Capítulo I

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BETTY

Al cumplir mis seis años mi familia decide hacer un viaje en auto hacia la playa.

Desde que tengo memoria siempre soñé con conocer el mar, sentir esa agua salada recorrer mi cuerpo, sentir la arena en los dedos de mis pies y hacer castillos de arena junto con mi hermano.

«Un sueño que nunca logré cumplir»

Gracias al viaje tuvimos un accidente. Un fuerte choque con un camión y toda mi familia murió.

Papá tuvo una muerte rápida, mamá muerte cerebral y mi hermano murió desangrado.

Y yo...

bueno yo no entiendo porque no estoy muerta al igual que ellos. En ese accidente solo me fracture un brazo y una pierna.

«Hubiera preferido morir a estar viviendo en estos momentos»

Cuando salí del hospital, me llevaron con una familia adoptiva.

Pensé que iba a encontrar un hogar en donde sería feliz, pero no, solo es un lugar donde vives con miedo y tristeza.

Muy bien recuerdo a una dulce señora me dijo que tendría una nueva familia, que iría a la escuela y haría nuevos amigos.

«mintió»

Solamente me llevó a un infierno, donde me obligaban a lavar pisos, baños, ropa y más. Solo me mandaron a ser una sirvienta.

Cuando no realizaba bien algunas de mis tareas, era castigada, o me encerraba todo un día en la que era mi "habitación" sin comer o me pegaban con una correa de cuero hasta el cansancio.

Han pasado doce años, ahora tengo dieciocho y sigo viviendo en el mismo infierno.

A veces pienso que la mejor solución a todo sería muriendo, pero también pienso que si no morí en ese accidente fue por alguna razón.

«estúpida»

Uno de tantos días, no soporte más el daño que me estaban haciendo y decidí escapar.

Algo demasiado bobo de mi parte pero aún así lo hice. En una pequeña maleta que tenía empaque un poco de ropa que tenía y lo más importante, mi conejito de peluche, Blash.

Escape por la ventana del sótano.

«esa era mi habitación»

Caminé por las solitarias calles, no sabría a donde ir, tal vez pasaría la noche en algún parque o en una banca.

Pero justo cuando iba pasando una calle un auto frenó, casi me atropella.

El hombre que iba conduciendo el auto se acercó a mí preocupado por si me había hecho daño y yo me perdí en sus hermosos ojos azules.

- ¿estás bien? - pregunto.

Solo negué con mi cabeza.

- ¿te hice daño? - volvió a preguntar.

- n-no - un sollozo se escapó de mis labios. No me había dado cuenta de lo empapadas que están mis mejillas.

- entonces ¿Por qué lloras?

- ayudame p-por favor. N-no tengo a donde ir, estoy sola... Por favor.

- está bien ¿Quieres ir conmigo a mi casa? - note la preocupación en su rostro.

- s-si.

El pelinegro me ayudó a subir al auto para luego el hacerlo y empezar a conducir.

Nadie dijo nada en el camino, todo fue silencioso y agradecí eso.

Llegamos a una gran casa, parecía un castillo de lo grande que es, también muy hermosa.

Él me ayudó a entrar a la casa. Subimos las escaleras y entramos a una gran habitación, supuse que era la de él.

- ¿Quieres algo? ¿Una ducha, comida, dormir?

- las tres.

- está bien. Te daré una toalla y mientras tomas una ducha te prepararé algo de comer, si?

- ajam.

El me indicó donde quedaba el baño y me dio una toalla.

Me tomé mi tiempo en la ducha. Mientras pasaba la esponja con jabón por mi cuerpo, lágrimas salían de mis ojos y observaba cada uno de los moretones que tenía.

«Siempre han estado allí, nunca se han ido»

Sequé mi cuerpo y me puse ropa que tenía en mi mochila.

Salí del baño y me encontré con el pelinegro sentado sobre la cama junto con una bandeja de comida mientras él miraba su celular.

Nuestros ojos se encontraron y así nos quedamos por un momento. Él me analizó con su mirada. Observaba mi cuerpo y llegué a sentirme un poco incómoda.

- te preparé un sándwich y waffles, espero te guste - sonríe.

- gracias - le devuelvo la sonrisa.

Me senté en la cama y empecé a comer. Moría de hambre. Hace mucho tiempo no probaba comida tan deliciosa.

- ¿cómo te llamas?

- Betty... Betty Cooper. ¿Y tú? - le doy un mordisco al sándwich.

-- Jughead jones.

- tienes un nombre muy raro.

- lo se. ¿Por qué estabas en la calle? Es muy tarde para que estés caminando por ahí.

- escapaba... De mis padres adoptivos.

- ¿Por qué? - frunce sus cejas.

- haces muchas preguntas Jughead.

- solo quiero ayudarte.

Silencio. No dije más nada, continúe comiendo. Pero por alguna razón, sentía la necesidad de contarle todo a él.

- escape porque en esa casa es un total infierno. Me tratan muy mal, lo han hecho durante diez años y ya no podía soportar más - mis ojos se cristalizan.

- ¿cuántos años tienes?

- dieciocho

- eres muy pequeña.

- tú cuantos tienes Jughead?

- veintiséis.

- gracias por la comida, hace mucho tiempo no comía algo tan delicioso.

- no es nada. ¿Quieres descansar?

- ajam.

- dormirás aquí. Si necesitas algo estaré en la habitación de al lado.

Él tomó la bandeja e iba a salir de la habitación pero se detuvo cuando hablé.

- ¿Te puedes quedar conmigo?




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