Capítulo 6

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La celebración comenzó y Rey entró al lugar, todos al verla hicieron una reverencia y se abrieron camino para que ella pasara, con un leve asentimiento de cabeza respondía las reverencias en lo que caminaba por el gran salón. Miró todo y a todos los que estaban ahí, las personas siguieron bailando y la buena vibra y alegría del lugar contagiaron a Rey hasta que en eso vio a su abuelo con un hombre alto y supuso que tenía que ir hacia ellos, sus nervios volvieron porque sospechaba que aquel hombre con el que estaba el Emperador era su prometido.

- Su majestad - hizo reverencia a su abuelo y a aquella persona misteriosa de cabello castaño oscuro y ojos verdes con una altura promedio.

- Rey, mi querida nieta - ella iba a poner los ojos en blanco pero antes de hacerlo se detuvo porque sabía que no era conveniente hacerlo en ese momento - te presento a tu prometido, el rey Geralt de Taris. – Él le sonrió de manera confiada mientras ella tenía una sonrisa más tímida y un poco forzada. 

- Es un placer conocer por fin a mi prometido. - él tomó su mano y le dio un beso al dorso de su mano.

- El placer es todo mío. Usted es una mujer muy bella - ella lo miró - estoy encantado de que pronto sea mi esposa. - Rey se puso algo incómoda.

- Cuando nos casemos, ¿viviremos aquí o en Taris? - preguntó seria.

- Por supuesto que en Taris, en este reino aún gobierna su abuelo, mi lady. Taris necesita de su rey y... su reina. - ella asintió.

- Bien, pero esperaría visitar Naboo cada que quiera.

- Por supues...

- Podrán hablar sobre eso y otras cosas más de su matrimonio otro día - dijo Palpatine interrumpiendo a Geralt. - Por ahora disfrutemos de esta gran celebración en honor a ustedes dos.

Geralt vio con una sonrisa a Rey y ella miraba a su abuelo de forma seria. Ella no estaba realmente feliz y quería salir de ahí. 

Geralt siguió hablando con Palpatine, mientras Rey veía a todos los demás divertirse, también miró a sus damas quienes se veían muy contentas y Geralt lo notó.

- ¿Quisiera bailar conmigo, su alteza? - extendió su mano.

Ella lo miró, lo pensó y asintió con la cabeza, ambos se dirigieron al centro del lugar donde todos bailaban e hicieron lo mismo. Rey vio que no era un mal hombre, al contrario de lo que creía, era amable y con un buen sentido del humor, por lo cual se divirtió junto a él por unos minutos mientras bailaban.

*

Ben entró junto con su tío el rey Lando al gran salón donde la celebración se estaba llevando acabo y vio a todos bailando y divirtiéndose. 

- Sí que es una gran celebración - habló Ben.

- Vaya que sí. - concordó Lando.

- Sólo espero no tener que hablar con nadie más. - Lando lo miró.

- Si ese es tu castigo, muchacho.

- Lo sé, ¿pero para qué tendría que hablar con alguien?¿sobre que hablaría? - preguntó de forma nerviosa Ben.

- Sobre tu reino y el porque sería bueno tener alianzas comerciales - sugirió. - o hablar sobre ti, eres el príncipe de Alderaan, Ben. Hay muchas cosas que puedes contar sobre el palacio y la reina.

- Tal vez tengas razón. Si me disculpas, iré a conocer todo el salón.

- No te metas en problemas - advirtió Lando.

- No te preocupes, estaré bien y cuidaré que no pase nada - guiñó un ojo - nos vemos al rato.

Se separó de su tío para recorrer el lugar y caminó hasta que encontró unas sillas, se sentó y tomó algo de vino, cuando terminó de tomárselo siguió caminando hasta que se encontró a lo lejos a una chica parecida a la del lago divirtiéndose mientras bailaba, la admiró por unos segundos y decidió bailar para ver si en algún momento lograba toparse con ella y descubrir si era ella y conocer al fin su nombre. Luego de bailar algunos minutos que para él parecieron eternos, ambos chocaron.

En otra vida te encontraréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora