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Pendejo.

Es un pendejo.

¿Cómo mierda se le ocurrió decirle "bebé" a TaeHyung?

Además, no conforme con esa escenita delante de los dos cara de perros aquellos más las otras personas, ¡Salió corriendo, como un cobarde!

Ah, es tan idiota, ¿Qué tan difícil es mantener los sentimientos a raya? Por fin había conseguido que TaeHyung pusiera sus ojos en él, que lo notara, ¿Y qué hizo? La cagó.

Por eso, es que ahora está en los baños de hombres dándose golpes en la pared para ver si así lo que sea que se descompuso se arregle, como con las pilas del control.

- Idiota, ¿No quieres proponerle matrimonio ya? - Negó con la cabeza mientras se recriminaba. - ¿No ves la bolita de timidez que es? ¡Pensará que eres un pervertido, inútil!

- Hyung, sé que está ahí, puedo escucharlo, ¿Está bien? ¿Con quién habla? - Un Tae preocupado tenía su carita pegada a la puerta causando que su mejilla se inflara.

- O un esquizofrénico. - Susurró para sí mismo, total, jodido ya estaba. - Ya voy, Tae. Espérame, déjame lavarme las manos.

En realidad, solo arreglaba su cabello, que nadie se entere, pero, la verdad es que desde que TaeHyung llegó a su vida duraba como media hora frente al espejo.

Abrió la puerta, lo malo es que lo hizo sin avisar, entonces un pequeño cuerpo hubiese caído al piso de no ser por su fuerte pecho y brazos ágiles.

- ¿Estás bien? Perdón. - El niño entre sus brazos se sonrojó bajando la mirada, cosa que le recordó el porqué de la situación actual. - Según sé, tienes hora libre, ven conmigo.

Bueno, pues, por lo menos confirmó que se había enamorado de un hermoso ángel.

- De acuerdo, ¿Me dirá porqué se ha puesto así? - Solo asintió tomando la manita delicada para guiarlo a su lugar secreto.

En sí, secreto no es. Suyo tampoco, pero todos saben que Jeon lo considera propio, por ende, nadie más entra ahí.

Se trata de un salón en el edificio abandonado, una de tantas mejoras que se le habían prometido a la escuela, desde ese salón se tiene la vista perfecta de una parte de la cuidad y más al fondo unas bonitas montañas.

- TaeHyung, yo... - Kim bajó la mirada, se sentía raro en su pechito cuando el pelinegro lo llamaba por su nombre y no por algún apodo bonito. - Yo quiero disculparme por lo que dije, y aún más por huir después como un cobarde, sé que estuvo mal. Perdón.

La cara de confusión del castaño cambió al entenderlo, el apodo, no cualquiera, sino "bebé", con eso también se sintió raro pero no como ahora, se había sentido raro pero bien.

- Yo entiendo si te quieres alejar o así, es decir, sé que es raro y todo eso. - Bajó la mirada hacia sus manos, era como si le hubiesen dado lo que tanto anhelaba, pero, por su emoción rompió aquello de manera bruta.

- Hyung... - Dos tirones en la manga de su chaqueta lo hicieron voltear, viendo a un bebé con los ojitos cristalinos y un gran puchero.

¿Su amigo ya no lo quería?

- ¿Ya no me quiere? - Obtuvo el valor para levantar la vista, de todas maneras, si su hyung ya no lo quiere, ¿Qué le importará verlo llorar?

- Hey, no me malinterpretes, ¿De dónde sacas esas tonterías? - Con ambos pulgares limpio las lágrimas que ensuciaban el hermoso rostro de su pequeño castaño.

Ambos estaban confundidos, uno se preguntaba:

¿Cómo llegamos a este punto? ¿Por qué llora si yo fui quién la regó?

El otro:

¿Por qué esto de las amistades y eso es tan complicado? ¿Ya no era el más bonito a sus ojos? Su corazoncito le dolía mucho, ¿Se enfermó?

- Un apodo no es la gran cosa, ¿Solo por eso dejará de ser mi amigo? ¿Ya no soy bonito?

¡Mierda! ¿Ves lo que causas, pendejo? Ya lo hiciste llorar.

A veces su conciencia no sabe cuándo accionar.

- No, no me entiendes. Tú estás molesto por haberte llamado así y luego irme, ¿No?

¿Cómo se llama? Ya ni siquiera logra entender eso.

- No... - Negó con obviedad en su voz. - ¿Si le digo algo no le dice a nadie? - Ahora un lindo rubor cubrió el ya un poco rojizo rostro por el llanto a la vez que se acercaba un poquitito más.

- Palabra de Jeon. - Se inclinó para lograr apreciarlo mejor.

- Me gustó mucho que me llamara así. - Aún cuando a los segundos cubrió su rostro con delicadas manitas, pudo ver la sonrisa entre sus labios además de sus bonitos ojos brillando.

- ¿Sí? Tengo muchos apodos más. - Él, quién había tenido la dicha de tenerlo ente sus brazos, se declara adicto a Kim TaeHyung, y eso es el justificante perfecto por el cual justo ahora lo rodea, escondiéndolo con su cuerpo.

- Usted es mi mejor amigo, hyung.

Auch.

He tenido algunos problemas para poner imágenes, me disculpo por si hay algún error, tanto ortográfico como general

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He tenido algunos problemas para poner imágenes, me disculpo por si hay algún error, tanto ortográfico como general

𝗛𝗲'𝘀 𝙢𝙮 𝗻𝗲𝗿𝗱 [kσσktαє]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora