Capítulo 37

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Era de madrugada cuando ambas se dejaron caer sobre la cama completamente extasiadas y agotadas. Había sido una de las noches más intensas que nunca habían tenido, pues a pesar de haber disfrutado del sexo siempre, ahora era diferente, ahora sentían que había algo más y que los sentimientos que tenían la una por la otra eran cada vez más fuertes.

- Ha sido increíble.- Dijo Maya que se tumbó de lado para mirar a Carina que sonreía.

- Sí que lo ha sido...- Añadió esta.

- Espera...- Murmuró Maya quedándose pensativa.- Antes... ¿has dicho que estabas organizando un viaje a Italia?- No había recordado esas palabras hasta ese momento.

- Sí. Quería invitarte mañana a una cena y pedirte que me acompañases.- Explicó Carina cogiendo la sábana para echársela por encima.- Por eso he estado haciendo turnos dobles, para dejar mi puesto cubierto además de para poder tomarme dos semanas de vacaciones.- Explicó mirando fijamente a la rubia que en ese momento no sabía que decir.

- Siento la escena...- Dijo bastante avergonzada por la forma en la que había llegado y por como se había comportado en los últimos días.

- No pasa nada.- Aseguró Carina invitándola a acostarse para apoyar su cabeza sobre el pecho de la bombera.- Solo tienes que controlar ese temperamento...- Añadió Carina acariciando el abdomen de la rubia.

- Lo sé, y lo siento. De verdad que no soy así... es la primera vez que tengo una relación seria y quizás eso me hace sentirme insegura y con miedo.- Dijo esto mientras acariciaba la espalda desnuda de la morena.

Ambas se encontraban tumbadas en la cama boca arriba. Carina tenía su cabeza apoyada sobre el pecho de la rubia que subía de manera tranquila mientras que Maya la abrazaba y acariciaba su espalda suavemente. La conversación se quedó ahí, pues ambas estaban agotadas y se quedaron dormidas pocos minutos después.

Maya fue la que se despertó primero y vio como Carina se había girado en la cama y ahora dormía apaciblemente de espaldas a ella. No pudo evitar contemplarla durante unos segundos para después mirar su móvil y ver que era aun temprano, no sabía si Carina debía de ir a trabajar ese día pues no habían hablado de ello el día anterior. Lentamente salió de la cama y se puso una de las camisetas de Carina junto con sus bragas para marcharse a la cocina a preparar algo de desayuno.

- Huele muy bien...- Murmuró Carina que entraba en la cocina desperezándose algunos minutos después.-

- Toma...- Maya le dio una taza de café, en esos días en los que había estado sin trabajar había intentando aprender a hacerlo como le gustaba a la morena.

- Esta increíble.- Aseguró Carina que no pudo ocultar su tono de sorpresa.

- Ya... he estado practicando.- Dijo la rubia sonriéndole y poniendo unas tostadas sobre la encimera para que comiese también.- ¿Tienes que trabajar hoy?- Preguntó.

- Sí, hoy tengo que ir a dar las últimas indicaciones y luego estaré libre.- Explicó dándole un bocado a la tostada.

- Entonces...- Maya no sabía como sacar el tema del viaje de nuevo pues estaba bastante nerviosa, a pesar de apetecerle hacer un viaje con Carina, temía que al ir a Italia debía de conocer a su familia y eso la asustaba un poco.

- Entonces esta noche te iba a invitar a una cena, te iba a preguntar si me querías acompañar a Italia para llevar las cenizas de mi padre y para pasar unos días descansando.- Explicó entonces la mujer tomando más café.- Mi hermano se va a tomar también unos días, aunque serán menos. La idea es sacar los billetes mañana mismo para lo más pronto posible y así disfrutar de más días.- Fue hablando ante la mirada de Maya.

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