You - Regard, Troye Sivan & Tate McRae
Vanessa Lancaster Smith
—¿Sirena?...
La respiración se me corta justo cuando los latidos de mi corazón empiezan a galopar cual caballo en campo abierto, golpeando tan fuerte mi pecho que puedo verlo subir y bajar frenético mientras escucho a mi sangre hervir porque me es imposible creer que mis iris lo estén viendo a él. Avanzo un paso, luego otro, él parece estar en mí misma situación peleando con su mente para entender si esto es obra de un sueño; mis pasos no se detienen, al contrario, van acortando la distancia. Es como si mi cuerpo fuera un mental y él un imán que me llama.
A medida que la distancia se va acortando, la visión se va aclarando volviéndose más nítida, permitiendo apreciar a detalle las características del hombre en la camilla. El cabello dorado en su cabeza sigue siendo igual, pero su rostro no es el mismo; sus ojos no brillan con aquel azul eléctrico que antes me hipnotizaba, ahora son más similares al azul sin vida de un océano lleno de contaminación que se resaltan aún más por las medias lunas bajo ellos creando una sombra de dimensión en su rostro que en este momento noto flacucho. No pasó desapercibido el catéter en el interior de su codo, supongo que la enfermera tuvo que intentar más de una vez en sus venas porque hay más de un pinchazo.
Estoy por acusar a mi mente de haber perdido la cordura porque aún no me puedo creer que esta persona sea Allen, hasta que alza su mano logrando a penas rozar mi muñeca con sus dedos. Entonces despierto del sueño dando tres pasos atrás para alejarme de él.
—Tú... tú te marchaste... ¿cómo es que estás aquí?
Me sentía a años luz de aquella habitación de hospital, como si fuera una espectadora de la escena porque no terminaba de creerlo después de tantos años, dolor, rencor e ira solo quería gritarle miles de barbaridades, pero no lo hacía. Mi boca estaba casi muda.
—Juro que estoy tan asombrado como tú. Tengo que subirle el sueldo a Miguel definitivamente.
¿Quién es Miguel?
Dios, hay tantos sentimientos juntos que no tengo idea de cómo gestionarlos. Por un lado, lo quiero ahorcar, huir, fingir que nunca lo vi y seguir con mi vida, pero también esta la parte de mí diminuta, a la que le cuesta admitir, que quiero abrazarlo e inhalar su aroma tan fuerte que los brazos me duelan y apenas pueda respirar, esa a la que le tambalea en la punta de la lengua preguntarle: ¿estás bien? Porque por una razón está hospitalizado. Pero no soy yo la que debería hacer esa pregunta, es él, porque es él el que me abandono.
Mierda, que es una maldita pesadilla y un mágico sueño al mismo tiempo todo esto.
No puedo dejar de verlo. Él... todo... es tan raro.
—¿Qu-qué haces en Nueva York? Escuche que estabas en Londres.
Alza sus cejas apenas, arqueando una de sus comisuras.
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El Destino de Estar Juntos [LIBRO 1 y 2] [Completa ✔️]
Novela JuvenilVanessa siempre supo que Allen era imposible, a pesar de los sentimientos que se acumulaban cada que vez que él estaba cerca de ella, cada vez que intercambiaban una simple silaba, ella suspiraba internamente y el aleteo de las mariposas en su estóm...