Capítulo XXXIII

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JUGHEAD

Lentamente fue abriendo mis ojos, quería dejarlos cerrados pero Betty tiene que ir a la escuela...
Aparté la manta de mi cuerpo y dejé un pequeño beso en la cabeza de Betty antes de levantarme.

Cepille mis dientes y tome un ducha de agua fría para despertarme un poco y al terminar enrolle una toalla en mi cintura. Luego de organizarme con una sudadera y camisa casual me volví a acostar junto a Betty para despertarla.

— mi amor — dije quitando el cabello de su rostro — despierta, tienes que ir a la escuela.

— mhm — se quejó volteandose para el lado contrario.

Quité la manta de su cuerpo y empecé a dejar besos por su frente, mejillas, nariz y mentón — vamos princesa, llegarás tarde.

— no quiero ir papi — dijo abriendo sus ojitos — no me siento bien.

— ¿De verdad pequeña?

Ella asintió con su cabeza y un puchero se formó en sus labios — me duele mi cabecita y mi estómago papi.

Puse mi mano en su frente y mejillas confirmando que tiene fiebre.

— tienes fiebre mi amor — suspire — hoy te quedarás en casa, en lo mejor, no quiero que andes como zombie en el colegio.

— ¿Me dejaras solita?

— no, claro que no. Mis planes desde un principio eran quedarme en casa — ella asintió con su cabeza y se acurrucó entre mis brazos — informaré a la escuela que faltaras hoy y mientras eso te preparé un baño para que se te baje un poco la fiebre.

Ella volvió a asentir y me levanté para volverla a arropar con la manta. Me dirigí al baño y abrí la llave de la bañera con el agua tibia, mientras esperaba a que se llenara le envié un mensaje al director informando de lo sucedido.

Luego de preparar el agua con burbujas fui por Betty a la habitación, la ayudé a quitarse su pijama y se sumergió en el agua.

— ¿Te duele mucho la cabeza mi amor?

— si papi.

— Ahora te doy una pastilla y miramos si se te pasa un poco.

Ella asintió y cerró sus ojitos mientras yo me encargaba de bañarla. Al terminar enrolle una toalla alrededor de su cuerpo y la tomé en mis brazos para dejarla en mi cama.

— papi ¿Puedes traer mi pijama de conejito?

— Claro que sí princesa.

— ¿Y tú te pones la tuya? — asentí y besé su frente para salir de la habitación.

Saqué las cosas necesarias de su habitación y fui a la cocina por una pastilla y el desayuno, un tazón de granola con yogurt para cada uno, también añadí su biberón con leche caliente.

Entré a la habitación y Betty ya se encontraba debajo de las mantas. Dejé la comida encima de la mesita de noche y su ropa encima de la cama.

— pequeña, te traje tu pijama, la pastilla y algo para que comas. Mientras iré a cambiarme ¿Si? — ella asintió y yo caminé hasta mi armario para cambiarme por la pijama de peluche gris.




• • •



Acarició el cabello de Betty mientras observo su rostro, ella no me prestas nada de atención a mi, está concentrada en la televisión y tomando su biberón, mientras que yo solo estoy concentrado en ella, en lo hermosa que es y en lo afortunado que soy de tenerla a mi lado.

Ella sacó el biberón de su boca y lo puso frente a mí.

— se acabó papi — hizo un puchero — yo quiero más.

— no se puede más mi amor, lo sabes —Betty amenazó con llorar y suspiré, siempre lo hace cuando no le doy lo que quiere — no te voy a dar más Betty, ya fue suficiente y no vas a hacer un berrinche ahora.

Ella asintió y se apartó de mis brazos acurrucandose en el otro lado de la cama. No iba a seguirle sus berrinches, lo he hecho mucho y no puedo permitir que me manipule.

— princesa, ven — negó — entonces me voy y te quedas aquí sola.

— ¡No! — se volteó y se subió sobre mi — no me dejes solita.

— no iba a hacerlo, solo que tú eres muy dramática pequeña.

Ella bufó — no lo soy, tú no me das lo que quiero, es eso.

— mhm está bien. Mejor porque no dormimos un rato, necesitas descansar.

Ella asintió y se recostó sobre mí, escondiendo su rostro en mi cuello donde dejó un corto beso.

— Te amo papi.

— Yo a ti princesa.

Acaricie un rato el cabello de Betty hasta que se durmiera para luego hacerlo yo, en verdad que estoy muy agotado.


• • •

BETTY

El sonido de un teléfono fue el causante de que mi sueño se interrumpiera, solté un quejido de molestia para ver si Jughead despertaba pero no, él está en su quinto sueño.

Sin otra opción tome su teléfono y conteste la llamada, es un número desconocido.

— hola ¿Quién llama?

— ¿Este es el número de Jughead Jones? — dijo la voz de una chica.

— si ¿Quien lo necesita?

soy Scarlet García ¿Me lo puedes pasar?

Fruncí mi ceño ¿Para qué quiere hablar con él?

— él está muy ocupado, no puede hablar ahora.

Escuché como suspiro — está bien ¿Le puedes decir que lo llame?

— Ajam, yo le digo.

La llamada finalizó y yo suspire enojada.

¿De qué tienen que hablar ellos? De nada, además no me gusta ¿Y si nos vuelve a hacer algo? Me da miedo esa mujer, debe de estar completamente loca.

Dejé el celular donde estaba y me volví a acostar sobre Jughead.

— ¿Qué hacías princesa? — susurro en mi oído.

— hablaba con tu ex novia, te estaba llamando y no te quise despertar, no dijo nada importante.

— Está bien. No te atormentes por ella princesa — beso mi mejilla.

— es que ella me da miedo papi.

— no permitiré que te haga daño, lo sabes.



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Las pilladas de conejitos que usaban

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Las pilladas de conejitos que usaban.

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