JUGHEAD
Subí las escaleras de la casa y fui a la habitación de Betty, donde se escuchaban sus carcajadas. Entre y la vi en el piso, con muchos peluches a su alrededor mientras reía muy fuerte.
Sonreí al verla tan contenta y me quedé observándola. Tan linda y tan hermosa. Y al parecer me quedé tan idiotizado mirándola que no me di cuenta de cuando dejó de reír.
— papi — dijo con emoción — ¿Quieres jugar conmigo? Hace mucho no jugamos juntos.
Yo levanté mis cejas y me senté a su lado en el suelo.
— ¿A qué jugamos?
— mira papi — ella se arrodilló frente a su baúl de juguetes — tú vas a ser una princesa — saco una pequeña tiara de plástico y la puso en mi cabeza.
— ¿Por qué no eres tú la princesa?
— ¿No quieres ser princesa? — ella formó un puchero en sus labios.
— no es eso, mi amor — yo quité la tiara de mi cabeza y la puse sobre la de ella — solo creo que tú serías mejor princesa que yo. Eres más bonita, más tierna y eres mi princesa.
Ella sonrió y bajo su mirada cuando sus mejillas se sonrojar.
— ¿Tu princesa?
— mi princesa — dejé un dulce beso en sus labios provocando qué una linda sonrisa apareciera en su rostro.
— entonces tú eres príncipe, papi, y Blash será nuestro hijo.
— está bien, princesa.
Empezamos el juego y no puedo negar que de esta manera es como más me divierto con ella, es donde más feliz y completo me siento. Viéndola tan feliz y tan emocionada, me encanta como se mete en el papel del juego y como me regaña cuando hago algo mal.
Jugamos por un largo rato, tomamos el té, le pusimos ropa a Blash y lo dejamos dormir por un rato, mientras eso ella tomó las pocas cosas de su maquillaje y empezó a aplicarlo en mi rostro.
— ¿Cuando aprendiste a maquillar, pequeña?
— busque videos y Dylan me enseñó algunas cosas, aunque no me gusta mucho usarlo.
Ella paso un lapiz por mis cejas, luego de pasarlo un rato, ella bufó.
— es estúpido, tus cejas son muy oscuras, no necesitan maquillaje.
— ¿Y por eso tienes que decir malas palabras?
— lo siento, papi.
— ¿Ya terminaste?
— solo pongo el labial y termino.
Ella paso la barra de color rosa por mis labios y luego me explico cómo tenía que hacer con ellos para que quedara bien.
— te ves lindo papi, muy lindo.
— ¿Puedo ver? — ella asintió y puso un pequeño espejo frente a mí.
Siendo sinceros... Me veía muy raro, se siente extraño tener todas esas cosas en mi piel...
— ¿si te gustó? — preguntó con una gran sonrisa.
— si, quedó bien — mentí, y trate de sonreír igual que ella pero creo que falle cuando la sonrisa se borró de su rostro.
— no te gustó — ella bajo su mirada y jugó con sus dedos — ya quiero tomar mi siesta.
— ¿no mas juego?
— no mas.
— está bien, vamos a dormir.
Me levanté con ella en mis brazos y se aferró con fuerza a mi cuerpo. Con cuidado me recosté en la cama dejándola encima de mi cuerpo. Luego de eso sentí como sus labios dejaron un pequeño beso en mi cuello y sus manos acariciando mis brazos.
—yo te amo, papi. ¿Tu me amas a mi? — dijo bajito y con voz perezosa.
— claro que sí, mi amor. Yo te amo demasiado — dejé un beso en su cabeza — ¿Te conté que Cheryl se quedará a dormir en casa unos días?
— no... ¿Por qué se queda?
— quiere ayudarme a sacar a Scarlett de nuestras vidas.
— me gusta que Cheryl se quede pero no me gusta hablar de esa señora... Mejor dame muchos besitos para dormir, papi.
Ella levantó su cabeza y pude ver sus bonitos ojos, acerque mis labios a los suyos y dejé un delicado beso, al alejarme vi que sus ojos miraban mis labios, así que volví a acercarme y me di el lujo de probar sus labios.
Mis labios se movían sobre los suyos y mi legua jugaba con la suya, sus manos viajaron a mis mejillas y las mías a su cintura, logrando profundizar más el beso.
— duerme lindo princesa — dije sobre sus labios al separarnos.
— tu igual papi. Duerme un ratito conmigo.
Ella volvió a recostarse en mi pecho y yo la abracé con fuerza... La amo tanto.
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Baby Girl
Teen FictionUna niña de tan solo seis años pasa por un gran accidente automovilístico junto con su familia, donde solo ella sobrevive. Diez años después ella decide escapar de esa casa de tormentas donde vivía y al hacerlo se encuentra una luz de esperanza por...