𝗛𝗲'𝘀 𝙢𝙮 𝗻𝗲𝗿𝗱 [kσσktαє]

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Justo en la entrada del instituto, un alto hombre esperaba recargado en la pared del plantel con una chaqueta negra y su mochila colgando del hombro.

- Pequeño, por aquí. - La tortura de Kim se firmó en el momento en el que por mensaje de texto le había confirmado al pelinegro que le encantaría que lo esperara.

Ahora a ver cómo se lo quita de encima.

- ¡Hyung! - El pequeño de ojos grandes llegó a estar frente a él con una sonrisa en unos segundos.

- Dame. - Quitó de la espalda del castaño la mochila y la colocó en la propia. - ¿Cómo estás? ¿Has dormido bien? - Con la cabeza le indicó ir hacia las bancas que la escuela ofrecía.

- Mmm, creo que ya no me desvelaré hablando con usted. Ahora siento que una Vaca me cayó encima mientras un caballo pateaba mi espalda. - Se quejó con un leve puchero combinado con una tenue sonrisa por las divertidas horas que pasó con el mayor. - Bajaré de calificación y será su culpa.

- ¡No! - Dramáticamente cayó sobre sus rodillas en el piso de su destino exagerado su expresión de dolor con una mano en su pectoral izquierdo, simulando sobar un dolor en su corazón. - Entonces no seré merecedor de vivir, ¡Máteme, príncipe Kim!

Sí, en sus tantos chats ambos descubrieron bastantes gustos en común, uno de esos descubrimientos fue el amor por los libros de amor antiguo, esas que cuentan amores en la antigüedad, con castillos y eso.

- ¡Así será, guerrero Jeon! - Fingiendo una voz más grave, siguió el juego, tomando una de las escobas que el conserje había dejado cerca para hacer alusión a una espada, hizo la expresión más elegante que pudo y luego el palo aquel pasaba por el pecho de JungKook, imitando las típicas heridas antiguas en las que herían todo el pecho.

El pelinegro continuando con su gran actuación, chocó su espalda en el piso poniendo una digna de un moribundo.

- Siempre le seré fiel y lo llevaré en mi corazón, mi perfecta realeza. Y muere. - Era algo parecido a la una convulsión lo que Kook imitaba.

- ¡No! ¡Yo no quería, vuelve! - De nuevo con el drama, se lanzó arrodillándose ante el "cadáver" del mayor, lloraba de una manera tan falsa como escandalosa.

- ¿Qué es lo que están haciendo? - Mirando al rededor, dieron en cuenta de que por lo menos, veinte personas los veían hacer su escena.

- Son buenos actuando, pero, ¿Pueden darme mi escoba?

Al parecer entre tanto drama no vieron que la escoba quedó entre ambos cuerpos.

- Sí, claro. Lo lamento. - Una mueca apenada hizo que Jeon explotará en carcajadas.

De por sí, la escena ya era graciosa a sus ojos, además de un lindo bebé avergonzado como protagonista era todo lo que pedía para tener un motivo para sonreír el resto del año.

Se reincorporó solo para tomar entre sus brazos al osito tímido que se refugió en el cuello del más alto. Aún con pequeñas risitas le dió un beso en la coronilla.

- Eres muy tierno, bebé.