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*Narra Pol *

Rai, Biel, Oti y yo acabábamos de salir de lógica y nos dirigimos a la cafetería para desconectar un rato antes de entrar a la siguiente clase, yo me pedí un café con leche, para intentar llevar un poco mejor el resto de la mañana.

- Menos mal que solo nos queda una semana de clases. -dijo Biel cruzándose de brazos. -Ya estoy harto.
- Pero Biel... si no has hecho nada en todo el cuatri. -cotestó Oti entre entre risas.
- Si que he hecho... - la miró serio. - Otra cosa es que me haya servido de algo.
- Pues ahora que habéis sacado el tema, quería comunicaros algo. -intervino Rai levantando la vista de la pantalla de su móvil. - Para celebrar el final del cuatri he pensado hacer una fiesta en mi casa, este sábado.
- ¿Cómo? ¿Otro más?- dije prestando más atención a la conversación.
- Claro tío, para que no se pierda la tradición.- se encogió de hombros.- Pero esta vez no teneis que venir arreglados, esta fiesta va a ser distinta.
- A ver... sorpréndenos. - contestó Oti poniendo los ojos en blanco
- ¡Una fiesta semáforo!- dijo Rai como si acabase de tener la mejor idea del mundo. Biel se quedó mirándolo sin entender muy bien nada.
- ¿Cómo es una fiesta semáforo? - preguntó al fin.
- Pues cada uno va con una pulsera o con algo verde, naranja o rojo. Verde es estoy abierto a todo, naranja es prueba si quieres y rojo ya estoy pillado. -expliqué.
- Exacto. - Rai asintió orgulloso.
- Pero vamos, ahí la gente va a follar y a pillar con quien sea, la mierda esa de los colores solo es para ponerlo más fácil. - continué.
- No entiendo por qué quieres tener la casa llena de gente follando. -dijo Oti.
- Joder, sois todos unos aburridos. - Rai agarró su mochila y se levantó. - ¡Disfrutad un poco la vida! ¡ Y llevad a quien queráis! - gritó mientras se alejaba de nuestra mesa.

Le dí un último sorbo a mi café y me quedé mirando como Rai se alejaba, casi como a cámara lenta, con esos andares de superioridad. Es que no había cambiado absolutamente nada desde el primer día.

- Pues vaya mierda, me gustó más la del primer año. - dijo Oti cruzándose de brazos y recostándose en la silla.
- Ya sabemos como es Rai... - contesté.
- Eso lo decís porque estáis pillados y vais a ir de rojo. Pero yo voy a ir de verde, y tengo esperanzas.- intervino Biel. Oti y yo nos miramos y sonreímos.
- Claro que si tío. - le di unas palmadas en el hombro.

Biel y Oti empezaron a hablar de no se muy bien qué, algo de copiar en los siguientes exámenes. Yo saqué el móvil y le mandé un mensaje a Bruno: ¿Estás libre este sábado?

•••

Bruno y yo nos paramos frente a la puerta del casoplón de Rai y tras unos segundos llamamos al timbre. Obviamente ambos llevábamos una pulsera roja. La puerta se abrió sola y entramos al gran hall, donde ya se encontraba todo el mundo. Comencé a mirar entre la gente, buscando alguna cara conocida.

- Eeey!!- me sorprendió Oti por la espalda. - ¿Que tal parejita?
- Pues me parece que no tan bien como tú. - se notaba que ya llevaba unas copas de más. - ¿ Dónde están los demás?
- Están fuera, creo. - contestó señalando hacia la piscina. Bruno se quedó mirando la pulsera de su muñeca.
- Creía que tú también irías de rojo. - dijo.
- Es que he dejado a Arnau...- contestó tambaleándose. - Peeeero... esa es una larga historia que ya te contaré en otro momento.
- Venga anda, vamos a buscar a los demás.- dije pasando el brazo por los hombros de Oti.

No tardamos mucho en ver a Rai entre un gran grupo que se encontraba en la mesa de pin pon junto a la piscina. La mayoría eran de mi clase, pero no había hablado demasiado con ninguno de ellos. La mesa estaba llena de vasos, por lo que no me fue muy difícil averiguar a lo que estaban jugando. Cuando Rai nos vio abrió los ojos como platos y vino casi corriendo hacia nosotros.

We are not friends [Brunol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora