Capítulo 23

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Rey salió del Halcón seguida de Chewie y R2-D2, quienes se quedaron al pie de la rampa del carguero viendo como ella comenzaba a caminar hacia los escalones que la guiarían hasta el maestro Jedi. Se detuvo a descansar un poco y se dio cuenta de varias cabañas de piedra. Eran antiguas pero al parecer estaban bien cuidadas. Siguió las escaleras por una pendiente cubierta de hierba hasta que se encontró con una figura envuelta en una simple túnica que cubría hasta su cabeza, estaba de pie a la orilla de un acantilado, de espaldas a ella. Después de un momento, aquella figura quitó la capucha que cubría su cabeza y dio la vuelta lentamente. Su rostro estaba algo arrugado, tenía una larga barba blanca y sus ojos eran de un azul brillante.

Rey caminó hacia Luke Skywalker y sin apartar la vista de aquel hombre, sacó el sable de luz que un día le perteneció al sujeto frente a ella. Se lo tendió, como un ofrecimiento y también como súplica. Después un largo momento, él dio algunos pasos hacia adelante y estiró el brazo para tomar aquel sable de luz.

Luke miró el sable y Rey lo observó con curiosidad mientras lo hacía. El hombre luego levantó la mirada y sin titubeo, lanzó aquel objeto hacia atrás. Rey lo miró con sorpresa y él pasó junto a ella sin decir una palabra.

Entonces ella lo siguió hasta las cabañas que había visto antes y lo buscó con la mirada, hasta que escuchó que una puerta se cerró y fue hasta allá, golpeó la puerta con su lanza pero no recibió palabra alguna y la puerta no se abrió. Al no suceder nada, volvió al lugar donde le dio el sable de luz. Lo encontró en la hierba y junto a varios pájaros curiosos y regordetes que daban ternura. Ella los apartó y tomó el sable, después inspeccionó a su alrededor y se dio cuenta que había un X-wing debajo del agua. Se puso a pensar que hacer para que el maestro Skywalker le hablara, por lo cual se echó a correr en dirección al Halcón.

Cuando volvió a la cabaña del maestro Skywalker, estaba acompañada de Chewie, quien aventó la puerta al Luke no querer abrir. Rey intentó razonar con el hombre, pero éste no quería tener nada que ver con la guerra y luego de escuchar sobre el Halcón y no ver a su otro viejo amigo, preguntó algo muy importante.

- ¿Dónde está Han? - preguntó Luke a Chewbacca y este gruñó con tristeza.

Rey dudó en decirle, pero era mejor que ella le dijera para evitarle a Chewie hablar sobre un tema que lo lastimaba demasiado. Ahora dependía de ella contarle a Luke que Han estaba muerto.

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Kylo llegó a la sala del trono, al mismo tiempo que Hux se iba de ahí. Ren lo ignoró mientras pasaba a su lado, pero eso no evitó que sintiera ira al ver la petulante sonrisa de aquel pelirrojo. Siguió caminando y cuando estuvo frente a su maestro, se incó en señal de respeto.

- Te preguntas por qué conservo a un perro rabioso en un puesto de tanto poder - dijo Snoke una vez que quedaron solos -. Esa debilidad, debidamente manipulada, también es un arma filosa.

Kylo ignoró eso, pues no estaba de humor para las enseñanzas de su maestro.

- ¿Cómo está tu herida? - preguntó Snoke sin ocultar la burla en su pregunta.

- No es nada. - respondió Kylo.

No era cierto: el corte el sable de luz en su rostro había necesitado microsutura y Kylo portaría aquella cicatriz por el resto de su vida. Además, el abdomen le dolía en el lugar donde recibió el disparo con la ballesta de Chewbacca: un golpe que habría sido fatal si Kylo no hubiera contenido su energía con la fuerza.

- El poderoso Kylo Ren. - dijo Snoke, mirando con detenimiento a su alumno. - Cuando te encontré, descubrí en ti todo lo que un maestro ansia ver: un poder salvaje y puro. Y, muy dentro, algo verdaderamente especial: el gran potencial de tu linaje. Un renacido Vader... Ahora temo que cometí un error.

En otra vida te encontraréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora