El Destino de Estar Juntos [LIBRO 1 y 2] [Completa ✔️]

Capítulo 18: Comer, rezar y amar

05 de octubre, 2022

Golpeo mis nudillos tres veces contra la puerta frente a mí. Pronto escucho pasos del otro lado acercándose.

Vine a hacerle una visita a Lucas, no lo he visto desde el asunto de la propuesta de matrimonio fallida. Es poca la información que ha llegado a mí acerca de él, y es mucho más difícil que esta llegué a mí considerando que no contesta llamadas, ni mensajes y se dio de baja en redes sociales. Lo único que me mantiene tranquila es que Oliver es su compañero de piso; él me pasa información de la situación. En palabras de Oliver Lucas no sale de su habitación, se la pasa en pijama todo el día y no asiste al trabajo.

Sé que cada persona es diferente y que todo esto con Roxanne es muy reciente, pero quiero ayudarlo a animarse. Él estuvo para mí en los momentos más duros, lo menos que puedo hacer es estar para él ahora. Él me ofreció su mano y abrazos de oso cuando yo estuve con el corazón roto, tal vez no le pueda ofrecer los mismos abrazos, pero puedo estar a su lado... si él quiere.

La puerta gris de madera se abre para dejar al descubierto la cara de Oliver. Sonrió divertida al notar el adorable delantal rojo con florecitas rosas que porta, contrasta de una manera orbital con la camiseta negra y pantalones gastados que lleva debajo, sumándole los tatuajes notables en sus brazos.

—Lindo vestuario y... ¿nuevo tatuaje?

Noto el nuevo diseño en su brazo de un dragón. No tengo idea de cuantos tiene hasta ahora, solo sé que son muchos ya.

—Estoy cocinando. Y sí, es nuevo, hace dos días me lo hice. Genial ¿no? Nunca había intentado con tinta roja.

Asiento con mi cabeza concordando con él, al tiempo en que se hace a un lado para dejarme pasar. Un segundo después de cruzar el marco de la puerta mi nariz se impregna con el olor de una deliciosa comida preparándose.

—¿Qué me vas a invitar a comer hoy?

Oliver saca una media sonrisa, arqueando una de sus cejas.

—¿Yo? ¿invitarte? ¿Cuándo?

Lo fulmino con la mirada.

—Vale, vale ¿quieres ratatouille?

Sonrío fascinada, asistiendo con mi cabeza.

Ambos caminamos hasta la pequeña cocina del apartamento en el que el olor de la deliciosa comida se hace mucho más notable. Inhalo profundo a propósito.

—¿Y Lucas? ¿Cómo está?

Tomo asiento en uno de los taburetes de la encimera.

—Igual que siempre. Siendo honesto, no entiendo porque le ha afectado tanto, se la pasaban la mayor parte del tiempo peleados.

Encojo mis hombros.

—Eso no quita que existan sentimientos fuertes entre ellos, supongo.

Me pongo en pie, colocándome al lado de Oliver donde mezcla en una olla una clase de salsa que hace a mi estómago gruñir.