Una no-cita

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*Narra Bruno*

Había quedado con Marcos para ir a tomar algo después de cenar. La idea era habérselo dicho antes a Pol, pero me daba miedo que pudiese tomárselo mal. Sabía que estaba celoso, aunque no quisiese reconocerlo. Así que finalmente opté por el camino más fácil, la mentira.

Solo le había mentido en eso. Es verdad que yo no quería nada con Marcos, éramos amigos y ya está. Aunque... tengo que reconocer que me pone cachondisimo, pero no estoy dispuesto a arruinar lo que tengo con Pol por un calentón tonto.

Seguramente Pol llevase razón y Marcos quisiese algo más conmigo, yo también lo había notado. Por eso quería hablar con él en persona, necesitaba dejarle las cosas claras. Sé por experiencia propia cuanto duele que jueguen contigo y puede que en algún momento yo le diera falsas esperanzas. No quiero que se piense lo que no es.

Cuando me recogió de casa de Pol nos dirigimos a un pub del centro para tomar algo. Este estaba casi vacío, todavía era temprano. Nos sentamos en una de las mesas más cercanas a la barra y pedimos lo mismo.

-¿Qué tal ha estado la cena?.-preguntó apoyándose en la mesa.
-Ha estado bien. Creía que iba a ser peor.- respondí dandole un sorbo a mi cubata.
- ¿Se lo has contado a Pol?
- ¿El qué?
- Que hemos quedado los dos.
- Aah...- me hice un poco el loco.- No, no le he dicho nada. Tampoco es que tenga mucha importancia ¿no?- Hizo una pausa y dio un largo trago.
-Bueno... la verdad es que para mí si que es importante quedar contigo. -empezó a juguetear con su copa.- Cuando estamos juntos me siento muy bien.

Sabía que tenía que decírselo, había ido allí para eso. Pero en aquel momento me era muy difícil .

- Yo también me siento muy bien cuando estoy contigo. -sonreí. -Además, gracias a ti estoy recuperando la pasión por la danza.
- ¿Ah si?.- asentí algo tímido.- Pues espero que no vuelvas a perderla nunca. Porque eres increíble.
- Pfff venga ya... si hace dos semanas casi ni me sabía la coreografía.
- Eso puede ser por falta de estudio. Pero te digo yo que poca gente me ha transmitido tanto como tú.
- Eres tú, que me ves con buenos ojos.- negó con la cabeza.
- Yo también lo dejé durante un tiempo.
- ¿Por qué? Eres muy bueno.
- Hace poco salí de una depresión.- Hizo una pequeña pausa y se aclaró la garganta.- Mi padre me echó de casa cuando le dije que era gay y tuve que irme a vivir con mi tía porque no tenía a nadie más. - Poco a poco noté como se iba apagando. - Bueno... tampoco quiero aburrirte contándote mis penas.
- No, de verdad que no me aburres. - Le acaricié la mano. -Sigue por favor.
- Siempre he tenido muy pocos amigos y empecé a sentirme muy solo.- Sus ojos comenzaron a ponerse llorosos. - Estuve muchos meses sin levantar cabeza, no podía superar el rechazo de mi padre, no tenía a nadie y yo mismo no acababa de aceptarme.-Se le calló una lagrima. - Un día intenté quitarme la vida. Solo podía pensar en como acabar con todo de una vez. Estuve ingresado en un centro y,obviamente, aún tengo que tomar medicación e ir al psicólogo pero ahora ya estoy mucho mejor.
- Pfff... joder tío.- coloqué mi mano sobre la suya.- No tenía ni idea. Tuvo que ser horrible.
- Lo fue. Pero ahora he vuelto a bailar, he acabado de aceptar quien soy y parezco una persona completamente distinta.
- Pues me alegro mucho, de verdad.
- Creo que estar contigo me hace bien.- alcé una ceja- Se que nos conocemos de hace poco, pero creo que hemos conectado y gracias a tí por primera vez en mucho tiempo siento que no estoy solo.

No supe que decirle. Obviamente no podía soltarle algo tipo: oye, que yo solo he quedado contigo para decirte que no quiero nada y que si nos distanciamos un poquito mejor. Finalmente opté por levantarme y darle un abrazo.

Fue la peor decisión, en cuanto apoyó la cabeza en mi hombro se derrumbó. Yo nunca había sabido que decir o que hacer cuando veia a alguien llorando. Lo apreté más fuerte mientras daba pequeñas palmaditas en su espalda, estuvimos así lo que pareció una eternidad. Cuando parecía que había dejado de llorar me separé, sujeté su cara con ambas manos y le sequé las lagrimas con la manga de mi camiseta.

- Eres muy fuerte.- dije aún acariciando sus mejillas. - ¿Lo sabes verdad?

Marcos me miraba fijamente aún con los ojos un poco llorosos, después bajó la vista hasta mis labios. Colocó sus manos sobre las mías y me hizo una suave caricia. Poco a poco se fue acercando, sin apartar la mirada de mi boca, hasta que unió nuestros labios en un beso.

We are not friends [Brunol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora