Capítulo LXIV

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JUGHEAD

Subí las escaleras de la casa y fui a la habitación de Betty, donde se escuchaban sus carcajadas. Entre y la vi en el piso, con muchos peluches a su alrededor mientras reía muy fuerte.

Sonreí al verla tan contenta y me quedé observándola. Tan linda y tan hermosa. Y al parecer me quedé tan idiotizado mirándola que no me di cuenta de cuando dejó de reír.

— papi — dijo con emoción — ¿Quieres jugar conmigo? Hace mucho no jugamos juntos.

Yo levanté mis cejas y me senté a su lado en el suelo.

— ¿A qué jugamos?

— mira papi — ella se arrodilló frente a su baúl de juguetes — tú vas a ser una princesa — saco una pequeña tiara de plástico y la puso en mi cabeza.

— ¿Por qué no eres tú la princesa?

— ¿No quieres ser princesa? — ella formó un puchero en sus labios.

— no es eso, mi amor — yo quité la tiara de mi cabeza y la puse sobre la de ella — solo creo que tú serías mejor princesa que yo. Eres más bonita, más tierna y eres mi princesa.

Ella sonrió y bajo su mirada cuando sus mejillas se sonrojar.

— ¿Tu princesa?

— mi princesa — dejé un dulce beso en sus labios provocando qué una linda sonrisa apareciera en su rostro.

— entonces tú eres príncipe, papi, y Blash será nuestro hijo.

— está bien, princesa.

Empezamos el juego y no puedo negar que de esta manera es como más me divierto con ella, es donde más feliz y completo me siento. Viéndola tan feliz y tan emocionada, me encanta como se mete en el papel del juego y como me regaña cuando hago algo mal.

Jugamos por un largo rato, tomamos el té, le pusimos ropa a Blash y lo dejamos dormir por un rato, mientras eso ella tomó las pocas cosas de su maquillaje y empezó a aplicarlo en mi rostro.

— ¿Cuando aprendiste a maquillar, pequeña?

— busque videos y Dylan me enseñó algunas cosas, aunque no me gusta mucho usarlo.

Ella paso un lapiz por mis cejas, luego de pasarlo un rato, ella bufó.

— es estúpido, tus cejas son muy oscuras, no necesitan maquillaje.

— ¿Y por eso tienes que decir malas palabras?

— lo siento, papi.

— ¿Ya terminaste?

— solo pongo el labial y termino.

Ella paso la barra de color rosa por mis labios y luego me explico cómo tenía que hacer con ellos para que quedara bien.

— te ves lindo papi, muy lindo.

— ¿Puedo ver? — ella asintió y puso un pequeño espejo frente a mí.

Siendo sinceros... Me veía muy raro, se siente extraño tener todas esas cosas en mi piel...

— ¿si te gustó? — preguntó con una gran sonrisa.

— si, quedó bien — mentí, y trate de sonreír igual que ella pero creo que falle cuando la sonrisa se borró de su rostro.

— no te gustó — ella bajo su mirada y jugó con sus dedos — ya quiero tomar mi siesta.

— ¿no mas juego?

— no mas.

— está bien, vamos a dormir.

Me levanté con ella en mis brazos y se aferró con fuerza a mi cuerpo. Con cuidado me recosté en la cama dejándola encima de mi cuerpo. Luego de eso sentí como sus labios dejaron un pequeño beso en mi cuello y sus manos acariciando mis brazos.

—yo te amo, papi. ¿Tu me amas a mi? — dijo bajito y con voz perezosa.

— claro que sí, mi amor. Yo te amo demasiado — dejé un beso en su cabeza — ¿Te conté que Cheryl se quedará a dormir en casa unos días?

— no... ¿Por qué se queda?

— quiere ayudarme a sacar a Scarlett de nuestras vidas.

— me gusta que Cheryl se quede pero no me gusta hablar de esa señora... Mejor dame muchos besitos para dormir, papi.

Ella levantó su cabeza y pude ver sus bonitos ojos, acerque mis labios a los suyos y dejé un delicado beso, al alejarme vi que sus ojos miraban mis labios, así que volví a acercarme y me di el lujo de probar sus labios.

Mis labios se movían sobre los suyos y mi legua jugaba con la suya, sus manos viajaron a mis mejillas y las mías a su cintura, logrando profundizar más el beso.

— duerme lindo princesa — dije sobre sus labios al separarnos.

— tu igual papi. Duerme un ratito conmigo.

Ella volvió a recostarse en mi pecho y yo la abracé con fuerza... La amo tanto.


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