"O" "P" (II)

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*Narra Pol*

Aparqué la moto y esperé un par de minutos a que Bruno bajara. Este sonrió al verme sosteniendo la venda entre mis manos  y se acercó para darme un suave beso.

-¿Ya has encontrado una piscina?- asentí.
-Tengo mis contactos.
-¿Pero vamos a tener que colarnos ilegalmente o algo?- suspiré y puse los ojos en blanco.
-Calla, ya lo verás...- comencé a desdoblar la venda.- Te la tienes que poner ya.
-Joder, ¿ya?
-Si, quiero que sea sorpresa.
-Ufff, que miedo me das.

Le vendé los ojos a Bruno, nos subimos en la moto y en poco menos de diez minutos habíamos llegado a nuestro destino.Lo guié hasta llegar a la puerta, la abrí y entramos hasta el jardín.

-Vale, ya puedes quitarte la venda.- dije colocándome frente a él.

Bruno se quedó contemplando todo su alrededor con una sonrisa de oreja a oreja, sabía que aquello iba a hacerle mucha ilusión. Al verlo tan feliz no pude evitar abrazarlo.

-Buah, esto es la ostia.- dijo sin borrar la sonrisa de su cara.- ¿Como has conseguido que Mónica te deje su casa? Después de la que liamos la otra vez.
- Me ha costado convencerla. Le dije que íbamos a ser tu y yo y que solo queríamos la piscina y bueno, aquí estamos.
-¿Ella está aquí? - negué con la cabeza.
- Se iba con sus padres a pasar el fin de semana a no se donde.
-Osea... que tenemos todo esto para nosotros solos.- se acercó aún más a mí y colocó sus brazos al rededor de mi cuello.
-Exacto.- dije agarrándolo por la cintura y rompiendo el poco espacio que había entre nuestros labios.

Volver a estar en aquel jardín me traía muchos recuerdos. Allí fue la primera vez que Bruno y yo no liamos y también una de las mejores noches de mi vida (quitando el susto que nos
llevamos con el coma de Joan)

-¿Bueno,qué? ¿Nos metemos ya?- arrojó la camiseta y el bañador al suelo, quedando desnudo.
-Venga.- hice lo mismo que él y lo seguí hasta las escaleras de la piscina.

Comenzó a meterse muy lentamente, hasta que el agua le llegó a la cintura.

-Buah, está helada.
-No seas mierdas.- me dirigí a la zona más profunda y me tiré a bomba intentando salpicar lo máximo posible, para mojarlo entero.
-¡Serás hijo de puta!- escuché que gritaba en cuanto salí del agua.

Bruno comenzó a nadar lo más rápido que podía hacia mí para después intentar undirme.

-¡Pero si no puedes conmigo!- dije entre risas viendo que le resultaba imposible hacerme una aguadilla.

Metí mi pierna entre las suyas, haciendo que perdiera el equilibrio y lo hundí hasta que quedó sentado en suelo de la piscina

-Te odio.- dijo sacudiéndose el pelo ahora mojado.
-¿Ah si?¿Estás seguro?- me acerqué a el y lo subí, haciendo que enredara sus piernas alrededor de mi cintura.
-Al 100%
-Me parece a mí que no.

Comenzamos a besarnos, despacio, pero intensamente. Sin separarme de sus labios me dirigí a la escalera, cerca de la cual había dejado la venda y se la puse de la forma mas sexy que pude.

Bruno se apoyó contra la pared de la piscina y continuamos besándonos, mientras nos masturbábamos mutuamente. Empecé a besarle y a lamerle el cuello, dejando pequeñas marcas a mi paso.

-Quiero probar algo ¿vale?- le susurré al oido
-Vale...- sonó casi inaudible.

Cogí aire y me sumergí bajo el agua. Después agarré su miembro erecto y me lo metí en la boca. Aquello resultaba algo más complicado de lo que imaginaba. Comencé con energía, ahuecando las mejillas y haciendo aquello con la lengua que tanto le gustaba, a la vez que intentaba no ahogarme. Seguí hasta que me quedé sin aire y tuve que sustituir mi boca de nuevo por mi mano.Bruno se encontraba jadeando apoyando los codos en el bordillo.

-Joder... que bien lo haces.- sonreí
-Ya voy cogiendo practica.
-Ahora me toca a mí.

Él empezó más despacio y fue subiendo el ritmo poco a poco, sin dejar en ningún momento de masturbarme. Estaba a punto de correrme. Le toqué el hombro varias veces para avisarlo. Al poco rato subió, ya temía que fuera a ahogarse.

Enseguida me corrí y a los pocos minutos acabó él. Finalmente le quité la venda.

-¿Que te ha parecido lo de no ver?- pregunté volviendo a hacer que enredara sus piernas en mi cintura
-Bueno, no ha estado mal.
-¿Y la mamada submarino qué, eh?
- Eso si que me ha gustado.- sonreí- Vamos a tener que pedirle la casa a Mónica más a menudo...
-Podríamos alquilársela los fines de semana.- bromeé.
-Si, claro. ¿Y quien se la paga?
- Tu padre y tu abuela. Con tal de no volver a escucharnos follar... estarían encantados.- se le escapó la risa.
- O tu hermano. Con tal de no volverme a ver en tanga...- puse los ojos en blanco.

We are not friends [Brunol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora