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TaeHyung veía como todos parecían disfrutar de su receso, todos excepto él.
Estaba aburrido, nunca hablaba con nadie y ya se sabía todos los libros de la biblioteca, a veces, deseaba ser una persona más normal, una con amigos. Pero no, sólo tiene a dos y están en otros institutos.
Resumen: le toca aguantarse y soportar hasta el último año.
Sus ojitos se dirigieron a la mesa de los populares, ellos debían tener la vida perfecta. Ah, si tan solo él fuese atractivo y social todo sería diferente.
Desvió la mirada y la puso sobre su cuaderno, debía entregar esa tarea para poder calificar en el concurso de matemáticas; sin embargo, no tenía ganas de hacerlo.
Sus labios se jalaron en un puchero el cual se intensificó cuando recargó su mejilla en el cuaderno antes mencionado, sus párpados se cerraron en un intento de encontrar paz.
Un momento de bienestar.
Hace poco que podía visitar cada lugar de la escuela como una persona normal, por alguna razón los bravucones ahora lo dejaban en paz.
Él quería creer que era porque se habían dado cuenta de que lo que hacían estaba mal.
Cerró sus ojos.
La señora de la cafetería siempre había sido amable con él, es decir, siempre lo trató como a un ser humano más. Incluso se atrevía a decir que lo trataba mejor.
De repente un grupo de chicos se acercó a él haciendo que abriese los ojitos y se acurrucase contra sí mismo por instinto. También protegió su mochila y cuaderno.
- ¡Hey! ¿Porqué siempre estás solo? - Uno de ellos se le acercó tomándolo confianzudamente de la cintura.
- Es cierto, nunca te he visto hablar con alguien aquí.
- ¿Qué... Qué quieren? - Intentó zafarse del agarre a la vez que acomodaba sus lentes como uno de sus tics nerviosos.
- Queremos ser tus amigos.
- ¿Qué? Chicos, no es gracioso jugar así. Está mal, no deben burlarse de los demás, podrían ser ustedes. - Sus labios ahora formaban una línea recta y negaba con la cabeza intentando parecer severo. Así como su mami cuando lo regaña.
- No estamos jugando, de hecho, a nosotros también nos han hecho sus bromitas. - El que lo sostenía por la cintura miró a sus llorosos ojos.
- Llama a tu mamá, saldremos. Si no te gusta algo, le dices en dónde estás y qué venga a recorte. ¿Bien? - Se oía tan sincero que solo pudo hacer su cabeza de arriba a bajo lentamente con un puchero mientras tomaba el celular del pantalón gris de su uniforme.
- Tae...
- Bebé, precioso... Despierta, bonito. Los hyungs están aquí. - Al abrir sus ojos del aparente sueño, pudo ver a sus hyungs frente a él. - Quedamos en que hoy saldremos, ¿Recuerdas?
Los ojitos cargados de emoción se llenaron de lágrimas. Saltó a los cuerpos contrarios como un pequeño koala y se escondía en los hombros unidos.
- Los extrañé.
En la salida de emergencia de la cafetería, el pelinegro veía todo con un nudo inexplicable en su estómago.
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Creo que esta parte no fue muy clara, por lo que he visto en los comentarios. Me disculpo por eso; pero sí, efectivamente TaeHyung estaba dormido (cuando pensó que un grupo se acercaba a él, lo tomaban de la cintura, etc.) y sus amigos lo despertaron.