7 °C
Daniela.
Estaba zombi por falta de sueño. A mi alrededor, un revoltijo: La redacción de lengua.
La voz del señor Rink. La trémula luz de neón que iluminaba mi mesa. El examen de biología.
La cara inexpresiva de Isabel. El peso que me cerraba los párpados.-Tierra llamando a Daniela -dijo Rachel dándome un codazo al pasar junto a mí en la acera-. Ahí está Olivia. Ni siquiera la he visto en clase. ¿Y tú?
Seguí con la mirada la dirección que me indicaba Rachel hasta ver a los alumnos que esperaban el autobús. Entre ellos, Olivia daba saltitos para entrar en calor. No llevaba la cámara. Me acordé de las fotos.
-Tengo que ir a hablar con ella.
-Sí. Hazlo -convino Rachel-. Más vale que hagáis las paces antes de que nos vayamos de vacaciones a algún lugar soleado en Navidad. Te acompañaría, pero mi padre me está esperando y tiene una reunión en Duluth. Me montará un numerito si le hago llegar tarde. ¡Ya me contarás qué te explica! -Salió corriendo hacia el aparcamiento, y yo eché a andar hacia Olivia
-Hola, Olivia -dije; ella dio un respingo, y le agarré el codo para evitar que se me escapara-. Te he estado llamando, pero no hay manera de localizarte.
Olivia se calo el gorro de lana que llevaba puesto y se encogió para protegerse del frío.
-¿Ah, no?Por un momento, pensé quedarme callada para ver si confesaba que sabía lo de los lobos sin que yo le dijera nada. Pero los autobuses comenzaban a llegar, y yo no tenía tiempo que perder. Me incliné hacia ella y le hablé al oído.
-Vi tus fotografías. Las que le hiciste a Jack.
Sobresaltada, se volvió hacia mí.
-¿Las tienes tú? -Hice un esfuerzo por no usar un tono recriminatorio, y casi lo conseguí.-Me las enseñó Isabel.
Olivia palideció.
-¿Por qué no me lo dijiste? -inquirí-. ¿Por qué no me has llamado? -Se mordió el labio y observó el aparcamiento. -Al principio pensé llamarte para decirte que tenías razón. Pero luego hablé con Jack, y él me dijo que no le podía decir a nadie que lo había visto. Y yo me sentí culpable por haber pensado en contártelo.La miré, atónita.
-¿Hablaste con él? -Por toda respuesta, Olivia se encogió de hombros y se estremeció. Cada vez hacía más frío.-Estaba sacando fotos a los lobos, como siempre, y lo vi. Lo vi... transformarse -murmuró acercándose más a mí-. Vi cómo se volvía humano, Daniela. No me lo podía creer. Estaba desnudo, y no estábamos muy lejos de mi casa, así que le dije que fuera conmigo y le presté algo de ropa de John. Supongo que intentaba convencerme a mí misma de que no me había vuelto loca.
-Como yo, ¿no? -le espeté con sarcasmo.
Tardó unos segundos en comprender mi comentario.-Ay, Dani, perdona -dijo-. Sí, tú me lo contaste todo, pero ¿qué esperabas? ¿Que me lo creyera? Parece imposible, incluso cuando lo ves con tus propios ojos. El caso es que Jack me dio pena. Estaba perdido, no tenía ningún lugar adonde ir.
-¿Desde cuándo lo sabes?
Algo me aguijoneaba el pecho. Me sentía traicionada. Yo le había contado mis sospechas a Olivia enseguida, y ella, sin embargo, no me había dicho nada hasta que yo no la había forzado a hacerlo.
-No lo sé. Ya hace tiempo. Estuve bastantes días dándole comida a Jack, lavándole la ropa y esas cosas. No sé dónde pasaba la noche. Al principio hablábamos mucho, pero luego discutimos. Fue un día que yo no había venido a clase para estar con él y para tratar de sacar fotos a los demás lobos. Quería ver si ellos también se transformaban. -Hizo una pausa-. Daniela, discutimos porque él me dijo que a ti también te habían mordido, pero que te habías curado.
ESTÁS LEYENDO
Temblor
WerewolfCuando el amor te hace temblar en otoño, es mejor que el invierno no llegue nunca: las primeras nevadas pueden arrebatarte a quien más deseas. Hace años, Daniela estuvo a punto de morir devorada por una manada de lobos. Inexplicablemente, uno de ell...