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- Tengo una idea, pequeño. - Ah, la verdad es que esa idea tiene dos sentidos, y si TaeHyung acepta, entonces JungKook podrá protegerlos y también sentir a Kim muy, muy cerca.

Tal vez, disfrutaría de ese tiro sólo si viene de él.

- ¿Cuál es, Hyung?

- Ven, pequeño, necesito que confíes en mí, ¿Sí? - Lo atrajo hacia él para después desabrochar su cahqueta bajo la atenta, curiosa y confundida mirada de un castañito que cargaba a un perro recién despertado. - Necesito que me abraces fuerte, y te subas en mí.

TaeHyung al escuchar lo que el pelinegro dijo, abrió los ojos sonrojado.

Qué cosas le pedía su Hyung.

- Hyung, no entiendo su plan, además, soy pesado, no quiero que usted se lastime. - Avergonzado bajó la mirada, inconscientemente apretando al pequeño perrito que apenas comenzaba a ubicar dónde y con quienes estaba.

- Soy mucho más fuerte de lo que crees. Te daré un espectáculo exclusivo, entenderás porqué se obsesionan conmigo, lindo. - Contestó coquetamente mientras se mordía el labio.

Quiso reír al ver cómo la carita contraria casi explotaba, incluso sus orejas estaban rojas.

- Ah, Hyung, usted me pone tímido a propósito, ya lo descubrí. - Fracasando en su débil intento de parecer no afectado.

- Culpable. - El cínico pelinegro se atrevió a besarle la barbilla.

Era justo que permitiera a TaeHyung esconderse en su pecho después de avergonzarlo tanto.

Disfrutó de la sensación, sus pensamientos aún lo atormentaban, y sabía, sabía que si seguía ignorando sus alarmas lo más probable es que llegaría a un lugar desconocido, un lugar en el que TaeHyung y sólo TaeHyung tiene el control absoluto.

Disfrutaba del calor corporal del menor, la sensación de tenerlo entre sus brazos, la sensación de que todo estaba bien. El olor de su cabello, le encantaba la manera dócil en la que TaeHyung cedía ante su tacto, y cómo incluso lo buscaba.

Ese niño era todo lo que tenía, así se sentía.

Era tan frágil, pero tan misterioso a la vez, había algo en él, algo adictivo, algo aún más fuerte que una droga, era algo que no podía detener. Aunque tampoco es como que intentara hacerlo.

- Hey, bonito, aún debo llevarlos a casa, hace frío, no quiero que enfermen. - Levantó el mentón del pequeño, su imagen era tan perfecta.

Largas pestañas cayendo suavemente sobre sus pómulos, los ojitos levemente cerrados se perdían en los suyos, como los propios en los contrarios.

- Si soy muy pesado, puedo bajar. - Cedió recibiendo un beso en la frente.

JungKook sabía que eran mirados, podía sentir las miradas en ellos, incluso los escuchaba murmurar, pero no le importaba. Incluso si no era real, él protegería a su pequeña familia, a su lindo Tae y su pequeño cachorrito.

Le importaba un carajo si tenía que golpear al mismísimo papa, ellos eran suyos, y él cuida lo suyo.

Tomó a TaeHyung de la parte trasera de las rodillas y le indicó que lo tomara por el cuello, claramente sin dejar caer a YeonTan.

Una vez que completaron eso, Tae enrrolló sus piernas en la cadera de Jeon y este colocó sobre el cachorro y el castaño su propia chaqueta, él quedó solamente con su camisa, pero estaba bien. No importaba.

El menor se sonrojó al notar el definido cuerpo del mayor rodeándolo, había investigado un poco, y la verdad es que le gustaba mucho.

Sentir la gran musculatura a su alrededor, apretándolo, protegiéndolo y además estar rodeado del olor imponente del pelinegro le hizo entrar en un estado de trance.

Se refugió en la curvatura del mayor y con su nariz acarició la piel, el olor se concentraba más ahí, así que sintió que estaba bien si dejaba un besito.

Lo hizo.

- Hyung, me gusta mucho.

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𝗛𝗲'𝘀 𝙢𝙮 𝗻𝗲𝗿𝗱 [kσσktαє]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora