"J"

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*Narra Bruno*

Me dirigí a la alcoba, metí la mano en el primer cajón y saqué el bote de las letras. Eché una ojeada rápida a los papeles que quedaban, a simple vista se notaba que había muchos menos que al principio. Así a ojo calculé que debíamos llevar ya la mitad. Aunque también hay que tener en cuenta que últimamente habíamos tirado más de la imaginación que de las letras del bote. He de reconocer que en aquel momento me sentí muy orgulloso de nuestra vida sexual. Llevábamos ya casi cuatro años juntos, bueno, en realidad tres de novios y uno de follamigos, y cada vez que nos acostábamos me ponía tantísimo como la primera vez. Pero claro, también es cierto que para que a mí me deje de poner cachondo Pol Rubio tendría que estar muerto.

Sin pensarlo más agité el bote, cerré los ojos y agarré el primer papel que pillé . Lo desdoblé y me senté en la cama, mirando fijamente la letra. La "J", bueno no estaba mal, podría haber sido peor. El sonido de la puerta me sacó de mis pensamientos.

- ¡Buenas! - gritó Pol desde el pasillo.
- ¡Holaa!- escuché como sus pasos se acercaban hacía la habitación y rápidamente guardé el bote de las letras.
- Ya estoy aquí. -dijo acercándose para darme un suave beso.
- Ya te veo ya... - lo miré de arriba a abajo, debía de venir del gimnasio o de correr, estaba chorreando. - ¿Que tal el entreno?
- No ha estado mal, solo espero no tener muchas agujetas mañana...Oye ahora que me acuerdo, ¿al final lo de Oliver qué?
- Joder tío. -me llevé las manos a la cabeza. -Se me había olvidado por completo que era esta noche.
- Bueno da igual, todavía tenemos tiempo de sobra para prepararnos. Me ha escrito hace un rato diciendo que ya había reservado mesa en... - señaló el papelito de mi mano y me miró con una sonrisa pícara. - ¿Y eso qué?
- ¿ Ya iba siendo hora no? Teníamos las letras un poco olvidadas.
- Bueno... tampoco es que nos hayan hecho mucha falta. Nos las hemos apañado bastante bien creo yo. - se sentó junto a mí. - ¿Cual ha salido?

Le di el papel, lo desdobló y se quedó mirándolo mientras asentía suavemente con la cabeza y una suave sonrisa comenzaba a aparecer en su cara.

- ¿ Tienes algo pensado o qué? -preguntó con las cejas levantadas.
- Puede ser... -me acerqué lentamente a él agarrando suavemente el cuello mojado de su camiseta de tirantes.
- ¿ Y cuando piensas enseñármelo? -preguntó antes de romper la poca distancia que quedaba entre nuestros labios.
- Sorpresa... - susurré en mitad del beso mientras empezaba a profundizar más.

Me coloqué sobre él y continué besándolo, cada vez más intensamente. La verdad es que verlo así, sudado, me ponía mucho. Me encantaba imaginármelo en el gimnasio, haciendo pesas, dominadas y cualquier cosa con esos pantalones grises cortos del chandal... creo que debería ir a verlo entrenar más a menudo. Enseguida noté como comenzaba a ponerse duro debajo de mí.

- ¿Me acompañas a la ducha? - dijo mirando hacia nuestras erecciones.
- Si me lo pides así... -contesté con una media sonrisa. - Pero sin entretenernos mucho, que todavía somos capaces de llegar tarde.
- Eso ya lo iremos viendo...

Se río, me pegó con fuerza a su cuerpo y casi de un brinco se levantó de la cama. Rápidamente apreté las piernas alrededor de su cintura para evitar caerme.

•••

- ¡¡Brunoo!! ¿Me prestas la camisa blanca?- gritó Pol desde la habitación.
- ¡Cógela, está en el segundo cajón del armario!

Terminé de arreglarme un poco el pelo y de echarme colonia, antes de dirigirme a la habitación para acabar de vestirme. Al final si que nos habíamos entretenido un poco... pero no pasaba nada porque todavía llegábamos de sobra. Cuando llegué a la habitación encontré a Pol con la caja del nuevo juguete en la mano, examinándola con los ojos entre cerrados. A la mierda la sorpresa.

We are not friends [Brunol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora