En otra vida te encontraré

Capítulo 34

❝It's you
It's always you
If I'm ever gonna fall in love
I know it's gon' be you

It's you
It's always you
Met a lot of people
But nobody feels like you❞

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Pasaron los dias y Ben por fin se había dado cuenta que lo que sentía por Rey era amor. Ella intentaba entenderlo lo mejor posible, siempre estaba para él y estar a su lado lo hacía muy feliz. 

Cuando les contó a sus mejores amigos como se sentía, Poe estaba mas que feliz y alegaba que él ya lo sabía e incluso Armitage estuvo de acuerdo, pues podía ver en los ojos de su amigo, cuanto quería a la chica. Pero Ben no sabía como le diría a su madre que elegiría a Rey como esposa, aun debía ir a Los Hapes y conocer a la Chume'da. Tal vez después del viaje le diría a Leia cual era su elección, porque como Poe y la Princesa Hiyaa le dijeron, él debía casarse por amor y no con alguien a quien terminaría odiando o alguien a quien nunca podría a ver con los mismos ojos con los que ve a Rey.

Salió al jardín para desestresarse un poco y encontrar las palabras que le diría a su madre, además de pensar en cómo confesaría su amor a Rey. Al llegar allí, vio a Rey sentada en el pasto, oliendo unas cuantas flores que estaban a su lado. La admiró unos momentos con fervor, hasta que ella lo sintió con la fuerza y volteó a verlo con una amplia sonrisa.

—Hola—la saludó, sonriendo un poco—. No quería molestarte.

—No lo hiciste. Ven, siéntate—señaló el espacio que había a un lado de ella.

Ben fue hasta Rey y se sentó, cruzando sus piernas.

—¿Estuviste meditando aquí?—preguntó, mirando las flores.

—Sí, medito en cualquier lugar: mi habitación, el área de entrenamiento, aquí... e incluso una que otra vez en la biblioteca.

—¿En la biblioteca? ¿En serio?—cuestionó él, riendo.

—No te burles. Me gusta meditar para calmar mis emociones y sentirme bien—explicó Rey, entrecerrando los ojos.

—Lo entiendo perfectamente—cesó su risa y levantó sus manos en forma de rendición.

—¿A qué viniste?—preguntó ella con curiosidad—. Digo, esta es tu casa y obviamente puedes venir aquí, pero... 

—Tranquila, entiendo a lo que te refieres. Quería despejar mi mente porque tengo tantas cosas que decirles a dos personas y aún no sé cómo comenzar.

—Oh, entonces creo que será mejor que te deje solo. Así te concentrarás mejor.

Rey se levantó, pero la mano de Ben la detuvo, agarrando la muñeca de la chica, con delicadeza.

—No, espera. Quédate, tu presencia me relaja—dijo él, con calma y mirándola con ojos de cachorro.

Rey se detuvo y asintió levemente. Se sentó de nuevo y ambos se quedaron en silencio, meditando un poco.

—Me gusta tu cabello—comentó Ben, mirando y queriendo tocar el cabello castaño de Rey—. ¿Lo has estado dejando crecer?

—Gracias... Sí, durante mucho tiempo lo estuve cortando para poder hacer cierto peinado.

—El de los tres moños.

—Exacto. Lo usé por tanto tiempo pensando en que si mis padres volvían por mí, podrían reconocerme... Pero como ya entendí que jamás volverán y ahora que trabajo como asistente, creo que sería bueno que creciera un poco más para poder peinarme como Kaydel, Korr o Greer—explicó ella, mirando las flores.