Capítulo LX

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NARRADOR OMNISCIENTE

Jughead bajaba las escaleras con Betty en sus brazos para ir a preparar el desayuno. Cuando entraron vieron a Toni y Cheryl que se les adelantaron.

Jughead dejo a Betty en la encimera y se quedó en medio de sus piernas.

— buenos días chicas.

— buenos días — dijeron ambas con una sonrisa.

— ¿Que hacen de comida? Tengo hambre — dijo Betty formando un puchero en sus labios, uno que jughead deshizo con sus dedos.

— estamos haciendo huevos con tocino ¿Quieres?

— no, eso es aburrido.

— te prometo que no será aburrido — dijo Cheryl.

— está bien — Betty bufo y jughead dejo un dulce beso en su mejilla.

— ¿Ya te sientes mejor Betty? — dijo Toni mientras quebraba un huevo en el sartén.

— si, papi hizo magia y mejore.

— ya te dije que no fue magia princesa, fueron los medicamentos.

— no, esos solo me hacían sentir peor.

Jughead suspiro y apoyo su cabeza en el pecho de la rubia.

— lo que tú digas mi amor.

Cheryl al escuchar esa respuesta frunció sus cejas y los miro con confusión.

— ¿Por qué le das la razón a ella si no la tiene? — preguntó Cheryl a jughead.

— porque si.

— no es una respuesta jughead.

— no lo regañes, le duele su cabecita ¿Verdad papi? — él asintió y Betty beso su frente haciéndolo sonreír.

— dios, solo se entienden ustedes — dijo Cheryl dándose vuelta para continuar con el desayuno.

Jughead volvió a tomar a Betty en sus brazos y se dirigió hasta la sala, donde recostó a Betty con delicadeza en el sofá y él se acomodó sobre ella.

— ¿Papi quiere cariñitos?

— si, mi amor y besitos.

Betty sonrió y enredo sus dedos en el cabello del pelinegro acariciándolo con cuidado, y de vez en cuando dejaba dulces besos en su frente.

— ¿Por qué te duele la cabeza papi?

— no lo sé princesa. Tal vez estoy cansado.

— pero venimos de una grandiosas vacaciones, allí descansaste papi.

— entonces no lo sé...

— que mal, te pones aburrido cuando te sientes mal.

— yo no soy aburrido — murmuró en el cuello de la rubia.

— a veces si papi...

— en un rato, cuando me sienta mejor, veras que no soy aburrido, princesa.

— ¿Que vas a hacer?

— lo disfrutarás, no te preocupes.

Luego de un rato de estar recostados, Cheryl los llamo para que se sentará en el comedor para desayunar.

— papi mira, es un conejito como Blash — dijo Betty viendo su desayuno

— si, está muy lindo, princesa.

— gracias Cher y Toni, sin las mejores.

Ambas sonrieron y todos empezaron a comer en silencio, solo hasta que Cheryl decidió hablar.

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