Capítulo 16

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Tras terminar de preparar el café y coger los pasteles que Maya había llevado el día anterior se sentaron en el sofá y comenzaron a comer. Eran más de las 10 de la mañana y ambas estaban agotadas pero sentían que la noche anterior habían quedado a medias y no querían permitirlo.

- ¿Todos tus días son así?- Preguntó entonces Carina dando un sorbo de café.

- Hacía tiempo que no teníamos un aviso tan grave.- Contestó Maya.- Pero más o menos sí.- Aseguró la bombero.

- Ahora te admiro mucho más...- Aseguró la morena mirándola fijamente.

Maya se giró ligeramente y miró a Carina que sonreía tras darle un sorbo a su café. Redujo la distancia que había entre ambas y junto sus labios con los de la morena, sus labios que tenían sabor a café. Pasó sus manos por el cuello de la morena y la acercó aun más a ella, Carina respondió al beso y entrelazó sus manos en la cadera de la bombero para que se acercase aun más a ella.

- Vayamos al dormitorio...- Murmuró Carina sin despegar demasiado sus labios.

Maya no contestó simplemente se levantó y con ella a Carina que siguió besándola y acariciándola. Ambas iban caminando, Maya hacía atrás pues estaba siendo empujada por Carina para encaminarla hacía su dormitorio. Cuando cayeron en la cama, Maya soltó un quejido de dolor al recibir un golpe en el abdomen. Aun así no paró el beso sino que siguió con las caricias hasta que Carina alejó sus labios y comenzó a besar su cuello y a morder el lóbulo de su oreja provocando un fuerte gemido de placer.

- Carina...- Murmuró pues a pesar de la fuerte excitación que sentía en ese momento se encontraba agotada, y con su cuerpo dolorido.

Carina pareció notar todo lo que Maya sentía por lo que simplemente se separó un poco de ella y la miró sonriendo, dejó un suave beso en los labios y luego la tapó con la sábana que estaba tirada en el suelo.

- Continuaremos después...- Aseguró Carina.

- No, pero...- Maya volvió a besar los labios de la morena pero esta se volvió a separar un poco para volver a mirarla, notaba el cansancio en su propio cuerpo por lo que no podía ni imaginar como se debía de encontrar la otra mujer.

- Vamos a dormir un poco, ha sido un día intenso.- Dijo Carina que se dejó caer en la almohada mientras que Maya casi se quedó dormida al instante mientras que la morena la miró fijamente con una sonrisa en la cara. Sabía perfectamente que esa mujer iba a ser su perdición. Pero se quedó dormida poco después, con esos pensamientos dando vueltas en su cabeza.

Las dos durmieron hasta medio día, tan sólo los ruidos de unas obras cercanas provocó que Carina se despertase. Para su sorpresa Maya en encontraba durmiendo boca abajo mirando hacía el otro lado pero tenía un brazo protector abrazando su cintura. Se quedó mirando a la mujer que respiraba muy tranquilamente lo que provocó una sonrisa tonta en su cara, lentamente se removió para salir del agarre y preparar algo para comer pues a pesar de haberse tomado los pasteles cuando llegaron notó que su estómago reclamaba más comida.

Había pasado algo más de media hora cuando volvió al dormitorio con una bandeja cargada con varios platos sencillos pero que serían suficiente para calmar el hambre. Dejó la bandeja en su lado de la cama y se movió hacía el otro para poder contemplar la cara de la rubia que dormía profundamente, se imaginaba que estaría agotada pues había hecho un esfuerzo enorme el día anterior.

Al mirarla podía ver una mujer fuerte, con un gran carácter y carisma que era capaz de arriesgar su propia vida por proteger la de los demás lo que sólo provocó que le gustase aun más. Lentamente retiró algunos mechones de cabello que había caído sobre la cara de Maya que se removió al notar el contacto, y lentamente fue abriendo los ojos.

Sobreviviendo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora