Capítulo 27

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Ben miraba atónito a Rey, quien yacía con los ojos cerrados, curandolo con ayuda de la fuerza. Estaba tan concentrada, que no se daba cuenta la forma en que su diada la miraba. Por unos breves momentos mientras respiraba hondo, Ben cerró los ojos y tanto Rey como él, tuvieron más visiones de su vida pasada, además de recuerdos desde que se "conocieron" en Takodana hasta los encuentros que los llevó a estar en ese exacto momento.

Ambos ahora comprendian mejor todas aquellas visiones y recuerdos. Eran almas gemelas y siempre lo serían. Se habían enamorado a primera vista la primera vez y tal vez, sólo tal vez había sucedido lo mismo en Takodana. Abrieron los ojos y se miraron fijamente unos segundos. Los músculos, los tendones y la piel de él se renovaron. Incluso la cicatriz de su cara desapareció.

— Sí quería tomar tu mano. La mano de Ben.

Antes de que él pudiera responder, ella tomó el sable de Luke y corrió hacia el caza TIE estacionado en los restos de la estación espacial. Le tomó un momento orientarse frente a los extraños controles pero rápidamente los entendió, como siempre había hecho con los controles de mando. Despegó y volteó atrás para ver a Kylo mirándola desconcertado. 

No sabía a dónde se dirigía; solo que debía escapar. Se sintió destrozada: por saber quién era, por el sufrimiento que Palpatine siempre parecía darle. Se dejó guiar por su instinto al marcar las coordenadas en la computadora de navegación. Atravesó la atmósfera y entró al hiperespacio.

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Ben, luego de hablar con el recuerdo de su padre y darse cuenta por fin que todo lo que alguna vez le dijo Snoke era falso, miraba el mar, cuyas olas no bajan de intensidad. Recordaba todo lo que había vivido desde que tenía memoria, incluyendo los recuerdos de una vida pasada en la que parecía haber sido más feliz que en su actual vida. 

Se sentía mal por la forma en la que habia tratado a Rey cuando la conoció en Takodana y lo que sucedió en la base Starkiller; tambien se sintió como un idiota al no haberse dado cuenta que ella quería a Ben y no a Kylo Ren. Pensó en su encuentro en Pasaana y luego en cómo le dijo la verdad de quien era ella realmente, y que ambos eran una díada en la fuerza.

Ahora su alma gemela había huido de él una vez más, pero está vez la seguiría y la ayudaría a enfrentar a su abuelo. En el pasado, en su otra vida, no luchó para estar con ella... ahora sí lo haría. 

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Rey descansaba en una cabaña en Ahch-To, ya que luego de hablar con Luke y de descubrir que tanto él como Leia sabían sobre su parentesco con Palpatine, la mandó a recargar energía antes de enfrentarse a aquel vil hombre. Tenía varios sentimientos que intentaba controlar. Estaba furiosa, furiosa con Palpatine, pero no dejaría que ese sentimiento se apoderara de ella. Él le habia arrebatado a sus padres una vez más, pero está vez no permitiría que lograra su cometido, esta vez lo confrontaria como debió haberlo hecho en su vida pasada. 

Salió de allí poco después y con ayuda de Luke que le dio su nave, partió rumbo Exegol. Una vez que llegó a aquel lugar, salió de la nave y por un breve instante pensó en rendirse ante el miedo, pero siguió avanzando. De pronto sonó un estruendo, demasiado distante para identificarlo. El elevador se detuvo y Rey bajó. Levantó su arma y sus chispas eléctricas iluminaron enormes caras de piedra. Sabía, sin entender cómo, que las estatuas conmemoraban a los Señores Sith que existieron antes. De pronto se dio cuenta de que no estaba sola. Unas figuras corrían entre las sombras. Pocos pasos más la condujeron a un vertiginoso despliegue de equipo de laboratorio: monitores, tubos, algún tipo de tanque; todo vacío y abandonado. Al igual que la superficie del planeta, el suelo de ahí contenía fisuras y había una luz que destellaba desde lo profundo.

En otra vida te encontraréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora