Capítulo XXIV

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NARRADOR OMNISCIENTE

— ¿Papi? — dijo Betty acabando de despertar — ¿Donde estas?

Al no obtener respuesta ella rompió en llanto asustada al encontrarse sola.

Jughead entró a la habitación y corrió hacia Betty al verla llorar, la abrazó y acarició su cabello mientras se calmaba.

— tranquila princesa, papi está contigo.

— ¿Dónde estabas? No me puedes dejar solita papi — ella se aferró más a la camisa del pelinegro sentada sobre él.

— estaba preparando el desayuno, no creí que fueras a despertar pequeña... Lo siento.

Betty asintió con su cabeza y se recostó en el hombro del pelinegro, Jughead puso un chupete en los labios de la rubia y beso su frente.

— ¿dormiste bien pequeña?

Ella negó con su cabeza y se acomodó en los brazos del pelinegro.

— ¿las pesadillas continúan?

Betty asintió y Jughead suspiro frustrado. Desde lo sucedido aquella noche Betty teme no tener a Jughead cerca, siente que le harán daño o que le harán daño a él. También, la mayoría de las noches Betty tiene pesadillas cosa que no deja dormir a ambos.

Jughead en verdad estaba agotado pero tenía que estar firme para cuidar a Betty, ya que gracias a él todo esto está sucediendo.

Jughead también decidió dejar el trabajo por unas semanas, o mejor dicho hasta que Betty se encuentre mucho mejor o menos asustada.

Betty continúa yendo a la escuela, pero cuando lo hace cuenta los segundos para salir de allí y poder ver de nuevo a Jughead. Ni Dylan ni West estaban enterados sobre lo sucedido ya que eso hace parte de la vida privada de Jughead y ellos no tiene porqué saberlo.

— ¿te parece bien si tomamos un baño?

Ella volvió a asentir y Jughead se levantó con ella en brazos para dirigirse hasta el baño. La dejo en el suelo y tomo el cepillo de dientes de color rosa.

— princesa necesito que suelte el chupete... ¿Por qué nunca lo quieres soltar? — Jughead suspiro ante la situación — si no lo sueltas no tendrás besitos por una semana Betty.

Betty soltó el chupete y Jughead empezó a cepillar sus dientes. Al terminar quitó toda la ropa de la rubia dejándola desnuda haciéndolo suspirar.

Luego del baño y de organizarse, ambos bajaron a la cocina y se sentaron a desayunar.

— princesa, tienes que comer — dijo Jughead tratando de darle la comida, pero Betty solo negaba con su cabeza.

— papi no quiero fruta, sabe feo.

— pero le hice figuras, así como te gusta pequeña.

— ¡pero yo no quiero! — chillo golpeando la mesa.

Jughead se levantó y tomó el plato de comida para guardarlo en el refrigerador.

— si no quieres comer, no tendrás dulces por dos semanas Betty y si te da hambre vienes y comes la fruta.

Jughead salió del lugar dejando totalmente sola a Betty, subió las escaleras para ir a la habitación y recostarse en la cama para descansar un poco.

Betty aún sentada en la silla del comedor empezó a llorar sabiendo que había hecho enojar a Jughead, no le gustaba para nada cuando él se enojaba.

Limpio sus lágrimas y se levantó para ir con Jughead. Se recostó a su lado e hizo que él la rodeará con sus grandes brazos haciéndola sentir protegida.

— papi — susurro acariciando su rostro — ¿Me perdonas?

— duerme princesa.

— pero ¿Si me perdonas papi?

Jughead gruñó — Betty, estoy cansado y necesito dormir.

Él se volteó dejando de abrazar a Betty y prosiguió a dormir. En lugar de Betty ella se levantó de la cama, tomó a Blash y bajó las escaleras para acostarse en el sofá.

— papi no me quiere más Blash — dijo con la voz rota — ahora siempre hago que papi se enoje conmigo y ya no me abraza más... ¿Estoy haciendo algo mal?



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