Olivia

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* Narra Pol *

Llevaba ya un rato mirando a las chicas que jugaban al voleibol antes de que "accidentalmente" se les escapase la pelota. Me había llamado la atención una en especial, la morena. Me dijo que se llamaba Olivia. Era preciosa, llevaba una trenza negra larguísima y tenía unos ojos increíbles, parecía una modelo. He de reconocer que me la hubiese tirado allí mismo. Por suerte me tocó jugar con ella; genial, así si ganámos podremos celebrarlo luego, pensé.

Olivia, la única cuyo nombre recordaba, se tiró al suelo en un intento de poder recibir la pelota. Consiguió darle, pero la cosa no salió bien, lo supe en cuanto vi la mueca de dolor en su cara. Los tres nos acercamos a ella corriendo.

- ¿Te has hecho daño? -preguntó la más alta, Olivia asintió aún con cara de dolor agarrándose la rodilla. Enseguida hizo el intento de levantarse, yo viendo que le costaba la cogi del brazo y la ayudé.
- Me duele bastante al apoyar. -dijo aún agarrada a mí. -Creo que me he hecho algo.
- Parece que se te está hinchando un poco. -intervino la rubia. - Te vendría bien un poco de frio.
- Allí cerca hay un bar, podemos ir a ver si nos dan una bolsa de hielo y de paso te sientas un rato. -dije.
- Vale, a ver si se me pasa un poco. -  intentó andar de nuevo, pero no salió muy bien.
- No te preocupes. - la cogí en brazos. -Ya te llevo yo. - me sonrió y enredó los brazos alrededor de mi cuello.
- No os mováis de aquí porfa. Volvemos enseguida. - sus amigas asintieron y se quedaron mirando como nos alejábamos, de fondo podia escuchar algunos cuchicheos y risitas.

No tardamos casi nada en llegar al bar. Dejé a Olivia en el mejor sitio que encontré, un pequeño sofá que había junto a la entrada. Entre casi corriendo a pedir una bolsa de hielo o al menos algo frío que pudiese bajar un poco la inflamación. Cuando volví encontré a Olivia intentando ponerse de pie, hizo una mueca de dolor y, molesta, volvió a sentarse.

- No hagas muchos esfuerzo o ira a peor. -dije sentándome junto a ella y colocándole el hielo en la pierna
- Es que no puedo lesionarme ahora joder. -se cruzó de brazos. -Tengo un partido importante en menos de dos semanas.
- ¿Quien sabe?, igual para entonces estas mejor. -me encogí de hombros. - Pero tienes que ir a que te lo vean, que te imagino capaz de presentarte en el partido como si nada. -se río.
- Ibas a flipar como fueses a verme jugar.
- Te he visto ¿Ya se te ha olvidado que acabamos de jugar juntos un partido?
- Pero tu estabas más pendiente del chico que estaba contigo en la toalla que de mí ¿ O crees que no te he visto? - la mire e intenté disimular una sonrisa. - ¿Eso quiere decir que he perdido todas mis posibilidades contigo?
- Bueno... - la roce suavemente con la mano con la que aún sostenía el hielo. - Me he venido aquí contigo en vez de simplemente ir a por el hielo y llevártelo a la playa. ¿Tu que crees?
- ¿Que en la playa hacía mucha calor y te apetecía estar a la sombra? - respondió con una sonrisa mientras me miraba los labios.

Yo también sonreí mientras negaba suavemente con la cabeza. Miré sus labios, eran muy carnosos y quise tocarlos. Pasé suavemente el dedo pulgar sobre el de abajo, acariciandolo mientras sostenía su barbilla. La miré a los ojos y poco a poco se fue acercando a mí, hasta que nos besamos.

Fue suave, sin ninguna prisa. Ya no recordaba lo diferentes que eran los besos de una mujer. Su lengua se deslizaba lentamente en mi boca mientras su mano iba bajando por mi cuello, hasta descansar en mi pectoral. Quería tocarla, pero sabía que no era el momento, ni tampoco el lugar, así que me limité a colocar la mano en su cintura para intentar acercarla más a mí. Note su pecho, casi desnudo por el tamaño del bikini y aquello me puso muchísimo.

Pero no podía dejar de pensar que su cara no pinchaba, como la barba de una semana de Bruno. Que no olía a esa colonia que tan cachondo me ponía y que más de una vez le había robado a Bruno. Que no tenia aquellos pectorales de Dios griego en los que tantas veces había trazado un camino de besos. Y en que por muy cachondo que me estuviese poniendo al acabar no la hubiese invitado a comer en aquel bar cutre de playa donde tenían los helados que a Bruno tanto le gustaban.

We are not friends [Brunol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora