Sobreviviendo.

Capítulo 25

- No tienes nada que agradecerme, lo he hecho...- Maya se atragantó con sus propias palabras.- Lo hice con gusto, sabes que puedes avisarme para lo que necesites.- Dijo intentando arreglar lo que iba a decir.

- Gracias.- Carina se sorprendió con el cambio de tono que había tenido Maya pero no le quiso dar más importancia.

- ¿Has arreglado todo?- Preguntó Maya buscando cambiar de tema lo más pronto posible.

- Sí, Andrea y yo nos encargamos de todo esta mañana y esta tarde he avisado a toda nuestra familia en Italia.- Explicó la joven que parecía más calmada.

- ¿Qué habéis decidido?- Pregunto Maya queriendo ayudar lo máximo posible a la morena.

- Le haremos una misa aquí, luego lo incineraremos y en cuanto podamos viajaremos a nuestra casa para esparcir las cenizas.- Explicó Carina que parecía mucho más calmada.

- ¿Quieres que te acompañe a la misa?- Preguntó entonces Maya de manera natural.

- No tienes que molestarte, ya he causado mucho problemas.- Contestó la morena que realmente se sentía avergonzada por todo lo sucedido.

- Tú no me causas problemas.- Aseguró la bombero intentando quitarle esas ideas de la cabeza a la otra mujer.- ¿Cuándo será la misa?- Preguntó al ver que la otra mujer no decía nada.

- Mañana por la mañana.- Contestó sin más.

- Esta bien, me pasaré a recogerte y así no tendrás que conducir.- Afirmó Maya.- ¿Necesitas algo?- Preguntó de nuevo.

Carina se quedó en silencio al otro lado de la línea, nunca se había sentido así con otra persona. Recordó todas sus relaciones, incluso la de Arizona, con quién pensó que tendría algo más serio y ninguna se acercaba a lo que estaba sintiendo con Maya. Se sentía feliz, a pesar de la tristeza, protegida y cuidada como nunca, sentía que podía ser débil por una vez en la vida.

- ¿Por qué haces todo esto?- Preguntó Carina tras unos segundos de silencio.

Ahora fue Maya la que se quedó en silencio reflexionando sobre la pregunta que le acababa de hacer, realmente era una muy buena pregunta, que ella misma se había hecho en varias ocasiones pero que no había sido capaz de contestar hasta el momento. Por su cabeza pasaron infinidad de ideas, pero solo una tenía sentido para ella, una respuesta que no esperaba. Ella que no creía en las relaciones, en la monogamia, además nunca había encontrado estabilidad con ninguna persona se encontraba afrontando una realidad demasiado grande, se había enamorado casi a primera vista de esa mujer. Un miedo irrefrenable se apoderó de su cuerpo, ella nunca había sentido esas cosas. Simplemente se dedicaba a sobrevivir y a dejar pasar los días, buscando momentos de felicidad y de alegría pero cuando pensaba en Carina notaba que esa felicidad dejaba de ser efímera.

- ¿Sigues ahí?- La voz de Carina rompió el monólogo interior que Maya estaba tendiendo.

- Sí, lo hago porque me importas.- Contestó sin poder expresar mejor lo que le pasaba por la cabeza, mucho menos hacerlo por teléfono.- Lo hago porque...- Maya no supo como continuar, ella no sabía como expresar esos sentimientos que estaban naciendo en su interior.

- ¿Quieres venir a cenar?- Preguntó entonces Carina notando la incomodidad de Maya, quería hablar ese tema en persona porque sentía lo mismo. Sentía esa sensación de paz y felicidad cuando estaban juntas y era algo que sabía que no se encontraba fácilmente.

- Sí, déjame despedirme de los chicos y voy.- Contestó la bombero mirando al interior del bar donde estaban todos sus compañeros tomando algo.- Yo compro algo de camino...