.
- Maya, yo estoy aquí para ayudarte a gestionar esos sentimientos y quiero que confíes en mi.
- Estos sentimientos han estado viviendo en segundo plano durante estas semanas que he estado de viaje con mi novia, la verdad es que creo que me ha sentado bien desconectar.- Aseguró sin poder evitar que una sonrisa apareciese en sus labios.
- Es fantástico que sea así, pero la vuelta a la rutina puede traerte pensamientos negativos y eso es lo que yo quiero ayudarte a gestionar.- Dijo la mujer al ver que Maya se quedaba pensando.
- Creo... creo que parte de todo esto, de todo esto que soy...- Decía dudosa señalándose a sí misma.- es en una parte culpa de mi padre.- La psicóloga decidió entonces no interrumpirla, pues había abierto una puerta muy grande en ese momento.- Él me metió en la cabeza que no debía de fallar en nada, que todo debía de hacerlo perfecto y con eso me obligó a dejar de sentir en muchos casos. Creo que él me obligo a no sentir nada por nadie, pues consideraba que era una distracción para mi objetivo final. No sé si lo que digo tiene sentido pero en mi cabeza si lo tiene, yo sigo sintiendo que no puedo sufrir ni sentir dolor porque eso me aleja de mi objetivo final que es ser la mejor capitana de bomberos.- Se calló y se quedó mirándose las manos, no sabía como pero había soltado todo ese monólogo casi sin pensarlo.
- ¿Por qué crees que tener sentimientos es malo?- Preguntó ella que quería abordar esa cuestión antes.
- Porque cada vez que los he sentido he fracasado en mi objetivo.- Contestó Maya.- Y no tiene sentido porque... porque estoy completamente enamorada de una mujer maravillosa que se merece que de todo por ella, y lo hago, o lo intento pero siento que puedo hacerle daño, y al volver de nuevo a la realidad, siento que estando ella en mi vida descuido mi trabajo y que eso podría haber ocasionado el fallo que provocó la muerte de un compañero.- La rubia se reclinó abatida, ni siquiera ella misma era consciente de que esos sentimientos estaban dentro de ella, no sabía como habían aflorado de repente pero se había sentido bien al soltar ese lastre.
- ¿Quieres terminar tu relación?.- Preguntó la psicóloga aunque sabía muy bien la respuesta.
- ¡Qué!.- Espetó Maya sobresaltada.- ¡Claro que no!. Estoy profundamente enamorada de Carina, ella ha llegado a mi vida para cambiarlo todo...
- Entonces son solo inseguridades, Maya.- Dijo la doctora Lewis.- Maya, creo que tu sentimiento de culpa ha abierto una herida que no estaba del todo cerrada, y que vas a tener que intentar curar muy poco a poco. Los bomberos no soléis ser muy amigos de los psicólogos, pero creo que todo eso que sientes puede llevarte a sufrir, y a hacer sufrir a tu pareja.
- No quiero eso.- Aseguró Maya.- Siento que me derrumbo por momentos, que el puesto me queda grande, que mi vida personal es un caos a pesar de sentirme más feliz que nunca. Mi cabeza... dios... mi cabeza ahora mismo va a una velocidad que da vértigo, y lo peor es que ni siquiera era consciente de todo esto hasta hace unos minutos.
- Vayamos despacio, tenemos tiempo para hablar. Vamos a intentar reconstruir todos esos sentimientos poco a poco y a ir gestionándolos y superándolos. No será un camino fácil, pero con voluntad podrás conseguirlo. Estoy segura.
Maya se recostó de nuevo en su silla y miró a la doctora que sonreía con confianza y con calma, la rubia tenía que aceptar que debía de tomar las riendas de su vida y que eso pasaba por buscar ayuda de una profesional. Por nada del mundo quería hacer sufrir a Carina, y tampoco quería vivir sintiéndose insegura y con miedo.
- ¿Quieres que empecemos hoy?.- Preguntó la psicóloga pues sabía que Maya había descubierto muchas cosas en ese poco rato que llevaban charlando.- O si quieres buscarte a otra psicóloga también es una opción.- Añadió por si la rubia no se sentía cómoda hablando de su vida privada con ella, que había sido compañera de la estación.
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Sobreviviendo.
FanfictionMaya Bishop se encuentra en uno de los mejores momentos a nivel profesional pero a nivel personal su vida es un desastre, es cuando conoce a Carina deLuca que todo cambia. Por su parte Carina se encuentra dolida tras una dura ruptura.