Capítulo LXX

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NARRADOR OMNISCIENTE

Betty cerró la puerta de su habitación y corrió hacia la de jughead, con la esperanza de que haya despertado.

Al abrir la puerta, ella salto de la emoción y corrió a abrazar al pelinegro, que se encontraba sentado en la cama tallando sus ojos.

— por fin despertaste papi, creí que nunca lo ibas a hacer — dijo abrazándolo fuerte.

— ¿Estás bien, princesa? ¿No te paso nada malo? — dijo con voz perezosa pero se le notaba lo preocupado.

— no te preocupes por mi papi, ahora lo importante eres tú — ella dejó un dulce beso en su cabeza y organizo su cabello — ¿Como te sientes, papi?

— estoy bien, amor. Estoy muy bien.

— ¿Seguro? Porque podemos volver a llamar al doctor para que te revise y-

— estoy bien, princesa. Solo quiero tomar una ducha y comer algo.

— está bien, papi. Mientras tú te bañas, yo ayudo a Cheryl para prepararte algo de comer.

— bueno, pero con cuidado ¿Si?

— si papi.

Ambos se levantaron y antes de que Betty saliera de la habitación ella se dio vuelta y corrió hacia el pelinegro.

— papi, espera.

— ¿Que sucede? — ella se puso de puntas y dejó un dulce beso en los labios del pelinegro.

— te doy un besito para que estés mejor.

Jughead sonrió y Betty salió corriendo de la habitación para ir a preparar la comida.

Tiempo después, jughead salió del baño un poco adolorido de su brazo, se puso unos shorts de pijama y luego se recostó en la cama. Al tiempo, Betty entro a la habitación con Cheryl, con una bandeja de comida en sus manos.

— hola hermanito — dijo Cheryl con una sonrisa — ¿Como te sientes?

Las chicas dejaron la comida sobre la coma y jughead sonrió al verlas.

— estoy bien Cher, gracias por ayudarnos.

— te hicimos fruta picada con figuritas papi y Cheryl quiso que comieras huevos revueltos. Yo quise panqueque pero ella no me dejó.

— jughead debe comer bien ahora y no comer solo azúcar.

— pero los huevos son aburridos, ¿Verdad, papi?

— si, lo son, pero tengo que comer bien.

— eso es. Ahora yo, iré con Toni. Los dejo solos — ella se levantó de la cama y dejó un beso en la cabeza del pelinegro — si necesitan algo me llaman ¿Si? — ambos asintieron y ella salió.

Jughead suspiro y tomo el tazón de fruta para empezar a comer, mientras Betty lo miraba con mucha atención.

— ¿Por qué me miras tanto, pequeña?

— porque me gustas y eres lindo, papi.

Jughead sonrió y beso la mejilla de Betty. Terminó su desayuno y dejó la bandeja junto con los platos en la mesita de noche.

— ¿Me das un abrazo princesa?

— ¿No te lastimo? No quiero lastimarte.

— no, ven aquí, necesito a mi princesa.

Betty sonrió y se subió en las piernas del pelinegro para abrazarlo con fuerza.

— tenía miedo de perderte papi.

— te dije que no iba a morir, amor. Todo está bien.

— no, nada está bien. Esa señora no nos va a dejar en paz nunca — dijo un poco molesta y rompiendo su abrazo.

— ¿Por qué lo dices? — él acomodó un mechón de la rubia.

— es que... Yo no te lo había dicho papi, pero esa señora me escribe todos los días, cosas muy feas — ella bajo su mirada y empezó a jugar con sus dedos.

— ¿Que cosas te escribe?

— cosas feas sobre mi, sobre ti, sobre nosotros, sobre Cheryl...

Jughead suspiro y la abrazó de nuevo.

— Cheryl y yo trataremos de solucionar las cosas lo más pronto posible... Por ahora tu solo te preocupas por volver al colegio. Pronto terminarán las vacaciones.

— lo sé y no quiero volver, me la paso muy bien contigo. Aunque si quiero ver a Dylan y a West.

— bien, ahora ¿Que tal si vemos una pelicula?

— si, Frozen.

Baby GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora