Capítulo XXXIX

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BETTY

Movía mis pies dentro del agua, apoyaba mis manos en el borde de la piscina para no caer al agua. El agua chapoteaba provocando que se mojaran mis piernas y pequeñas gotas cayeran en mi rostro.

Detuve los movimientos de mis pies y centré mi atención en Jughead o bueno lo que podía ver de él.

Está nadando de lado a lado en la piscina y yo solo estoy sentada en el borde con mis pies hundidos en el agua que ya deben de encontrarse como pasas.

— princesa, ven aquí — dijo estando desde la mitad de la piscina.

— no papi, no alcanzó al suelo de la piscina y me hundo.

Él lentamente se fue acercando hasta donde yo estaba, abrió mis piernas y se hizo en medio de ellas apoyando sus brazos en mis muslos. Levantó un poco su cabeza para mirarme y yo me agaché para besar sus labios.

— Vamos al agua princesa, yo no te voy a soltar.

Suspiré y él me tomó por la cintura para ayudarme a bajar del muro y al instante que sentí el agua por todo mi cuerpo aferre mis piernas y brazos a su cuerpo y lo hice reír. Nunca me ha gustado el agua, no sé nadar y me da miedo ahogarme.

— no te va a pasar nada pequeña — susurro acariciando mi espalda — ya te dije que no te voy a soltar.

— quiero el flotador, tú te ríes de mí.

— no te voy a soltar ni te voy a llevar al flotador.

Me recosté en su hombro  y empecé a jugar con el agua, haciendo distintos movimientos con mis manos mientras Jughead caminaba por toda la piscina.

— mi amor ¿No quieres que te enseñe a nadar?

— no me tienes paciencia y luego te vas a enojar y yo voy a llorar.

— tomaré eso como un no.

El se sentó en los escalones que habían en la piscina y quedé sobre sus piernas, sus manos aún seguían en mi cintura y empezó a darme pequeños besos por mi hombro haciéndome reír.

— me haces cosquillas papi.

— quiero escucharte reír — murmuró sin dejar de darme besos— eres hermosa.

— lo dices siempre papi, creo que ya no lo dices de verdad.

— Claro que es de verdad, eres preciosa. Mi hermosa princesa.

Sonreí y dejé un corto beso en sus labios, me apoyé de nuevo en su hombro y pude sentir las pequeñas caricias que le daba a mi espalda.

Después de estar un rato allí sentí mis ojos pesados y el sueño me ganó, cerré mis ojos y mi cuerpo se relajo...


No sé cuánto tiempo habrá pasado pero fue poco, siento que aún tengo sueño pero unos ruidos que venían de la parte de abajo me despertaron. Abrí mis ojos esperando ver a Jughead a mi lado pero no estaba. Me senté en el colchón y refregué mis ojos tratando de que el sueño se fuera pero no lo logré.

Ya no llevaba puesto mi traje de baño, tenía una camiseta de Jughead y nada más. Aún no logro entender cómo hace para cambiarme sin que yo me despierte, él es muy ágil o yo duermo como un oso.

Suspire y sin otra opción me levanté para bajar los escalones y al llegar al final pude ver a Jughead cocinando, no traía su camisa, hasta pensé que estaba desnudo.

— papi— dije mientras me acercaba.

— hola, mi amor— una sonrisa se formó en sus labios — ¿dormiste bien?

Yo negué con mi cabeza y rodeé su cuerpo con mis brazos desde atrás para no interrumpir lo que hacía.

— ¿Pesadillas?

— no papi, desperté con mucho sueño— él soltó una pequeña risa y yo fruncí mis cejas— ¿Por qué te ríes? No me gusta que te rías de mí.

— Perdón princesa pero es que llevas durmiendo casi toda la tarde y son las nueve de la noche. No entiendo porque tienes sueño.

Bufé y me apoyé en su espalda, cerré mis ojos escuchando el sonido de lo que estaba preparando. No sé qué era pero olía muy bien.

— Princesa ¿Por qué no vas al sofá y ves algo en la televisión? Yo luego voy contigo — asentí y dejé de abrazarlo.

— mi besito papi — él sonrió y dejó un corto beso en mis labios— papi, así no, tú sabes cómo me gustan los besitos.

— está bien — volvió a juntar nuestros labios pero en uno más largo y profundo. Nuestra lenguas se juntaron y Dios como me gusta esto.

— más— dije después de que nos separamos.

— Ahora no puedo pero cuando termine de hacer la cena te doy todos los besos que quieras.

Suspiré—está bien papi.

Di la vuelta para ir hacia el sofá y en eso sentí como Jughead dejo una nalgada en mi trasero que apenas se cubría por la camiseta.

Unos pocos minutos después donde vi My little pony —Me gusta tanto ese programa y es tan adictivo y lo mejor es que a Jughead le gusta verlo conmigo— él se sentó a mi lado y dejó los platos de comida en la pequeña mesa que había frente a nosotros.

Hice una mueca al ver lo que era. Verduras con carne. Me gusta la carne porque él le pone unas cosas que no sé qué son y sabe tan delicioso pero las verduras y yo somos grandes enemigas y según Jughead tengo que comerlas para estar sana.

— Antes de que digas algo o hagas un berrinche, comerás las verduras, todas Betty y si no lo haces nuestras vacaciones terminan... ¿Entiendes?

Bufé— si papi

Tomé el plato y lo puse sobre mis piernas, tomé el tenedor en mi mano y cogí un trozo de carne y luego las verduras...

— papi ¿Si lo como todo me darás un premio?

— no — dijo sin despegar la vista de la pantalla.

Suspire y agaché mis cabeza para ver las verduras que eran lo único que me faltaba, eran pocas pero ya estaba cansada de comerlas. En verdad saben feo excepto por el pimentón.

Unos largos minutos después logré comerme todas las verduras, con algunos regaños de Jughead pero lo hice. Dejé el plato en la mesita y luego me recosté en las piernas de Jughead cubriéndome con una manta, él puso su manos sobre mi abdomen y se inclinó para dejar un beso en mi frente.

— vez que si podías comer verduras.

—¿Soy una buena niña?

— la mejor del mundo.

— que bien, ahora mis besitos papi.

Baby GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora