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*Narra Pol*

Me despierto con una patada de Bruno en la rodilla. Resoplo, un poco de mala ostia, y al abrir los ojos me lo encuentro en mitad de la cama, mientras que a mi me había acorralado en uno de los lados, dos centímetros faltaban para que me cayera al suelo. Dormir con Bruno a veces era horrible, sobre todo en verano, cuando hace tanta calor que es imposible dormir abrazados y aprovecha para apoderarse de la cama en su totalidad. Volví a intentar dormir, por la ventana entraba una luz muy débil, por lo que supuse que aún era temprano.

Era la tercera o la cuarta vez que Bruno se quedaba a dormir en mi casa. Desde aquella vez que mi hermano nos pilló en la cama no quiere pasar mucho tiempo aquí y la verdad es que no lo culpo, fue raro de cojones. Pero esta vez lo he convencido. Mi padre había salido con Gloria al teatro y luego a tomar algo con unos amigos, por lo que volverían tarde, lo que significaba que teníamos la casa para nosotros solos. 

Cuando pensaba que empezaba a quedarme dormido otra vez Bruno vuelve a darme una patada, esta vez en el tobillo, intento ignorarla. Al rato escucho un portazo, unos tacones que se dirigían a la cocina y la risa de mi padre. Me siento en el borde de la cama, dormir era ya misión imposible. Antes de levantarme miro el móvil, joder, las 6:45. Compruebo que Bruno sigue durmiendo y me dirijo a la cocina, donde se encontraba mi padre sirviéndose un vaso de agua. Me apoyo en el marco de la puerta y lo saludo con la cabeza.

-Hombree, buenos días. ¿Qué haces despierto tan temprano? -responde con una sonrisa.

-Bruno no se está quieto y hace mucha calor. ¿Vosotros qué tal la noche?

-Estuvo bien.- se encogió de hombros.- Aunque... no se lo digas a Gloria, pero el teatro me aburrió un poco. ¿Y vosotros que tal?

-Bien, tranquilitos. Pedimos una pizza, vimos una serie y poco más.- Mi padre asintió después de darle un sorbo al vaso de agua que tenía aún en la mano.- Me ha parecido escuchar a Gloria ¿Dónde está?

-Ha ido al baño a desmaquillarse. Vamos a ver si podemos dormir un poco y luego dice que va a hacer tortitas con chocolate para desayunar, por si quieres decírselo a Bruno y desayunamos todos juntos.- suspiré.

-Creo que tiene clase de baile temprano, lo acercaré con la moto y seguramente me quede a verlo. Ya iremos después a desayunar a alguna cafetería del centro.

-Bueno... pues otro día será.- colocó el vaso en el lavavajillas.- Ya sabes que Bruno está siempre invitado.- sonreí y asentí con la cabeza.

-Lo sé.

Gloria y mi padre se fueron a dormir y yo regresé a mi habitación. Bruno seguía en la misma posición, tirado en mitad de la cama con los brazos y las piernas abiertas como si fuese una estrella de mar. Decidí tumbarme en cima de él, enseguida comencé a escuchar gruñidos y a notar como se revolvía.

-Tío, ¿que haces?- preguntó con cara de asco abriendo ligeramente los ojos.

- Tu no me has dejado dormir, pues yo a ti tampoco.

-Pffff.... joder.- intentó moverse.- Por lo menos quítate de encima, que hace mucha calor.

-Llevas toda la noche dándome patadas, te lo mereces.- dije con una sonrisa pícara, levantando la cabeza de su pecho para poder mirarlo.

- Eres tú el que me ha convencido para que venga a dormir...

-No, si encima ahora la culpa va a ser mía.- contesté quitándome finalmente de encima y dándole un pequeño empujón en el hombro. 

-¿Qué hora es?- preguntó frotándose los ojos.

-Las siete menos cinco. ¿A qué hora tenias danza?

We are not friends [Brunol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora