Como un pájaro

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*Narra Bruno*

Mi cabeza no podía dejar de imaginarse toda clase de escenarios posibles con Pol y aquella chica; los dos follando en el chiringuito de al lado, liándose en el mar o quizás acurrucándose en la arena mientras comparten una limonada. Estaba bastante cabreado y lo que menos me apetecía en ese momento era quedarme en aquella playa. ¿Para qué? ¿Para poder ver en primera persona alguno de los escenarios que seguía imaginando? ¿O para volver a ir llorando a Alfonso porque su hijo probablemente estuviese liándose con una?

Sacudí la toalla y la doblé como pude antes de meterla en mi mochila, me puse la camiseta y las chanclas antes de mirar por última vez a las de voleibol, sorpresa, Pol seguía con Olivia. Alfonso y Gloria me miraron extrañados al verme recogiendo las cosas.

- ¿Te vas? -preguntó Gloria colocando la mano en mi brazo.
- ¿Ha sido por lo de Pol? - intervino de inmediato su padre.
- Nonono -mentí. - Es que el calor no me sienta muy bien y estoy empezando a marearme un poco. Sería mejor que fuese un rato al hotel.
- ¿ Quieres venir con nosotros al agua? -preguntó Gloria. -Está muy buena, seguro que te sienta bien.
- De verdad que prefiero subirme un rato al hotel. Cuando me sienta un poco mejor bajo, si está aquí al lado.
- Vale, lo que tu prefieras. -dijo Alfonso.- Si ves que no se te pasa llámanos.

Les prometí que lo haría y les di las gracias. Yo ya sabía que no había colado, no son tontos y mientras me marchaba, a lo lejos, pude escuchar un comentario en un no muy buen tono sobre Pol.

Lo primero que hice cuando llegué al hotel fue darme una ducha de agua fría, para quitarme un poco el calor y la asquerosa arena de la playa. También me puse música, para intentar despejarme un poco y que mi cabeza dejase de ser invadida por pensamientos de mierda. Pero cantar mis canciones favoritas a pleno pulmón tampoco hacía que el nombre de Olivia desapareciese. Lo que más me jodía era que el cabrón no había tardado ni 24 horas en liarse con ella, como si llevase siglos esperando a que le diese bandera verde para poder lanzarse a la primera que encontrase. Porque claro, se había aburrido de mí.

Me sentía imbécil por llegar a pensar que Pol había cambiado, que de alguna forma se había centrado. Porque él no es de los que se lleva a su novio a unas vacaciones familiares, ni si quiera de los que viven en pareja o de los que van con un anillo en el dedo. Él es de los que conocen a alguien y a los cinco minutos se le han lanzado encima, luego si te he visto no me acuerdo, porque lo único que quiero es divertirme.

Me imaginaba que Pol era como un pájaro y durante todo este tiempo yo sentía que lo había tenido encerrado. Claro que él ya se había acostumbrado a esa jaula, llegando incluso a parecerle un hogar, pero eso no quiere decir que los barrotes no le estuviesen quitando libertad. Porque lo único que quiere un pájaro enjaulado es eso, la libertad, ser capaz de salir y poder revolotear de aquí a allá sin la obligación de permanecer en ningún sitio. No podía dejar de pensar en que ahora que le había abierto la jaula no iba a querer regresar.

Después de la ducha me puse los pantalones del chándal y una camiseta holgada y me tiré en la cama. Puse la tele, para intentar volver a distraerme. Pero poco duró este intento, porque enseguida escuché unas llaves abriendo la puerta de la habitación. Pol se quedó de pie, cruzado de brazos y mirándome con una expresión seria.

- ¿Qué haces aquí tirado?- preguntó.
- Me encontraba mal, y he preferido...
- Ya me lo ha contado mi padre. -me interrumpió- Pero no me la cuelas, te conozco ¿Qué te pasa?
- ¿Qué te pasa a ti, que no has tardado ni dos días en liarte con otra?
- ¿Cómo sabes que nos hemos liado? -preguntó acercándose a la cama.
- Porque yo también te conozco Pol, sé que estabas deseando que te diera un poco de libertad.
- Vamos a ver... -suspiró.- Primero de todo: no se por qué te pones así cuando has sido tu el que me ha dado permiso, en la playa te lo he vuelto a preguntar y me has dicho que te parecía bien. Segundo: no me gusta que pienses que estoy deseando liarme con otra gente cuando estoy contigo, porque no es así. Simplemente me ha venido la oportunidad y la he cogido. Pero no te haces una idea de cuantas oportunidades he tenido y he rechazado por querer estar contigo.
- Te he dicho que si porque no quería que pensases que me parecía bien que te liases con hombres pero no con mujeres. Pero la verdad es que cuando me has dicho que tenias ganas de liarte con una se me ha venido el mundo encima.
- ¿Por qué?- se encogió de hombros. - La bisexualidad no cambia porque haya estado años con un hombre, y al igual que me puede apetecer de vez en cuando liarme con otro tío también me puede pasar con una tía.
- Lo se. -dije mirándolo a los ojos por primera vez en un rato. - Pero entiende que a mi eso me de inseguridad, porque no es lo mismo follar conmigo que con una mujer y sé lo importante que es para ti el sexo. A veces pienso que no soy suficiente para tí y que algún día te vas a aburrir de mí.
- Mira... ¿puedo serte sincero? - yo me puse en lo peor. - Me ha gustado liarme con Olivia, porque llevas razón, son sensaciones diferentes. Pero no podía dejar de pensar en todo lo que le faltaba a ella para ser tú. Buscaba tus manos recorriendo mi cuerpo, tu olor, poder agarrar tu pelo... En ese momento me he dado cuenta de que me podrán atraer muchas personas, pero con ninguna voy a sentir lo que siento contigo, porque me has marcado mucho Brunete. - se me escapó una sonrisa y casi una lágrima. - ¿Cómo quieres que me aburra de ti, imbécil?
- ¿Pero y si te he marcado para mal? Porque tu antes no eras así Pol, tu no querías unas vacaciones en familia, querías salir de fiesta y tirarte a todo lo que pudieses. ¿Y si soy yo quien está reprimiendo esa parte de ti?
- A ver Bruno... es que te estás empeñando en hacer una montaña de un grano de arena. Este cambio que tu dices que he dado se llama madurez. Ahora sé que es mucho mejor tener a alguien con quien pasar las vacaciones que tirarme a tres o cuatro para pasar el reto pero estar completamente solo. - se recostó a mi lado y me hizo una suave caricia. - Y ahora, por favor, deja de hacerte el mártir y de comerte la cabeza. Yo estoy contigo porque te quiero. 

Una suave sonrisa apareció en sus labios antes de unir nuestras frentes. Acarició mi mejilla suavemente con el dedo pulgar mientras subía mi mentón para obligarme a mirarlo a los ojos. El beso fue poco a poco volviéndose más intenso y desesperado, hasta que ambos terminamos tumbados en la inmensa cama, yo encima de él y notando cada vez más su creciente erección. Pol me agarró del culo con ambas manos para acercarme aún más y me lamió el cuello.

- Y ahora te voy a enseñar lo poco que me aburre follar contigo, por si todavía te quedaba alguna duda. -dijo antes de volver a unir nuestros labios.

•••

Hola!! Primero de todo, siento haber tardado tanto en actualizar. Han sido unos meses intensos y de bastantes cambios y no encontraba inspiración. Me apetecía explorar un poco más los pensamientos de Bruno y las inseguridades que le causa estar con Pol. También quería deciros que muy pronto volveré a las letras ;)

Espero que os haya gustado el capítulo!! Intentaré actualizar pronto <3

We are not friends [Brunol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora