𝗛𝗲'𝘀 𝙢𝙮 𝗻𝗲𝗿𝗱 [kσσktαє]

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Los días continuaban y la rutina seguía siendo la misma; unos días de paz, después unos cuantos golpes o insultos... Lo normal.

Algo que le emocionaba es que su cumpleaños era ese día, además estaba bastante cerquita de salir, sí sus compañeros seguro que lo encierra en algún lugar oscuro y así, pero... ¡Sus amigos vendrían!

Estaba feliz, sus amiguitos le dijeron que le tendrían una sorpresa, y que probablemente esa sorpresa acabaría con todos sus problemas.

¿Qué sería aquello? ¿Le van a dar un pastelito de vainilla?

Ya quiere saberlo. Y exactamente por eso alistó dos conjuntos de ropa para estar bonito a la llegada de sus amigos, sabía que sus compañeros le harían bromas más pesadas que de costumbre así que ocultó muy bien las prendas.

Agradecía al TaeHyung del pasado.

El extraño seguía enviándole cartitas, en una ocasión incluso mandó chocolates; curiosamente, sus favoritos. Estaba feliz por eso.

Desde que el día comenzó se sintió vigilado, como si varias personas estuvieran siguiéndolo y cada vez que llegaba a cualquier lugar, la reacción que causaba era algo parecido a temor o tal vez impresión; no lo sabía, pero todos salían corriendo y agachaban la cabeza para no hacer cualquier cosa que llegue a molestar al tipo aquel.

- Joven Kim, ¿Puede ponerle el ejemplo a sus compañeros? - Un señor canoso lo veía con una mirada cansada, digna de un viejo cómo él.

- Creo que preferiría chupársela, profesor. - Esta vez nadie rió como acostumbraban, solo le dieron una mirada de lástima al pobre muchacho aquel que por tener el celular en reparación no leyó el mensaje en el que los citaban, y obviamente tampoco se enteró de las nuevas reglas.

El profesor por su lado simplemente lo ignoró como cada vez que presenciaba el acoso hacia todos los raritos de la escuela en la que trabaja.

TaeHyung estaba extrañado por el hecho de que sus compañeritos no se rieran, pero no le tomó importancia. Después de todo estaba algo paranoico y pensaba demás sobre todo desde que sintió que era perseguido.

- Claro, profesor.

Se sentía muy bonito, ¿Era tonto? Sí, ya sabía que él era feo como la verruga del pie de su abuela
pero por ese día no lo tomaría en cuenta.

El pantalón holgado - Era algo como mom... Mom algo, así se llaman. No recuerda el otro pedacito para completar lo que quiere decir pero es uno de esos - le quedaba justo en la parte de la cintura, aún así se colocó un cinturón; sus rodillas y parte de sus piernas estaban descubiertas dejando su piel canela expuesta, la playera blanca grande era apresada por la parte delantera del pantalón y cubría su trasero.

El gorrito de pescador y sus tenis blancos eran el tipo de detalles que lo hacían ver precioso, y las personas en el instituto lo sabían.

Las mujeres se quedaron en shock, ¿Cómo un mocoso raro puede tener un mejor cuerpo que el de ellas?

Y los hombres, la mayoría heteros curiosos se sorprendieron, ¿La ratita tenía todo eso?

- Sí, hyung. Yo te espero. - Ni la menor idea de todo el revuelo que estaba causando.

- Yo también te quiero.

Suficiente como para hacer doler el corazón de un joven que siempre supo de su belleza.