We are not friends [Brunol]

"U"

*Narra Bruno*

Estaba en mi casa aburrido, sin ganas de hacer nada; bueno sí, morirme. Echaba un vistazo a la habitación para buscar algo con lo que entretenerme cuando mi vista se posó sobre el escritorio, donde se encontraba el recipiente de las letras. No había nada mejor que hacer, así que decidí sacar un papelito. Revolví un poco y saqué la letra u. Ahora tocaba pensar: lo peor de todo.

Me tumbé en la cama para estar más cómodo mientras le daba vueltas a la cabeza. No se me ocurría nada interesante. ¿Urinario? No, la otra vez ya fue en los baños. ¿Huevos? Ah, no. Que lleva "h". U...Us...Usar... Usar algo. ¿El qué? Ni idea. ¡Usar condón! No, esa es muy poco elaborada.

De repente apareció mi abuela por la puerta, interrumpiendo mis reflexiones, para avisarme de que se iba a su primera sesión de yoga, ya que había acabado la gira. Estrés acumulado y esas cosas. No me imagino a mi abuela en esas posturas tan extrañas.

¡Eso es! ¡Posturas! Usar posturas extrañas. Empieza por la u al fin y al cabo. Aproveché que mi abuela se iba para avisar a Pol.

Yo: Vente a mi casa

Pol: Ahora?

Yo: Ya

Yo: Date prisa

Pol: Vale vale voy

Mientras venía revisé que quedaran condones y lubricante. No es plan de no poder sentarme en una semana, con las agujetas ya va a ser suficiente.

Sonó el timbre, fui corriendo a abrir y esperé hasta que llegó a la puerta. Nos saludamos con un abrazo y lo invité a entrar.

-¿Qué te pasa que tenías tanta prisa? -preguntó confuso-.

-Tenemos que aprovechar el tiempo antes de que vuelva mi abuela -me miró con una sonrisa de pillo-.

-¿Quieres que saquemos una letra?

-No -respondí de forma tajante. Su expresión cambió por completo-. Ya la he sacado.

-Ah... Con que esas tenemos, ¿eh? -dijo acercándose a mí con una sonrisa-.

-Ya sabes cómo me gusta portarme mal... -le agarré del cuello de la camiseta y lo arrastré a mi habitación-.

Cuando llegamos lo tiré contra la cama y, cuando él pensaba que me iba a tirar yo, cogí el portátil y lo puse sobre su regazo. Me miró confundido.

-¿Qué haces, tío?

-Aún no sabes lo que vamos a hacer y ya quieres empezar.

-Bueno, pues dímelo.

-Me ha salido la u, así que... Usar posturas extrañas.

-Joder, te lo has currado.

-No había nada mejor, ¿vale?

-No, si no me quejo.

-Pues ponte a buscar posturas que yo no tengo ni idea.

Encendimos el ordenador, nos metimos en Google (modo incógnito, por si acaso) y pusimos en el buscador: "posturas sexuales extrañas". Lo primero de lo que nos percatamos fue que pocas eran verdaderamente extrañas.

-Es que aquí la gente no se complica, Bruno. Todo el mundo hace las mismas y ya está.

Seguimos bajando hasta encontrar una en la que una de las personas hacía el puente mientras la otra estaba de puntillas sobre esta. Sería complicado, pero era lo mejor que habíamos encontrado. Decidimos meternos en la página de la postura del puente a ver si había más, donde vimos otras que también podían ser interesantes.