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- Entonces le dijo que es algo impensable, ¡Pero no es así! Y él le dió una bofetada, ella lo vió y ahora están peleados.

Un Jeon embobado no comprendía el porqué su cerebro no podía hacer nada más que apreciar al precioso bebé frente a él.

- Pequeño, te ensuciaste. - Soltó el agarre de su mano con la contraria para detener el caminar y colocarse frente a frente.

- ¿Dónde? - Sus ojitos hacían bizcos intentando ver la mancha.

Que vergüenza con su Hyung.

- Ahí. - Manchó un poco con su dedo de su propio helado viendo la cara sorprendida al recibir el frío alimento en la nariz y mejillas. - Ah, no olvídalo. No era.

- ¡Hyung! - De nuevo hacía bizcos pero esta vez con una sonrisa. - ¡Me toca!

De hecho, así es cómo comenzaron a correr por todo el centro comercial, primero Tae persiguiendo al mayor y, después de que Kim manchara su cabello, con Jeon cazando al menor.

Por eso ahora el castaño corría a toda velocidad intentando escapar del pelinegro que llevaba su helado por el cono para vaciarlo completamente sobre su niño.

- ¡Tienes que pagar por mi cabello, Kim! - Sus piernas ardían, sin embargo, las carcajadas del menor le daban bastantes energías como para acelerar.

- ¡Me niego, Jeon! - Las carcajadas aumentaron al ver la cara sorprendida.

- ¡Ustedes dos, paren! - TaeHyung frenó tan deprisa que Kook no alcanzó a frenar y estampó su pecho contra la espalda del menor, lo que causó que tuviera que tomarlo de la cintura.

El, ya derretido, helado que ni culpa tenía quedó en el piso.

- ¡Bebé, corre! - Con ayuda de Jeon, TaeHyung logró colocarse el gorro de la sudadera para esconder su rostro.

Al correr con las manos entrelazadas, no se percataron de en qué momento llegaron a la motocicleta con todas las miradas encima.

Cuando lograron subir, no se preocuparon siquiera por el casco, solo salieron disparados del lugar con pequeñas risas saliendo de sus labios.

- Eso fue de locos, bebé. - Unas calles más lejos del centro, decidieron aparcar para poder colocarse los cascos.

- ¡Lo sé, me siento todo un tipo malo! ¡Podría asaltarlo, Hyung! - La mueca de tipo malo de Tae hizo a JungKook carcajear.

- Bueno, tipo malo, te llevaré a tu casa. - Retiró la mancha de helado que aún se mantenía y después dejó la mano ahí.

- ¿En serio?

- Mhm, así que sube, bebé.

Al estar ambos sobre la motocicleta, el castaño abrazó por la espalda al otro. Levantó un poco su casco y dejó un pequeño besito para luego esconderse.

- Usted es el mejor, hyung.

Sinceramente, Jungkook no sabía cómo diablos había soportado eso sin lanzarse a llorar.

Sí, iba a haber fiesta en su cama pero ahora parecía no inmutarse de no ser por la gran sonrisa y mofletes colorados; parecido al rostro del menor.

- Tú también, bebé. - Al parecer él solo está de adorno, su cuerpo hace lo que quiere, por eso, ahora las manos aprietan las pequeñas en su abdomen.

Arrancó hacia la casa prometida, sin embargo, su mente se negaba a dejar de repasar aquellas palabras.

Era tan, tan jodido.

Y lo es aún más si tomamos en cuenta que le encanta estar jodido por Kim TaeHyung.

Su Kim TaeHyung.

- Es esta, Hyung. - Se vió obligado a frenar cuando el menor le indicó la casa.

Su pecho se sintió raro al ver cómo comenzaba a bajarse. Cada día era peor, necesita más y más de Tae.

- Muchas gracias por todo, ha estado genial, Hyung.

Bajó de la motocicleta también, se le había ocurrido algo y no está demás intentarlo.

- Oye, bebé, - Sus manos fueron directas a la cintura del castaño para acercarlo a sí mismo. - ¿Qué te parecería si yo te enseño a conducir?

Bien, ahí está su jugada.

Servía de muchas maneras, una es que así ahora podía estar un poquito más con su Tae y la otra es que ya casi acababa con sus ideas planificadas.

Los tiempos juntos en la escuela, como en las clases y el receso, no alcanzaban. Siempre quería más, necesita más.

- ¿¡De verdad, Hyung!? - ¿Es normal que al ver la ilusión en los ojitos contrarios su pecho se infle?

- Claro, pequeño, aún cuando tendré que lavar dos veces mi cabello por culpa de un chaparrito. - Puso a descansar su rostro en el cuello de su bebé, importándole muy poco la pequeña punzada en su espalda por la inclinación.

No quería soltarse, más bien, no podía.

Era algo indescriptible. Era una necesidad. Era como su aire.

- Te quiero mucho, mucho, hyung. - TaeHyung aprovechando la cercanía entre ambos rostros dejó un pequeño besito en la mejilla contraria.

Sin soportar la pena y timidez que controlaban su cuerpo, Kim se echó a correr con euforia recorriendo su pequeño cuerpo.

Bueno, ahora JungKook sí se descompuso.

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Sigue siendo honesto~

𝗛𝗲'𝘀 𝙢𝙮 𝗻𝗲𝗿𝗱 [kσσktαє]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora