Capítulo 29

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Tras terminar de comer se acostaron en el sillón a ver una película. Las dos estaban tumbadas en el sillón, Carina estaba debajo y Maya recostada sobre su cuerpo. Tras la noche de prácticamente no dormir, el sueño acabó por vencerlas y se durmieron en el sillón.

Carina fue la que se despertó primero y se quedó mirando fijamente a la mujer que descasaba sobre ella, no pudo evitar que una sonrisa naciese en sus labios, una sonrisa genuina, de esas que no pueden ser borradas por nada del mundo. Tenía una de sus manos en la espalda de Maya y con la otra le retiró un mechón de pelo que estaba tapando su cara. La rubia se removió un poco en sus brazos pero se volvió a dormir, en ese momento Carina solo podía pensar en la felicidad que le invadía el cuerpo.

Mientras la miraba se quedó embobada pensando en todo lo que le había sucedido en las últimas semanas. Tras la ruptura con Arizona había pasado una etapa muy mala donde no había querido dejar entrar a nadie nuevo en su vida, de hecho, nunca pensó que lo que empezó casi como un juego acabase así. Abrazada a una mujer que llenaba su corazón y que le sacaba una sonrisa solo con mirarla a los ojos. En ese momento recordó una de las conversaciones más emotivas que había tenido con su madre antes de que esta falleciese en la que ella le decía que no debía de conformarse con menos de lo que merecía, en ese momento una lágrima escurrió por su mejilla al recordarlo, pero también entendió esas palabras. Por primera vez desde que se las había dicho sentía que estaba recibiendo todo lo que merecía y esa sensación era tan grande que hinchaba su pecho de felicidad.

Maya se movió sobre ella y la sacó de esos pensamientos, vio como lentamente abría los ojos y se giraba para mirarla. Ella solo sonrió y la miro de vuelta mientras que acariciaba su mejilla calmadamente, las dos se sentía en paz. Maya notó la lágrima que escurría por su mejilla y la limpió calmadamente.

- ¿Todo bien?- Preguntó en un susurro Maya intentando no romper la atmosfera de paz que había entre las dos en ese momento.

- Sí, solo recordaba a mi madre.- Contestó Carina dejando un suave beso en los labios de la rubia que respondió encantada.

- ¿Quieres contarme sobre ella?- Preguntó la rubia levantándose un poco para poder dejar que Carina se sentase.

- Ella era increíble, era una mujer maravillosa. Y sé que murió arrepentida por dejarme con mi padre, ella murió antes de que yo pudiese verla y eso ha sido algo que me ha perseguido durante muchos años pero creo que ahora estoy bien. Siento que ella sería feliz en verme viviendo la vida que deseo.- Explicó sin poder evitar que las lágrimas corriesen por sus mejillas.- Siento que su muerte ha sido lo más doloroso que he vivido nunca, y eso que hacía años que no nos veíamos. Quizás que mi padre haya muerto ahora me ha abierto un poco esa herida...-

- Estoy totalmente segura de que si tu madre es la mitad de lo que tu eres ella estaría completamente feliz de verte. Eres una mujer fuerte, cariñosa, inteligente, carismática...- Maya cogió la mano de Carina para que la mirase y así poder reconfortarla.- No sé lo que es perder una madre o un padre, al menos no en el sentido literal, aun así imagino el dolor que se siente. Pero si los recuerdos que conservas de ella son buenos, lo demás no importa. Ella estará contigo siempre, y vivirá en ti.

Carina no pudo evitar romper a llorar y se vio reconfortada por los brazos de Maya, su apretado abrazo y las caricias en la espalda hicieron que se relajase tan solo unos minutos después. Fue entonces cuando se separaron y se miraron a los ojos de nuevo.

- ¿A qué te referías con que no has perdido a tus padres en sentido literal?- Preguntó cuando se dio cuenta de esas palabras.

- Es una historia complicada, ahora solo quiero que te sientas bien y no agobiarte con una historia...- No pudo continuar porque Carina la interrumpió.

- Maya, la vida es complicada, nuestras vidas son complicadas y si queremos que esto funcione tenemos que aceptar que no todo sea perfecto.- Explicó pues quería conocerla, quería saber cuales eran sus fantasma.

- Esta bien.- Dijo Maya que se había sentado cómodamente mirando hacía delante mientras que Carina seguía sentada de lado mirándola fijamente y acariciando sus manos.- La relación con mi madre es complicada pero el problema viene por la clase de persona que es mi padre. Yo hasta hace unos años no llegue a la conclusión de que he vivido con un hombre controlador y manipulador. Él siempre me presionó y me manipuló para que hiciese lo que el quería.- Explicó sin querer dar demasiados detalles.

- ¿Qué te hizo darte cuenta de ello?- Preguntó Carina suavemente.

- Se presentó un día en una urgencia, donde tuve que acudir con todo mi equipo e intentó pasar el precinto policial... yo me acerqué a él y le grite que se alejase y que me dejase trabajar...- Su voz se entrecorto con ese recuerdo lo que hizo que Carina apretase su mano para reconfortarla lo máximo posible.- Entonces al girarme para volver al trabajo me agarró del pelo... fue lo más humillante que he vivido nunca.- Explicó Maya.- Todos se acercaron para alejarlo de mi y en ese momento me di un golpe de realidad, vi uno a uno todos lo momentos que me había hecho pasar, vi esos momentos en lo que tenía casi que andar de puntillas por la casa para que no me escuchase, como nunca pude llevar amigas a mi casa, como tuve que renunciar a tantas cosas para ser la persona perfecta que él imaginaba en su cabeza.- Maya miró a los ojos a Carina y no vio pena o lástima sino que vio rabia, lo cual en cierta manera la hizo sentir mejor pues odiaba que la gente sintiese pena por ella.

- Lo habría matado si lo llevo a ver haciendo eso...- Espetó Carina que no lo pudo evitar.

- Me lo creo...- Dijo Maya que no pudo evitar sonreír.- Te vi actuar con esa madre embarazada cuando su marido intento acercarse a ella.- Explicó entonces ante la cara de incertidumbre de la morena.- Le ofrecí a mi madre venirse a vivir conmigo y dejarlo pero no fue capaz, así que nuestra relación se ha vuelto difícil por no decir inexistente.

- Es difícil dejar atrás una relación tóxica y enfermiza.- Aseguró Carina como si supiese de lo que hablaba, lo que provocó que Maya alzase una ceja a modo de pregunta.- Tuve una relación complicada cuando era más joven.- Explicó sin dar demasiados detalles.

- No sé si quiero saber...- Dijo Maya más en broma que en serio, pues no le hacía gracia imaginar a Carina con otra persona.

Antes de poder continuar la conversación el móvil de Maya sonó y tuvo que cogerlo al darse cuenta que era del trabajo. Carina se quedó en el sillón esperando a ver que estaba sucediendo.

- Tengo que irme.- Espetó Maya poniéndose los zapatos.- Se ha declarado un incendio de nivel cuatro, están movilizando a todos los bomberos disponibles.- Explicó entonces.

- Puedo acompañarte, quizás sea de ayuda.- Dijo Carina vistiéndose también.

- Prefiero que vayas primero al hospital, según me han informado no parece que haya heridos, y los afectados ya han sido trasladados. Supongo que allí serás más útil.- Explicó Maya, sabía que cuando la llamaban para un nivel como ese significaba que antes había habido otros equipos intentando extinguir el fuego pero que no lo habían conseguido.

- Esta bien, cualquier cosa que necesites me avisas.- Dijo Carina cogiéndola de la camiseta para que no se fuese sin despedirse de ella.

Maya se acercó a ella y le dejó un suave beso en los labios mientras que acariciaba su espalda. Era embriagador el aroma que tenía Carina y se moría por no separarse de ella en esos momentos.

- Ten mucho cuidado.- Le pidió en un susurro mientras que sus labios seguían aun unidos.

- Lo tendré.- Aseguró entonces la rubia girándose para poder salir.

Empieza lo bueno... 

Sobreviviendo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora