Tour en l'air

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*Narra Bruno*

Había quedado con Marcos a las 7:00 en el estudio de danza. Finalmente conseguimos convencer a Elena para que nos dejase una de las salas para ensayar, ya que en nuestras casas era imposible. Marcos se estaba retrasando, debería haber llegado hace diez minutos. No quería meterle prisa porque me estaba feo, pero me empezaba a tocar un poco los cojones.

Pasados otros diez largos minutos escuché a alguien correr por el pasillo, supuse que sería él. Pues efectivamente. Enseguida me levanté del suelo y me puse en las barras haciendo como que estiraba. Entró a la sala sofocado, parecía que había venido corriendo desde su casa.

-Perdón, perdón... -dejó sus cosas junto a la puerta y se acerco a mí. -Había muchísimo tráfico.
- No pasa nada. -en realidad si que pasaba.
- ¿Has calentado ya? -asentí.- Pues si quieres podemos empezar ya con la coreografía.
- Perfecto.

Nos pusimos a ensayar y he de reconocer que esta vez me había salido mucho mejor. Por lo menos ya me sabía la coreografía entera, algo es algo. Había estado practicado bastante en mi casa, no quería quedar como un inútil delante de Marcos.

- Pues no se te da tan mal.- dijo cruzándose de brazos.
- ¿Qué te pensabas?.- contesté con una sonrisa pícara.
- Una lástima, no vas a necesitar tantas clases como creía.
- ¿Una lastima por qué? -él se encogió de hombros y volvió a poner la canción.

No podía dejar de mirarle los brazos, estaban llenos de tatuajes. Siempre me habían llamado la atención los chicos tatuados. La verdad es que Marcos tenía rollazo; el pelo blanco, el piercing, los tatuajes... uf.

- He visto que hay unos cuantos pasos que todavía se te resisten un poco.
- Si, sobre todo el último de la primera parte.
- ¿El tour en l'air?- asentí.
- Tengo que hacer un doble giro pero solo me sale uno.
- Vale, prueba.- me coloqué.- ¡Demi-plié y arriba!

Obviamente el paso seguía sin salirme. Marcos se colocó detrás de mí y puso sus manos en mi cintura, para agarrarme con fuerza.

- Voy a intentar lanzarte un poco más para arriba ¿vale? A ver si con más altura te da tiempo a hacer la segunda vuelta.

Volví a colocarme en demi-plié y salté lo más alto que pude, di la doble vuelta y bajé en quinta posición. Había sido la primera vez que lo conseguía.

-¿Ves? Es sencillo. -dijo con una sonrisa. -Solo necesitas un poco más de altura.

Estuvimos practicando hasta que me salieron heridas en los pies. El tiempo se me pasó volando, hacía mucho que no disfrutaba tanto el ballet.

Ver bailar a Marcos era increíble, parecía tan delicado y lo hacía de una manera tan perfecta... que se me caía la baba. Cada vez que me agarraba para algún salto o que se colocaba detrás de mí para corregirme alguna postura se me erizaba la piel. No se si era por la música, por lo bien que bailaba, por como le quedaban las mayas, por sus tatuajes o por el contacto físico, pero me estaba poniendo muchísimo.

Poco a poco fuimos quedándonos sin luz, debía de ser tarde, pero nos daba igual. Nosotros seguimos bailando, ya ni si quiera me acordaba de las heridas de mis pies.

Cuando entró Elena para avisarnos de que la academia tenía que cerrar tuvo que llamarnos varias veces, ambos estábamos demasiado metidos en nuestro mundo. Antes de abandonar la sala me felicitó por lo bien que lo había hecho, al parecer llevaba un buen rato mirándonos. Yo no podía estar más feliz, parecía que poco a poco iba recuperando la ilusión por la danza.

Cuando abrí la taquilla cogí el móvil para mirar la hora, joooder... tenía tres llamadas perdidas de Pol

 tenía tres llamadas perdidas de Pol

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Mierda... me había olvidado por completo de la cena. Me sentía fatal. A su padre y a él les hacía ilusión que fuese y yo los había dejado plantados. He empezado la relación con mi suegro con mal pié, pensé. Enseguida llamé a Pol.

-Tío, lo siento muchísimo, de verdad.- dije en cuanto descolgó.- Hemos estado ensayando mucho y se me ha olvidado por completo, además me he dejado el movil en la taquilla.-Pol suspiró.
-La verdad es que me ha jodido Bruno.-hizo una pequeña pausa.- Pero no pasa nada, te entiendo. Es una actuación importante y necesitas practicar.
- Aun así no es excusa, soy gilipollas. Te prometo que antes de que acabe la semana nos vamos a cenar, y si hace falta os invito a los tres a donde queráis.- No lo veía, pero sabía que estaba sonriendo.
- No hombre, no hace falta. Tampoco es que te sobre el dinero.
-Ya... pero bueno, os debo una por dejaros plantados. Además tengo algunos ahorros de lo del teatro.
-Ya veremos, ya veremos...
- ¿Nos vemos mañana?
- Nos vemos mañana
- Te quiero. Y lo siento mucho, de verdad.
- Yo también te quiero, imbecil.

Vi a Marcos acercándose por el pasillo, ya se había cambiado de ropa. Me dedicó una suave sonrisa antes de apoyarse en la taquilla de al lado.

- ¿Te llevo?- preguntó.
- No hace falta, cojo el metro y no tardo nada.
- A mi no me cuesta eh, tengo el coche aquí al lado. -negué.
- Gracias, pero no es necesario.
- Bueno, como quieras.- Le sonreí y cogí las cosas de la taquilla para dirigirme a la puerta.-Oye... ¿Te apetecería que saliésemos algún día a tomar algo?
-Vale...- me quedé unos segundos pensando.-Claro, ¿por qué no?

We are not friends [Brunol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora