El Destino de Estar Juntos [LIBRO 1 y 2] [Completa ✔️]

Capítulo 13: ¿Amigos? Amigos...

23 de julio, 2022

Allen Brown

La última vez que estuve en Nueva York fue a los tres años, razón por la que mi memoria no recuerda en lo absoluto la mayoría de lugares de esta gran ciudad, pero con una guía turística como lo es Vanessa Lancaster Smith, en verdad no notas la diferencia. En gran parte, porque toda mi concentración se pierde por momentos en ella.

Hoy se ha puesto uno de estos vestidos veraniegos cortos de tela ligera de color blanco que dejan al descubierto sus piernas que mis manos quieren tocar; en sus pies figuran unas botas vaqueras del mismo tono de sus ojos marrones profundos e hipnóticos enmarcados por largas pestañas similares a mariposas que abanican sus párpados mientras algunos bucles se salen de la pinza que sostiene su cabello debido al viento. Es curioso porque cuando sonríe un hoyuelo se forma en su barbilla, logrando una combinación sexy y tierna a la vez que me mantiene malditamente loco.

Dios, ¿a quién quiero engañar? Ella podría llevar puesta una bolsa de basura, tener cinco kilos más o menos, estar desnuda, estar vestida hasta el cuello...y yo seguiría babeando por ella.

Tomo una bocanada de aire. Es preciosa.

—... y este es el Empire State Building, ¿Quieres subir arriba? La vista es increíble... ¿Allen?... ¿Allen? — chasquea sus dedos frente a mi rostro.

Parpadeo, medio embobado. ¿De qué hablábamos? Ah, ya el rasca cielos.

—Los chicos nos están esperando en el MET.

Alza sus cejas, entreabriendo sus labios.

—¡Es cierto! Es tardísimo. Vámonos.

Jala de mi mano para guiarme entre el gentío.

Sonrío, mientras la morena me guía entre las calles transitadas de Nueva York, tomando mi mano hasta que pega un frenazo antes de cruzar la calle, provocando que mi entrepierna choque con su culo mandando una ráfaga de lujuria a mi sistema por unos momentos.

—¿Qué pasa? — inquiere Vannessa.

Me abstengo de tirarme a su boca, limitándome a negar con la cabeza.

—Nada.

Entrecierra sus ojos, pero el semáforo indica que podemos cruzar distrayéndola de mi vaga respuesta.

Admito que esto de solo ser amigos no me es la tarea más sencilla del mundo, al contrario, es lo más difícil que alguna vez he hecho, después de dejar de consumir drogas, claro. Pero esto es lo que ella quiere, ser amigos, estar sola, así que es lo que haré. No la presionaré, acosaré ni nada por ese estilo. Solo seré su amigo el que piensa las veinticuatro horas del maldito día en ella, el que la quiere besar a todas horas, el que se la pasa pidiéndole abrazos porque es lo único a lo que se puede limitar en este momento, al que se le aceleran los latidos en su presencia provocando que a los pulmones le falte el aire, el que vive hipnotizado con su aroma... en fin, seré ese amigo.