Capítulo 20: Cárcel. Parte II

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21 de noviembre, 2015

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21 de noviembre, 2015

Las sirenas policiales se escuchan cada vez más cerca, los adolescentes en la fiesta salen de la casa en busca de huir de la ley como las ratas en el Titanic, pero nosotros no nos movemos de lugar debido al shock que nos produce observar a Hayley destruir el auto de Lauren.

—¡Hayley! ¡Suelta ese bate y vámonos! — grito, tratando de quitárselo de las manos, pero ella parece estar en otro mundo.

Hace añicos el cristal del parabrisas volviendo a impactar el bate en el auto, ha destruido por completo la pintura del auto y las luces tanto delanteras como traseras en unos pequeños fragmentos de tiempo, pero es que la manera en que se encuentra ahora jamás la había visto, tan llena de furia sin control.

—¡No quiero ir a la cárcel! Los bonitos no sobrevivimos ahí — lloriquea el castaño.

—¡Por dios! Cálmate — exclama Mason —No iremos a la cárcel... ¿cierto?

—¡Lo dudaste! — lo apunta con su dedo índice frenético —¡Moriremos!

Grita Lucas como niñita asustada. Paso las manos por mi rostro, estresada.

—¿Moriremos? — inquiere Oliver con una sonrisa en su rostro de alegría que me perturba un poco.

—¡Cállense! — declaro.

—¡Margot! — grita Allen, logrando llamar la atención de la rubia.

Así la llamaba Rose, por su segundo nombre, cuando cometía una travesura tan grande que la sacaba de sus casillas.

Los ojos esmeralda llenos de frenesí, rabia iracunda y violencia de la rubia encuentran los azulados de su hermano compasivos y calmados. El da un paso adelante, sigiloso mientras el labio inferior de Hayley comienza a temblar al mismo tiempo que su agarre sobre el bate se afloja, logrando que él se lo quite y se lo seda a Oliver. Su pecho sigue igual de inestable subiendo y bajando, al igual que sus sentimientos.

—Sea cual sea la razón por la que estas haciendo esto no lo vale.

Hayley pasa sus ojos vidriosos de Allen a Mason por un microsegundo, logrando que el ojiazul frunza su ceño y que mis nervios suban aun más, pero luego la rubia se tira a los brazos de su hermano mayor y él la recibe al instante.

—Lo siento... yo no quise salirme de control... — habla con la voz quebradiza.

—Está bien, no lo sientas — el ojiazul acaricia el cabello de su hermanita —. Alguien me enseño que está bien mostrar tus sentimientos en el momento en que los sientes, solo tenemos que aprender a controlarlos, en lugar de que ellos nos controlen a nosotros. ¿Vale?

La rubia asiente con su cabeza.

—Muy bella la escena familiar, fantástica, pero por si no lo recuerdan ¡LA POLICIA ESTA POR VENIR! ¡Y ESTAMOS EN LA ESCENA DEL CRIMEN! — grita Lucas alarmado.

El Destino de Estar Juntos [LIBRO 1 y 2] [Completa ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora