Una niña de tan solo seis años pasa por un gran accidente automovilístico junto con su familia, donde solo ella sobrevive.
Diez años después ella decide escapar de esa casa de tormentas donde vivía y al hacerlo se encuentra una luz de esperanza por...
Betty estaba sentada en la cama, mirando televisión con su vasito en sus labios tomando su leche.
Ella se encontraba sola en casa, era sábado y Jughead aún no llegaba del trabajo. Betty tomó su celular y le escribió un mensaje a Jug.
Papi♡.
Papi ya vienes? Me aburro solita.
Pronto Princesa.
Pero yo quiero que estés aquí ya papi.
Ve y juega con Blash y tus demás peluches.
Blash no quiere jugar, el quiere que papi venga.
Ya estoy en camino a casa ¿Si? Y te llevo un regalo.
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¡Gomitas!
Si, cuando llegue a casa te las doy.
Eres el mejor papi.
Betty tiró su celular a un lado y se recostó en las almohadas abrazando a Blash cayendo en un profundo sueño.
Por otra parte, Jughead se encontraba saliendo de su empresa. Él ha estado muy cansado y estresado estos últimos días. Las cosas en su trabajo no han ido demasiado bien, lo que ha ocasionado que el pierda grandes sumas de dinero y parte del personal de trabajo.
El estacionó el auto en el garaje y luego subió las escaleras para ir a la habitación. Sonrió al ver a Betty y se sentó en el borde de la cama para quitar sus zapatos y ropa para cambiarse por algo más cómodo. Luego se recostó junto a ella y la abrazó para quedarse dormido.
Horas después Betty se despertó sobre la espalda y sonrió al verlo dormir. Él tenía su cabello despeinado y debajo de sus ojos se hacían notables sus ojeras.
Betty decidió no despertarlo ya que ella sabía lo cansado que ha estado estas semanas.
Se levantó, puso su chupete en sus labios y en una de sus manos llevaba a Blash. Bajo las escaleras hasta la cocina buscando algo de comer pero todos los dulces se encontraban en la parte más alta donde ella no alcanzaba.
Bufó y se subió en una silla tratando de alcanzar un paquete de galletas pero perdió el equilibrio y cayó al suelo.
Ella gritó lo bastante fuerte logrando despertar a Jughead. Él bajó las escaleras rápidamente hasta llegar a la cocina y vio a Betty llorando en el suelo.
- princesa ¿que paso?
- me caí papi - sollozo.
- ay pequeñita - Jughead la tomó en sus brazos y la abrazó - ¿te lastimaste? - se notó la preocupación en su voz.
Betty asintió con su cabeza y sus ojos se cristalizaron más.
- ¿dónde princesa?
- mi rodilla papi.
El paso sus dedos por su rodilla y la abrazó.
- ¿qué hacías en esa silla princesa?
- quería galletas y me caí.
- y ¿por qué no me dijiste?
- no quería despertarte pero lo hice, soy muy tonta - ella rompió en llanto.
- no pequeñita, no eres tonta, eres muy inteligente, solo que eres muy pequeñita y no puedes hacer muchas cosas tú solita... No llores más cariño.
- perdón papi
- no tienes que pedir perdón, tú no has hecho nada malo princesa - beso sus labios y recogió su cabello en una cola alta - ¿aún quieres las galletas o las gomitas que te traje?
- gomitas.
- muy bien, pero ya no quiero ver esa carita ¿si?
Ella asintió y Jughead le entregó el frasco con gomitas.
- y no las vaya a comer todas, luego te dolerá la panza.
- ajam.
Beso su mejilla y acarició su cabello - te amo pequeña.
- yo te amo hasta las estrellitas papi.
• • •
Voten o les doy una patada... No mentiras... Pero podría hacerlo...
