𝗛𝗲'𝘀 𝙢𝙮 𝗻𝗲𝗿𝗱 [kσσktαє]

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Viernes.

Hoy es un día más pesado que otros; es cuando más materias tienen.

Traducido: el poco tiempo que pasan juntos deben ayudarse con las tareas.

- Hyung, ya no soporto mi espalda. - Un lindo castañito que portaba la gran sudadera roja de su mayor llegó a recargar su cabeza en la espalda del pelinegro que observaba estresado todos los libros que debía repasar para completar el informe.

O que observaba antes. Antes de escuchar la linda vocecita que no lo dejó dormir anoche.

- ¡Bebé! - Flash envidia lo rápido que Kook quedó frente a Tae. - ¿No deberías estar en clases, chico malo?

Solo los libros y estanterías de aquella librería pudieron apreciar cómo los ojos de Jeon dejaban a lado el cansancio, dolor y estrés solo por poder tocar al bajito.

- Me dejaron salir porque terminé el trabajo. Sabía que usted estaría aquí, así que vine, ¿Cómo va con su informe? ¿Ha leído los libros que le recomendé? - Quitó una de las manos en su cintura para jugar con los dedos de esta.

A pesar de que su timidez seguía ahí, no quería apartar la mirada. Se sentía bien, cómodo, correcto.

- Creo que fingiré mi muerte.

Kim negó soltando una risita para después tomar asiento al lado de dónde encontró a su Hyung.

- No puede ser tan malo. Este tema es muy fácil y usted inteligente, lo aprenderá en poco. - JungKook tomó asiento.

- Mi cerebro es inferior, Tae. Si me hablas, veo borroso. - Bromeó y tuvo que apartar la mirada al ver tan linda sonrisa acompañada de una carcajada, Tae lo vuelve demasiado débil como para soportarlo.

- Le propongo algo. Usted lee todo eso y yo le ayudo con la organización y decoración. - Cuando el pelinegro le ofreció la mano para sellar el trato, agregó. - Pero... Usted no fingirá su muerte.

La felicidad de estar con TaeHyung más el hecho de que su lazo había escaldo al punto de hacerse bromas mutuas, llevó a JungKook a echar la cabeza atrás mientras reía.

Después, fingió pensarlo al escanear el rostro contrario.

- Mhm... Será difícil, pero acepto. - Ahora ambas manos sí se estrecharon.

- Manos a la obra, entonces. - El contacto visual no desaparecía, incluso parecía que cada vez se acercaban más.

- ¿Tengo que leer? - Aún con el contacto físico y visual, Tae emitió un bajito "mhm". - Anulo el trato. Ya no quiero nada.

- ¡Hyung! - Ahora el castaño soltó el agarre para cruzarse de brazos con una expresión de enojo que intentaba cubrir pobremente la gran sonrisa que tenía.

- Ya voy. - Su mano en el mentón del menor le ayudó a acercarlo para dejarle un besito en la frente.

JungKook tomó el mousse de su computadora y comenzó a imprimir todas las páginas web, imágenes y pequeñas anotaciones que el menor le dió. Comenzando a resaltar todo lo que creía importante, valioso o que no entendía al tiempo en el que Kim hacía margenes y buscaba materiales de apoyo y argumentos para el trabajo.

Así comenzaron y terminaron el trabajo después de unas horas.

Ahora solo estaban dándole los últimos retoques a la portada del informe.

- ¡No! ¡Hyung! - TaeHyung protegía la hoja con su cuerpo, evitando que el mayor completara su objetivo.

- ¡Sí! ¡Quiero ayudar y se va a ver bonito, dámela! - JungKook intentaba quitarle la hoja con su pecho pegado a la pequeña espalda.

Al ver qué TaeHyung no se veía ni con un poquito de ganas de rendirse, tuvo que irse por el último recurso.

- Tú me oblígaste. - Le susurró al oído y luego comenzó a hacerle cosquillas, cosa que obligó a Kim s soltar la dichosa hoja. - Por no obedecer a tu mayor. - Ensució la naricita con la pintura que tenía en la mesa.

- ¡Le toca! - TaeHyung ahora fue el que tomó bruscamente del botecito que terminó esparcido por la mesa y manchando las manos de ambos que se posaron sobre la hoja.

Al final, era una linda portada. El fondo era una imagen de Plutón, el tema del informe, y encima sus manos juntas hechas por la pintura.

- Quedó perfecta.

- Mhm, perfecta.

Una linda manita chiquita cubierta de una parte por los grandes dedos de una más grande.

Y mientras ellos estaban en su mundo, BeomGyu y JiHoon estaban felices y satisfechos.

Quizá ese Ratatouille no era tan malo.

Quizá sería el indicado para el menor del grupo.

Quizá incluso pueda protegerlo y evitar que la linda lucecita en sus ojitos se apague.

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